OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Francisco Guzmán
Coordinador de IU Málaga ciudad

11/05/16. Opinión. El coordinador local de Izquierda Unida en Málaga, Francisco Guzmán, se encuentra en Idomeni, Grecia, colaborando con otros voluntarios en el campo de refugiados. Guzmán ha utilizado parte de sus vacaciones (“la otra mitad estoy con mi familia”, afirma) para “echar una mano” a miles de familias que huyen de su país para evitar la muerte y sin saber cuál será su destino, ni...

...si tienen futuro. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se hace eco de un escrito que remite en el que narra algunas de sus vivencias al tiempo que manifiesta contundente sentir “pura vergüenza” ante lo que está viendo. El coordinador local de IU, que regresará el próximo día 16, dice sentirse avergonzado de la gestión que hace Europa de esta crisis. “Es la Europa de las fronteras cerradas, de la exclusión, la de no dar cobijo a los que huyen”.

Siento pura vergüenza

ACTUALMENTE me encuentro en el campamento de los olvidados refugiados de Idomeni en Grecia, y siento pura vergüenza de la gestión europea de la crisis de los exiliados, por las durísimas situaciones en la que se encuentran.

LA intención de desalojo del campo está provocando incidentes graves y que la situación es crítica por la tensión creciente. Hace unos días hubo una revuelta por el insostenible clima y clamaron que se abriesen las vallas para continuar hacia el norte de Europa. Durante la misma se produjeron ciertos disturbios con fuerte presencia de seguridad.


UN
muchacho de quince años ha intentado quitarse la vida mediante ahorcamiento en las vías del tren. El terrible suceso afortunadamente ha terminado con él indemne.

LOS planes de reasentamiento según fuentes del gobierno incluyen realojar aproximadamente a 4.500 personas, de las más de 10.000 que actualmente pueblan el campo, en el norte del país, en los alrededores de la ciudad de Salónica, en un nuevo recinto de acogida que procede de la readaptación de almacenes y supermercados vacíos.


EN el día a día que padecen los exiliados en Idomeni es un infierno en vida, un ataque a los derechos fundamentales y un auténtico y vergonzante genocidio. Antes, Europa podía parecer un modelo a imitar, ahora me da vergüenza, porque es un símbolo del desprecio al derecho de asilo y al respeto de los derechos humanos.

HAY que poner en valor el admirable instinto de supervivencia de los mal llamados refugiados y la enorme generosidad de las familias, que a pesar de estar viviendo sin poder atender sus necesidades más básicas conservan la sonrisa y la humanidad, ni siquiera mostrando señales de rencor: Sólo quieren despertar de esa pesadilla.


HAY que destacan la gran labor de voluntariado de muchos compañeros españoles que se están dejando la piel en turnos incansables para ayudar en todo lo posible, en un entorno en el que ni siquiera pueden comunicarse debidamente con los afectados por la diferencia idiomática pero en el que sin embargo se ha tejido una enorme red de apoyo sólida y muy eficiente.

ACTUAMOS ante una situación dramática y nuestro esfuerzo no hacen sino paliar un escenario que nos hace sentir vergüenza y terribles flashes de otras épocas que ya hicieron avergonzarse a toda una nación. Pero la historia se repite.

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