Sando es una de las grandes adjudicatarias de obra pública en Andalucía, como varias obras con irregularidades flagrantes en el Puerto de Málaga o el caso Mercasevilla, además de aparecer en la contabilidad B del Partido Popular (Papeles de Bárcenas)
08/05/25. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La reestructuración financiera de la constructora Sando ha sido uno de los episodios empresariales más opacos y polémicos del último año. Afectada por una deuda de 440 millones de euros, la compañía logró en abril de 2025 culminar un proceso que le permite no solo evitar la entrada de nuevos socios, sino también liquidar sus obligaciones...
...con una quita multimillonaria y conservar el control en manos de la familia fundadora.
La operación ha generado indignación entre sectores políticos y asociaciones de consumidores, que denuncian un trato de favor hacia una gran empresa mientras miles de familias y pequeños negocios ven cómo sus deudas no reciben más respuesta que embargos y ejecuciones. Según revelaron medios como Expansión y Merca2 (AQUÍ), la deuda podría haberse recomprado por menos del 5% de su valor inicial.
En un primer momento, el pool de bancos acreedores (entre ellos Bank of America, CaixaBank, BBVA y Santander) entregó un mandato a la empresa Arcano para buscar opciones, valorando incluso apartar a la familia y entregar el control a fondos especializados en reestructuraciones. Pero Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (y miembro del consejo de Sando), y Antonio Sanz Cabello, consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, hicieron gestiones para que la familia siguiera al mando, apelando al supuesto papel estratégico de Sando en el tejido económico andaluz.
El proceso se tensó. Algunos bancos minoritarios rechazaban que se mantuviera al frente a quienes consideran directamente responsables del colapso financiero de la empresa. El crédito de la familia Sánchez Domínguez es nulo, según fuentes bancarias, recordando que la empresa lleva más de una década refinanciando deuda sin éxito, desde que en 2016 la empresa entrara en causa de disolución pese al buen momento del sector.
Arcano presionaba para cerrar un acuerdo con una quita del 40%, algo que fue interpretado por algunas entidades como inaceptable si implicaba conservar la dirección actual. La situación se desbloqueó al llegar un acuerdo según el cual la familia compra el 40% de la compañía que estaba en garantía a los bancos, pagando por ese paquete entre 18 y 22 millones de euros. Con ello, se evita la conversión de la deuda en capital y se mantiene el control de la sociedad.
A mediados de abril, la empresa anunció con tono triunfalista que había liquidado el 100% de la deuda con garantía corporativa y que el grupo salía "reforzado" (AQUÍ). Según su presidente ejecutivo, Luis Sánchez Manzano, “concluimos una etapa complicada que se ha superado con éxito gracias al trabajo y al compromiso del equipo de profesionales de la empresa y a la confianza y colaboración de las entidades financieras”.
En paralelo, se anunció que en 2024 la empresa alcanzó los 370 millones de euros en facturación (un 26% más que el año anterior) y que trabaja en un nuevo plan estratégico hasta 2030. El mensaje, cuidadosamente preparado, es claro: todo ha salido bien, la empresa va viento en popa, y la familia fundadora es la gran vencedora.
Corrupción
Lo que no se dice en los comunicados oficiales de Sando, ni en los titulares complacientes de muchos medios, es que esta empresa ha estado involucrada en múltiples casos de corrupción, irregularidades en obras públicas, y aparece directamente relacionada con los famosos Papeles de Bárcenas, donde se identifica a su fundador, José Luis Sánchez Domínguez, como el mayor donante empresarial del Partido Popular, con aportaciones anotadas por 1,25 millones de euros.
Es algo que ya denunció el año pasado EL OBSERVADOR, cuando la Junta de Andalucía premió a José Luis Sánchez Domínguez con la Medalla de Andalucía en la categoría de Economía y Empresa (AQUÍ), pese a estar vinculado a escándalos como el caso Mercasevilla (2009), la contabilidad B del PP (Papeles de Bárcenas, 2013) o la corrupción en el Puerto de Málaga, donde el Tribunal Supremo confirmó un acuerdo ilícito entre la empresa y altos cargos públicos.
Sando participó en obras con irregularidades flagrantes, como la del muelle de cruceros del Puerto de Málaga o la terminal de contenedores, donde se detectaron daños patrimoniales de millones de euros. Sin embargo, la empresa ha seguido recibiendo adjudicaciones y ahora también ha sido premiada con una reestructuración a medida, en condiciones impensables para cualquier pequeño empresario o familia.