El actor explica en la edición mexicana de ‘Vanity Fair’ que ha grabado unos versos de Manuel Alcántara en la pared de su nueva casa. ‘Sur’ corre a hacerles una foto y destaca que es una “seña de identidad” de su ciudad natal (?)

24/01/17. Opinión. La azotea de Banderas tiene un cubículo con losetas de colores, lo cual podría recordar al clásico cubo de Rubik o “al icono del Centro Pompidou en el Muelle Uno”, como incide el diario Sur. El periódico de Vocento da palmas porque el actor ha explicado en la edición mexicana de Vanity Fair que ha grabado en la pared de su casa en Málaga unos versos del poeta Manuel...

...Alcántara, “una seña de identidad” para el diario local. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com rechaza este genuino trabajo hagiográfico para recordar que el intérprete se hizo un pisito en el tejado de un edificio protegido del centro justo al frente de la Alcazaba. Urbanismo a su altura, por encima del bien y del mal (?).

LA edición mexicana de Vanity Fair se congratulaba estos días por una entrevista en exclusiva al actor Antonio Banderas. El malagueño explicaba que acaba de grabar unos versos del poeta Manuel Alcántara en su recién estrenado ático en su ciudad natal. Los versos, en concreto, son la estrofa de uno de sus poemas: “A la sombra de una barca me quiero tumbar un día, echarme todo a la espalda y soñar con la alegría”. Banderas se lamentaba en la revista de no poder cumplir con esa particular declaración de intenciones porque, dice, es incapaz de parar de trabajar.

A la aparición en la prensa mexicana (AQUÍ) se suma otra en la prensa provinciana, en Sur (AQUÍ). La información, que pudorosamente no firma ningún redactor, comienza así: “Si se observa desde la Alcazaba la nueva residencia malagueña de Antonio Banderas, llama la atención un cubo de colores en su terraza que recuerda al cercano icono del Centro Pompidou en el Muelle Uno. Pero el ático del actor esconde algunas otras señas de identidad. Como unos versos del poeta Manuel Alcántara que el actor ha grabado en piedra y que ahora muestra para Sur”. Ahora un cubilete de colores recuerda al Centro Pompidou de Málaga. Será mejor que Ernő Rubik no se entere.


LO mismo escribió esta revista en un tono marcadamente satírico (Banderas ejerce su malagueñismo. En agradecimiento al Ayuntamiento (PP) el actor reproduce la fachada del Centro Pompidou en la terraza de su ático en Málaga) aunque una vez más el medio que dirige Manolo Castillo vuelve a ir por delante. No exactamente en ese #periodismoSur que etiquetan siempre en las redes, sino en eso otro que podemos venir a llamar #humorSur.

“EL propio Antonio Banderas pidió a Manuel Alcántara que le escribiera de puño y letra los versos del poema ‘Por la mar chica del puerto’ para grabarlo sobre piedra blanca como lema de su nueva residencia en el centro de la capital. Y de ella ha hablado en una reciente entrevista para explicar su deseo de mirar hacia atrás y contemplar una filmografía que está a punto de alcanzar el centenar de películas, aunque reconoce que cada vez que se tumba en la metafórica barca del poema piensa en trabajar”, continúa el texto. Sin entrar a discutir la obra periodística o poética de Alcántara sería bueno pinchar una burbuja ya algo asfixiante: poca gente en Madrid conoce ya al padre contemporáneo de las letras malagueñas. Por aquello de ir aclarando mitos.

PARA resarcirse de la lectura de este sorprendente ejercicio de palmeo al actor y a su ático en los medios convencionales, el lector puede consultar a continuación una serie de artículos en los que esta revista ha venido denunciando durante los últimos años unas obras lesivas para un edificio protegido en plena calle Alcazabilla. Los argumentos técnicos que permitieron las obras era que la cubierta al ser plana no tenía especial protección. Pero qué duda cabe que el edificio pierde toda su integridad y coherencia cuando se le monta encima un cubilete y una piscina. La comunidad de vecinos del bloque regaló al actor el uso de la azotea (sí) y la buena vecindad se vio recompensada: Banderas se hizo un ascensor para sí mismo, para no tener que mezclarse o verse con los demás inquilinos del edificio. ¡Ay, Málaga!

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