La concejala del Distrito Centro trata de demostrar en antena los límites de su saber y de su dominio de la lengua de madera, pero se lía antes de conseguirlo

05/12/13. Opinión. La concejala del Distrito Centro del Ayuntamiento de Málaga, Gemma del Corral, ha ido a la radio a explicar el caso MAUS (en el llamado Soho). Y lo ha hecho porque por fin alguien le ha dado la oportunidad, afirma. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.comcomenta y recomienda escuchar las nuevas declaraciones de Gemma del Corral, anabotella de Málaga.

LA Cadena SER invitó a Gemma del Corral a sus estudios a hablar sobre el Soho y el caso Maus. Después del pleno glorioso de la semana pasada, a la aguerrida concejala le quedaba pendiente la prueba de los medios de comunicación. Su intervención dura once minutos y pueden escucharla pulsando el enlace al final del texto (es muy aconsejable). La grabación nos muestra a una persona, o lo más parecido que la especie humana destina a la política profesional local, tan convencida de sí misma, de su posición en el mundo, del favor que nos hace existiendo, que resulta casi inconcebible que le pase en español lo que a su modelo ideal le pasa en inglés: emplea las palabras sin saber qué significan. A cambio, entusiasmo no le falta. Pero nada de entusiasmos kantianos de esos que se viven colectivamente en el espacio público y esas chorradas. No: su motivo de entusiasmo es ella misma en sí, lo cual siempre produce un intenso sentimiento de autogratificación en quien lo vive, que se halla en una relación directamente proporcional a la grima de quienes la observan desde fuera.

DA mucho la impresión de que el caso MAUS ha derivado en una espiral de discusiones públicas basadas en la sospecha de que hay gato encerrado en una caja de la que se desprende un fuerte olor a chamusquina. Y tanto cunde la idea de que la cosa está mal que están aflorando los datos con cuentagotas al tiempo que se retiran de la luz sus protagonistas. Al final, ni el alcalde, ni el concejal de cultura, ni la familia Francés ni el Don del asunto, Pedro Marín Cots, dan la cara por nada. Quizás recuerde alguien lo que el empresario Lara (el de Planeta) le dijo a Zapatero al principio de la crisis: tú quítate de en medio y deja que los demás se quemen por ti. Toda la pinta tiene de que lo que aquel buen hombre de las cartas clandestinas no entendió muy bien el consejo. En cambio, qué bien lo han pillado Francisco de la Torre, Damián Caneda y, algo tarde, Fernando Francés. Quizás le hayan explicado a Gemma del Corral que nadie más inteligente que ella para enfrentarse públicamente al levantazo del caso MAUS. Y ella, que para eso tiene el arrojo y la necesidad de salir en la prensa, no le ha hecho ascos a responder a las expectativas que se han creado alrededor de su figura. O sea, que la han lanzado para que se queme, y ella está convencida de su inteligencia de amianto.

ALGUNAS partes de su intervención en la entrevista en la SER así lo atestiguan. Y eso que la locutora no ha querido hacer sangre. Gracias a esta entrevista no nos enteramos de qué se está haciendo en el Soho, si revalorizar el suelo y los inmuebles o crear un ‘barrio cultural’, o las dos cosas. O ninguna, que quizás se trata de lo que se pueda mientras dure. Según afirma Del Corral, esa revalorización ya se ha producido y es efecto del proyecto Soho. Por desgracia, no existe informe ni estudio que avale esta información ni un análisis detallado que demuestre irrefutablemente la relación causa-efecto entre una cosa y otra. En cualquier caso, es bastante creíble que todo lo que se está haciendo en El Ensanche, comenzando por esa ficcionalización del sector en la máscara Soho oculta un plan cuyo ánimo es simplemente el de generar un movimiento de especulación de suelo e inmobiliario del que se van a beneficiar los de siempre. Pensar que esto del Soho va a durar más de lo que convenga a determinadas instancias locales es de una inocencia que no debería tener cabida en los tiempos posbárcenas.



EL léxico de la concejala es, por así decir, muy personal. Por ejemplo, afirma que en el Soho hay una gran cantidad de galerías de arte. O que existen numerosos ‘agentes culturales’ operando en el barrio. Es cierto que hay varios sitios de gente que expone cuadros, pero la palabra ‘galería’ quizás responda a otro concepto. Y en cuanto a los agentes culturales, pues en esa categoría es tan fácil sufrir algún despiste que, dado el nivel, el número y la estabilidad de acontecimientos culturales en Málaga a lo largo del tiempo, es para preguntarse qué hacen y de qué viven los agentes culturales en la ciudad. Y sobre todo, si son tantísimos como indica la brillante concejala.

ENTRE ellos, Gemma del Corral es devota de Fernando Francés, san Fernando, para ella. En su discurso, encontramos que Francés lo tiene todo (el papi, no el nene). Francés es vecino del Soho por ser director del CAC, y también es agente cultural (en el Soho, y donde se le ponga), y también es el que “tiene la exclusiva” de los artistas implicados en el caso Maus. ¿Cómo? Bravo por la transparencia municipal y empresarial en cuanto a la gestión de fondos públicos. Así que se hace un proyecto de “arte urbano”, se trae a “los mejores del mundo” (sí, todavía hay gente que emplea esa expresión, pero si alguien de la inteligencia de Gemma del Corral lo hace, por algo será), se paga con dinero de la UE y se entrega a un “agente cultural” del Soho, que en realidad es un empresario que disfruta de un contrato en exclusiva para un determinado territorio, que la concejala no ha precisado, aunque no sabemos con qué intención, porque saberlo, seguro que lo sabe. Y esto, según la concejala es tan normal que se puede decir en la radio sin problemas. Sigue siendo un misterio por qué no lo dijo en sede municipal, en un pleno, y para responder a la pregunta de una más que legitimada concejala de la oposición para hacerla. Será que la inteligencia tiene unos límites emocionales. Tampoco se entiende que no se haya dicho desde el principio, ni, ya que estábamos en harina, a lo largo del tiempo que ha durado. Esta información ha surgido ayer, como de pasada, y sin ninguna clase de control. ¿Pero es que no hay nadie en el Ayuntamiento de Málaga capaz de decir “esto queda raro”? Tan raro.

DE nuevo, como le ocurrió en el pleno de marras, Gemma del Corral va y se lanza. Ya que estamos, pues vamos a por todas. Resulta que san Fernando Francés (padre) dijo que los artistas a los que él ha pringado en el caso Maus no han cobrado. Después parece que ni que sí ni que no. Finalmente la concejala aclara, en la medida en que sus posibilidades se lo permiten: unos puede que hayan cobrado, sí, algunos han cobrado, a lo mejor cobran, pero parece que es con lo que sacan del merchandaisin. Es que tienen un código muy estricto que les impide cobrar en dinero, solo piden que se les sufraguen los gastos de producción, y luego “ellos compensan con otras cosas”.

UN detalle importante, aclara la concejala: estos artistas “querían venir a pintar a Málaga”. Hay gente que ha llorado después de oírla decir esto. Pero no solo eso. Es que además “Obey” ha venido sin cobrar porque era para el Ayuntamiento, y eso para ellos es un acontecimiento, pues normalmente, los ayuntamientos les persiguen y por eso tienen que actuar en la clandestinidad. Si es que no hay nada como tener en el cargo a una persona inteligente, culta, ilustrada y al día en los movimientos artísticos internacionales. De hecho, seguro que no le parece nada raro que los grafiteros clandestinos tengan contratos con un empresario para la distribución de sus actividades en un determinado mercado, aunque algunos no cobren, o casi no cobren o no se sepa.

EL culmen del anabotellismo llega: “Porque nosotros también hemos querido proteger entre comillas el derecho de estos artistas a decidir si se contaban o no se contaban sus presupuestos o no”. Está bien, así de entrada, que alguien del PP respete el derecho a decidir y emplee esa expresión con liberalidad. Enhorabuena, concejala, es bueno seguir los pasos de alguien de éxito. Pero lo que destaca sin duda es el razonamiento. La amiga más radical que tienen los grafiteros en Málaga defiende, desde su puesto institucional, que no se sepa lo que cobran. Es maravilloso ver que alguien contra viento, marea, y sus obligaciones como ocupante de un cargo público, decida no informar de qué se hace con fondos públicos europeos que la ciudad recibe e invierte. Y hay que ser valiente e inteligente para hacerlo así: entre el derecho de los artistas a no decir qué cobran y el derecho de los ciudadanos a saber en qué se gasta su dinero, el Ayuntamiento de Málaga y la empresa de Fernando Francés deciden adecuadamente: lo que más conviene, como siempre.

PUEDE escuchar la entrevista completa AQUÍ.

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