La Universidad de Málaga paga 30.000 euros al año por un suplemento digital en el diario ‘Sur’ llamado Crónica UMA. En 2025 se gastará 295.100 euros en publicidad institucional mientras se recortan servicios y se pierden recursos, según sus presupuestos

13/05/25. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La Universidad de Málaga (UMA), en situación de emergencia financiera, sigue destinando dinero público a lo que muchos dentro de la institución consideran “propaganda personalista”. Uno de los ejemplos más claros de este gasto es el suplemento digital que publica el diario Sur en...

...su página web bajo el nombre de Crónica UMA (AQUÍ), Un publirreportaje encubierto que cuesta a las arcas universitarias unos 30.000 euros al año, es decir, 2.500 euros mensuales que acaban en el Grupo Vocento para que el periódico local más conservador de Málaga no critique y alabe la gestión del rector, Teodomiro López.

Teo López junto al anterior rector, José Ángel Narváez


Este suplemento, que antes se editaba también en papel, ha pasado a ser exclusivamente digital desde el año pasado. Según fuentes internas de la propia universidad, con la desaparición del formato impreso y la necesidad de hacer una prórroga hasta que se publique un nuevo concurso, el coste se redujo aproximadamente un 38-40%. Aun así, el gasto actual sigue siendo notable teniendo en cuenta que el papel suponía un 45% más.

Y este no es el único gasto en publicidad que hace la UMA, ya que en los presupuestos aprobados para el año 2025 (AQUÍ), se contempla una partida de 295.100,55 euros destinada únicamente a publicidad y promoción institucional. Una cifra escandalosa para una universidad que ha tenido que solicitar un préstamo de 48,5 millones de euros a la Junta de Andalucía para evitar la quiebra y poder seguir funcionando. A esto se suma la supresión de servicios esenciales, recortes en infraestructuras y la paralización de proyectos debido a la falta de fondos.

Cabecera del suplemento


El suplemento Crónica UMA es solo un ejemplo más de cómo la Universidad está utilizando el dinero público para lavar su imagen en medios afines. Se suma a otras acciones como la inserción publicitaria en el suplemento que Sur publicó el 28 de febrero con motivo del Día de Andalucía, en el que se compró media página para decir, literalmente, “Universidad de Málaga” (AQUÍ). Una publicidad inútil que solo sirve como pago de favores y que algunos interpretan como una forma de asegurarse un tratamiento amable por parte del medio.

El rector, Teodomiro López, y la nueva vicerrectora de Comunicación, Margarita Pérez Martín (una catedrática de Fisiología sin experiencia alguna en el ámbito comunicativo), son los máximos responsables de este uso de los fondos públicos. Pérez Martín sustituyó recientemente al profesor de Periodismo Francisco J. Paniagua (AQUÍ), quien al menos tenía conocimientos específicos en la materia, pero que fue apartado sin mayores explicaciones.


Este cambio ha levantado una gran controversia entre los profesionales de la comunicación de Málaga, así la Asociación de la Prensa y el Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía consideran “inaceptable que en el nuevo organigrama de la UMA el vicerrectorado de Comunicación deje de ser responsabilidad de profesionales de la comunicación para pasar a alguien ajeno a la profesión” (AQUÍ). También dentro del entorno universitario, donde se empieza a percibir una estrategia centrada más en el control del relato y la imagen que en resolver los verdaderos problemas de la UMA.


Y es que desde la propia comunidad académica se cuestiona la utilidad de gastar decenas de miles de euros en suplementos que no mejoran en nada la calidad educativa ni la vida universitaria. “¿De qué sirve que hablen bien de ti en Sur si estás recortando servicios, cerrando instalaciones y perdiendo profesorado? ¿No sería más lógico destinar ese dinero a resolver los problemas reales que tenemos?”, se pregunta un docente que prefiere no dar su nombre.

A todo esto se suma la herencia de proyectos faraónicos como el nuevo Rectorado de Mármol, la Facultad de Psicología o la prolongación del bulevar Louis Pasteur, que han dejado a la universidad al borde del colapso financiero por una pésima planificación económica. Ante esta situación, mantener contratos con medios para hablar bien de la gestión institucional no solo resulta obsceno, sino también irresponsable.