Según el convenio, el Cabildo se compromete a aportar los 16,5 millones de euros restantes, pero el Ayuntamiento subvenciona las obras con 4,5 millones y la Junta de Andalucía aporta otros 5,3 millones, por lo que en total la Iglesia recibe 13,3 millones de fondos públicos
20/12/24. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Tras el convenio para reformar el Estadio de La Rosaleda (AQUÍ), la Diputación de Málaga ha suscrito otro con el Cabildo de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Málaga, por el que le concede una subvención directa de 3,5 millones de euros para la rehabilitación de la cubierta de la Catedral...
...de Málaga. Mientras algunos celebran la iniciativa como un compromiso con el patrimonio histórico, otros denuncian lo que consideran un privilegio injustificado hacia la Iglesia Católica.
La Catedral de Málaga, declarada Monumento Histórico Artístico en 1931 y posteriormente inscrita como Bien de Interés Cultural (BIC), es un símbolo indiscutible del patrimonio andaluz. Con su combinación de estilos renacentista, gótico y barroco, se trata de una de las construcciones más valoradas de la región.
Sin embargo, no puede obviarse que es propiedad de la Iglesia Católica, como se recoge en el convenio: “El Cabildo Santa Iglesia Catedral Basílica de Málaga tiene cedido el uso, gestión, administración y conservación del inmueble de la Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación (Catedral), propiedad de la Diócesis de Málaga.”
Este hecho es clave para entender las críticas. Aunque el edificio es un bien cultural, el mantenimiento y las intervenciones de conservación corresponden, en principio, a su propietario. Sin embargo, la Iglesia ha logrado que la Diputación de Málaga aporte financiación pública directa al proyecto de rehabilitación.
Y es que el convenio establece que la Diputación asumirá 3,5 millones de euros del coste total de las obras, valoradas en casi 20 millones de euros. Este importe se abonará en tres anualidades hasta 2026, vinculadas al avance de las obras. Así, el primer millón de euros se desembolsará tras la adjudicación del contrato, 1,5 millones más se entregarán al alcanzar el 50% de ejecución, y el millón restante se aportará al llegar al 70%.
Por su parte, en el convenio el Cabildo se compromete a aportar los 16,5 millones de euros restantes. Aunque esto no es del todo cierto, ya que el Ayuntamiento de Málaga subvenciona las obras con 4,5 millones de euros y la Junta de Andalucía aporta otros 5,3 millones, por lo que en total la Iglesia recibe 13,3 millones de euros de fondos públicos para esta remodelación.
Según el convenio, “la excepcionalidad de la subvención se justifica por tratarse de una actuación urgente para frenar el deterioro que actualmente sufre el templo”. Además, se argumenta que la obra “redunda en la recuperación del patrimonio histórico de Málaga que, por sus especiales características históricas y artísticas, beneficia a la provincia y a todos los residentes de Málaga”.
Las críticas
Mientras algunos vecinos aplauden la medida, otros ciudadanos se muestran en contra de la subvención concedida. La principal crítica radica en que la Iglesia Católica, una de las instituciones más acaudaladas del país, debería asumir íntegramente los costes de las obras. Según estos vecinos, la Catedral genera ingresos significativos a través del turismo y las donaciones, recursos que deberían ser suficientes para llevar a cabo la restauración sin recurrir a fondos públicos.
Por otro lado, estos vecinos entienden que Málaga necesita mejoras urgentes en ámbitos como la sanidad, la educación o la vivienda, por lo que destinar millones de euros a la restauración de un edificio eclesiástico resulta, para muchos, una decisión difícil de justificar. “¿Por qué la Iglesia no usa sus propios recursos y deja que el dinero público se destine a necesidades urgentes de la ciudadanía?”, pregunta uno de los vecinos.
Desde la Diputación justifican la subvención como una inversión pública en términos de proyección cultural y turística, ya que aseguran que beneficia a toda la provincia al potenciar la imagen de Málaga en el ámbito cultural y atraer visitantes. Según el convenio firmado el presidente Francisco Salado, el proyecto tiene como objetivo no solo conservar el monumento, sino también reforzar el posicionamiento de Málaga como destino cultural de primer orden.
En cualquier caso, este convenio reabre el debate sobre cómo debe gestionarse el patrimonio histórico y cultural en España. Mientras algunos sostienen que es responsabilidad de las instituciones públicas garantizar la preservación de estos bienes, otros consideran que es hora de replantear los privilegios que recibe la Iglesia Católica en España, especialmente cuando se trata de inmuebles que generan ingresos significativos.