El Ayuntamiento de Málaga se salta la norma y la costumbre para devolver tres millones al Muelle Uno y dejar de cobrar a Endesa otros 58 por La Térmica
13/12/13. Opinión. El Ayuntamiento de Málaga ha firmado un acuerdo "muy bueno" según Francisco Pomares, concejal de Urbanismo, por el que pierde 58 millones de euros y la mitad de los terrenos de la antigua Térmica. También ha decidido recepcionar la obra sin acabar de Muelle Uno. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.cominforma del nuevo episodio de la larga historia de la política urbanística para cretinos que protagoniza el Ayuntamiento de Málaga.
EL alcalde Francisco de la Torre lleva desde 1996 aplicando rigurosamente el Manual de política urbanística para cretinos, uno de cuyos autores probablemente sea él mismo. Primero como concejal de Urbanismo, luego como alcalde, siempre como Francisco de la Torre, su torpeza y su modo de poner al servicio de los intereses privados los bienes y patrimonios públicos sin importar cómos, dóndes ni porqués sobrepasan con mucho los niveles habituales del ridículo al que su forma de gobernar tiene acostumbrada a la ciudad.
EN el mismo día, dos noticias que confirman esta política de Francisco de la Torre y que hacen que Málaga pierda de golpe, por dos razones distintas, pero íntimamente relacionadas, más de 60 millones de euros. Así es normal que este alcalde sea el que mayor déficit y en menor tiempo ha causado a la ciudad que rige (por expresarlo de alguna manera).
PRIMER caso. La promotora del Muelle Uno se ha quedado sin blanca. Esto le pasa a cualquiera. Lo que no le pasa a cualquiera es que tenga una obra pública pendiente de acabar y la institución de turno se la recepcione, contra el informe técnico que no impide la aprobación del ayuntamiento. Para acceder a la concesión de la obra, la promotora tuvo que poner una fianza, en este caso concreto de 3 millones de euros, destinado al mismo Ayuntamiento de Málaga. La normativa indica que, una vez acabado e inspeccionado el proyecto, la institución devuelve la fianza, que para eso queda en depósito.
SEGÚN la inspección de Urbanismo, la obra está sin terminar. Falta eliminar el centro de transformación eléctrica de Endesa junto al futuro centro Pompidou-Málaga, ese Cubo transparente. Tampoco se ha terminado la calle Vélez Málaga, con palmeras y ordenación. Y tampoco se ha reconstruido la glorieta de Jorge Guillén. Todo esto se va a hacer del siguiente modo; la empresa concesionaria va a dar a Urbanismo 266.360 euros, que la gerencia invertirá en acabar lo que Muelle Uno no puede. O sea, que el Ayuntamiento, que tiene una deuda de cerca del millardo de euros según las cifras oficiales (en plata: más), saca tres millones menos 266.360 euros para darle solvencia a Muelle Uno. Alguien está encantado con Francisco de la Torre: no respeta la ley, se salta a la torera los principios más elementales de la normativa urbanística y se desprende de un dinero por... ¿por qué? Si no ha acabado la obra, Muelle Uno no debe recibir de vuelta ninguna fianza, precisamente su función es garantizar que la promotora hace exactamente aquello para lo que se la ha contratado. Este es el mismo Ayuntamiento de Málaga que persigue a la gente pobre que no paga el agua.
SEGUNDO caso. Los terrenos de la Térmica. La antigua factoría de energía eléctrica dejó una gran pieza de terreno en la zona oeste del litoral capitalino, allá donde se acaba. En 2008, el Ayuntamiento de Francisco de la Torre firmó un convenio con la ahora constructora Nueva Marina Real Estate (en realidad Endesa). La empresa se quedaba con el terreno para construir viviendas, locales comerciales, equipamiento y el etcétera habitual. A cambio, se comprometía a abonar 58 millones de euros (de hace 5 años), que el Ayuntamiento que presidia y preside Francisco de la Torre iba a invertir en obras de mejora de la ciudad, repartidas entre las constructoras que optasen a ellas. La empresa no ha puesto un céntimo sobre la mesa, y no piensa hacerlo. Después de judicializar la cuestión causando un bloqueo, el resultado es el siguiente.
LA empresa Nueva Marina Real Estate (Endesa) no va a dar ni todo, ni parte ni nada de esos 58 millones. Después de meses de negociaciones, se ha llegado a un acuerdo por el que Nueva Marina Real Estate devuelve la mitad de los terrenos. Lo que quiere decir: Málaga tenía una parcela de terreno, el alcalde se la vende a una constructora, la constructora no le paga y cuando se reclama, dice que no solo no va a pagar, sino que se queda con la mitad para hacer el negocio correspondiente a esta parte proporcional que ya se había acordado previamente. Acojonante. Eso es hacer bien las cosas, lo demás son tonterías.
COMO las alegrías nunca vienen solas, ahí está rematando el concejal de Urbanismo Pomares, que sabe un rato de declaraciones afortunadas: "Doy el acuerdo por muy bueno; hay que tener en cuenta el contexto en el que estamos y que Nueva Marina está en concurso de acreedores", para empezar no está mal; el acuerdo es muy bueno, teniendo en cuenta como está la parte contraria, lo cual define su calidad humana, se ve que el hombre no quiere hacer sangre a quien está ya herido de muerte. Esto le honra a Pomares. Para fin de fiesta, un razonamiento basado en la lógica aristotélica: "Los temas judiciales se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban y corríamos el riesgo de quedarnos con mucho menos que ahora; creo que el acuerdo recoge el mayor interés público y ciudadano". Irrefutable.
PERO convendrá el buen concejal que la primera premisa es de aplicación casi universal. Por ejemplo: "El Tour de Francia se sabe cómo empieza pero no cómo acaba..."; o "El Telediario se sabe cómo empieza pero no cómo acaba (salvo el de TVE)..."; o "La vida se sabe cómo empieza pero no cómo acaba...". En fin, así, hasta el infinito. La segunda premisa es un poco más pegajosa. "Corríamos el riesgo de quedarnos con mucho menos que ahora". A ver, o Pomares quiere decir que el gabinete jurídico del Ayuntamiento de Málaga está lleno de idiotas, o quiere que creamos que no se puede hacer nada, haciendo pasar por idiotas a quienes trabajan en el gabinete jurídico municipal; o, directamente, habría que preguntar en ese departamento a ver qué dicen sobre quién es el idiota aquí. La conclusión es lo mejor del silogismo: los asuntos judiciales no se sabe cómo acaban; esto es un asunto judicial; luego perdemos la mitad del terreno y el dinero correspondiente a la venta en aras del bien común. ¿Alguien se ha perdido? No se preocupen, ha sido el concejal Francisco Pomares. Pregunten por él en el gabinete jurídico del Ayuntamiento de Málaga.
LOS 58 millones iban a tener utilidad, no vaya a pensar nadie que eran para quedárselos entre cuatro amigotes, que esto no es Uganda. De hecho, el periódico La Opinión de Málaga ha publicado una lista de las intervenciones. Aunque parezca algo tedioso, nadie debería dejar de leerla.
DICE así: "Esta última referencia toca de lleno a los compromisos de actuación asumidos en su día por el equipo de gobierno del PP, que pretendía utilizar los previstos 58 millones en obras concretas. De este paquete de intervenciones formaban parte el bulevar sobre el soterramiento del AVE, con 6,7 millones; un nuevo puente sobre el río Guadalhorce, con 7,4 millones; la construcción de carriles bici y bus, con otros 8 millones. Asimismo, se incluía la ampliación de la calle Miguel Indurain, con 2,3 millones; la conexión de la calle Miguel Indurain al eje litoral, con 7 millones; el soterramiento de la Avenida Cánovas del Castillo, con 10,2 millones; la rehabilitación y urbanización del centro, con 3,2 millones; la mejora, rehabilitación y urbanización en Palma-Palmilla y otros distritos, con 7 millones, y la mejora de la subestación de Los Ramos, con 6 millones".
A ver si para la próxima feria del libro, Francisco de la Torre, Francisco Pomares, junto a Juan Ramón Casero y Andrés Gutiérrez Istria presentan de una vez la versión definitiva de su Manual de política urbanística para cretinos. Sería, dadas las fechas, la despedida perfecta de la Era De la Torre en el Ayuntamiento. Así además quienes vengan detrás tendrán una guía siempre útil y verdaderamente basada en la experiencia que les permita no hacer absolutamente nada de lo que esta panda ha logrado hacer desde 1996 hasta ahora.