OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por José Cosín
Abogado


28/11/16. Opinión. El abogado José Cosín reflexiona sobre la permanencia del gilismo en Marbella y la forma en que determinados empresarios y políticos reclaman volver a la senda del pelotazo y la construcción sobre todas las cosas. Cosín critica las recientes declaraciones del presidente del Centro de Iniciativas Turísticas marbellí, Juan José González, realizadas durante la entrega de los premios empresariales de dicha...

...patronal la semana pasada. Las manifestaciones se relacionan con el tema central que el letrado desarrolla en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en esta Tribuna Abierta.

El gilismo que no muere en Marbella y que tanto agrada a la patronal del CIT

EL Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de Marbella nació en 1989 por iniciativa de un grupo de hoteleros y poco después fue reconocido como la patronal de los empresarios. Tristemente, desde la llegada de Jesús Gil y Gil en 1991 la patronal fue controlada por constructores y promotores que desplazaron el objetivo empresarial del turismo de lujo al del ‘turismo residencial’. Es decir, la construcción de segundas y ‘ulteriores’ viviendas. Aparecieron entonces urbanizaciones por toda la costa, masificando y echando a perder un destino turístico privilegiado. La candidatura de Miguel Gómez Molina a la presidencia del CIT que venció al promotor Pedro Rodríguez en 2003, estaba apadrinada secretamente por Juan Antonio Roca Nicolás y el secretario era el abogado Juan José González, hasta que fue elegido presidente en sustitución de Gómez Molina.

HE leído indignado las declaraciones que hizo el actual presidente de la patronal marbellí, Juan José González, en la entrega de los premios empresariales del CIT el pasado viernes. Reivindicó una “simplificación de la normativa” y la burocracia urbanística para “crear empleo”, además de exigir “que contratar trabajadores no resulte tan caro”. Por supuesto, se ofreció “a las administraciones para colaborar en la concepción de las estrategias”. Creo que ambas exigencias merecen una reflexión.

EL peso de la construcción en la economía malagueña no dejó de crecer durante la burbuja inmobiliaria hasta suponer más del 20% del Producto Interior Bruto (PIB), dando trabajo directamente a más de 100.000 personas. Durante la crisis estas cifras se redujeron al 12% del PIB, perdiéndose 75.000 puestos de trabajo. Fue entonces unánime la conclusión de que la economía malagueña en general y marbellí en particular debía diversificarse,  fomentando la industria, el comercio y la innovación. El motivo económico es sencillo: Una economía basada en la construcción es una economía poco competitiva, condenada a pagar bajos salarios a los trabajadores a cambio de grandes plusvalías para constructores y promotores.

PERMÍTANME poner un ejemplo. Si inviertes un millón de euros en construir y vender un inmueble, generas de forma inmediata un buen número de empleos y das actividad económica a notarios, constructores, abogados, agentes inmobiliarios, además de generar una importante cantidad de impuestos. Al cabo de un año, los empleos se perderán, quedando tan sólo el beneficio de los agentes económicos que asistieron al banquete que en España llegó a convertirse en orgia. Si este millón de euros se hubieran invertido en una fábrica, quizá la construcción de la nave industrial no hubiera generado tanto empleo en el primer momento, pero año tras año dicha fábrica habría creado valor añadido, empleo y riqueza, contribuyendo a una economía más competitiva.

LA diferencia entre ambas inversiones es evidente. La inversión en construcción, especulativa, genera economías desequilibradas, de salarios bajos para trabajadores y plusvalías desproporcionadas para promotores y constructores. La inversión en industria, comercio e innovación crea economías competitivas, con salarios y beneficios altos. ¿Por qué entonces no se promociona la economía productiva y por el contrario se fomenta la economía especulativa? Porque tenemos empresarios mediocres, que sólo saben ganar dinero con la construcción y socializar las pérdidas cuando se acaba la espiral especulativa que ellos mismos impulsan. Pero lo peor es la mala memoria de nuestros responsables institucionales y su afán por repetir modelos fracasados, que dan grandes beneficios a sus amigos los constructores en el corto plazo y miseria social a medio y largo plazo.

ME permití preguntarle al presidente de la patronal marbellí si exigiría la reducción de esos paupérrimos salarios y eliminación de normativa si su esposa limpiara habitaciones de hotel desde las 8 de la mañana a las 4 de la tarde por un mísero salario de 400 euros. Apenas dos  euros y medio por limpiar una habitación mientras que él gana cientos de miles por el mismo esfuerzo. Me hierve la sangre cuando dicen hacerlo para poder crear empleo y por ello decidí escribir este artículo, para que al menos, alguien conozca ‘la otra’ verdad.

PERO la patronal no es la única Institución que presiona para volver al modelo especulativo anterior. La semana pasada denuncié el chantaje al que intentaba someter la Asociación de Empresarios de Viviendas de Lujo al Ayuntamiento de Marbella acusándole de no otorgar a los promotores licencias de construcción en tiempo record y llevando a la prensa la falsa percepción de parálisis en la economía local. Exigían la “simplificación de la normativa y la burocracia”; es decir un urbanismo a la carta, como ocurría durante el gilismo, en el que incluyo el gobierno del Partido Popular de Ángeles Muñoz Uriol, cuyas relaciones con promotores y constructores son de sobra conocidas. A la campaña de acoso municipal se unió el director del diario Sur en Marbella, Héctor Barbotta, que pedía que la patronal marbellí se pronunciara al respecto, tal y como ha hecho obedientemente.

ESTO no significa que la construcción sea ‘algo malo’. Toda economía debe tener un sector constructivo equilibrado, pero lo que realmente traerá prosperidad a todos los ciudadanos son otros sectores, como el turismo de lujo, intensivo en mano de obra especializada, aunque no tan intensivo en capital cómo algunos desearían.

ESTA ofensiva que denuncié días pasados se ha visto acompañada por la lamentable actuación de los concejales del Partido Popular en el último pleno del Ayuntamiento, en el que dedicaron todas sus preguntas (once) a criticar la supuesta parálisis del urbanismo marbellí. ¿No creen que los ciudadanos de Marbella tienen otras preocupaciones más directas y serias que el ‘dichoso’ urbanismo? Lo que resulta incluso miserable es que intenten ocultar su interés en los supuestos “carpinteros, fontaneros y electricistas” a los que dicen servir, cuando resulta evidente que representan a los constructores y promotores, deseosos de volver al modelo de la especulación y del  pelotazo.

ME van a disculpar, pero otra Marbella y otra Málaga, más próspera, sostenible y justa es posible. Y este, evidentemente, no es el camino.

PUEDE leer aquí anteriores artículos del autor de esta publicación
- 15/11/16
¿Se está preparando una moción de censura en el Ayuntamiento de Marbella?