“Una Málaga donde sus autoridades no hacen ciudad sino parques temáticos para visitantes, que no prioriza a las personas que la habitan sino a espurios intereses especulativos que la privatizan, ni respeta su patrimonio histórico como ejes de su sostenibilidad. Y, en consecuencia, ignora a quienes se alzan contra ese modelo de trasnochado desarrollismo”
OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Ignacio Trillo
Ex delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga
19/02/19. Opinión. El ex delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga y exmilitante del PSOE, Ignacio Trillo, publica esta Tribuna abierta en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que hace una extensa y certera descripción del urbanismo que el alcalde de Málaga, Paco de la Torre (PP), ha aplicado salvajemente en este municipio sin encomendarse a nadie y con el estímulo...
...de su incompetente concejal del área, Paco Pomares (PP). En la segunda parte de esta misma Tribuna abierta Trillo hará un recorrido por los avatares que ha sufrido el edificio de ‘La Mundial’ hasta su anunciada demolición en breve, dado que la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga ha concedido licencia para ello.
Condenada a muerte ‘La Mundial’ de Hoyo de Esparteros, obra de Strachan (parte 1)
LA siguiente página de la historia de Málaga que se decide borrar. El inmueble fue construido en 1894 siguiendo la tipología constructiva del autor de calle Larios.
Una recreación de lo que podía ser el edificio de Strachan, conocido por ‘La Mundial’ del Hoyo de Esparteros, si se rehabilitase en vez de ser demolido para ser cubierta su parcela y gran parte de la plaza que le acogía para un hotel de doble dimensión y altura con diseño de cubo modernista del reconocido arquitecto Rafael Moneo.
RESPETAR los distintos paisajes urbanos que han ido conformando nuestra ciudad significa preservar las señas de identidad de la milenaria y privilegiada urbe en la que vivimos. Elementos fundamentales de las referencias históricas, culturales y ambientales de nuestra procedencia.
POR el contrario, destrozar los hitos legendarios que han ido creando la actual urbanización de Málaga representa empobrecer su presente y futuro al romper los puentes con todo lo que hoy nos puede relacionar sentimentalmente con el pasado.
Año 1869. El Puerto de Málaga, crucial para la venida a principios del siglo XIX de numerosas familias foráneas al calor del auge comercial que empezó a adquirir, una vez que Carlos III, a través de su ministro José Gálvez y Gallardo, malagueño del municipio de Macharaviaya, puso fin en el último tercio del siglo XVIII al monopolio comercial de los puertos de Cádiz y de Sevilla con las colonias situadas en el continente americano y asiático. De esta forma, comenzó una etapa de apogeo económico que llevó a Málaga a ser uno de los primeros focos de industrialización de España y con ello el surgimiento de una burguesía que dejó su impronta arquitectónica residencial e industrial esparcida por la ciudad. Foto: Puerto de Málaga grabado en madera aparecido en una revista francesa de turismo de la época.
ASÍ acontece actualmente en las ciudades cultas y civilizadas, no pasándole por la cabeza en similares entornos a ninguna autoridad pública, sea del signo político que fuera, atentar contra el valioso patrimonio histórico heredado, porque sería tanto como tirarse piedras sobre su propio tejado, es decir suicidarse políticamente.
Dibujo de la Málaga Musulmana realizado por Emilio de la Cerda en 1879. Fuente: José María Ruíz Povedano. Libro, Málaga, de musulmana a cristiana.
NO siempre fue así. Lamentablemente la tentación ‘atilana’ vino sucediendo desde los tiempos remotos en la ciudad consolidada de Málaga. Así, los romanos se empeñaron, no en hacer Malacca sobre nuevos terrenos, sino urbanizar sobre la huella dejada por la Malaka de los fenicios. También por encima o sobre las demoliciones de la urbe del imperio de Roma se asentaron el zoco y las construcciones de la amurallada Mālaqaá nazarí. Lo remataron los cristianos, poniendo sus iglesias sobre las valiosas mezquitas y acabando poco a poco hasta no hace tanto con las tramas urbanizadas con anterioridad.
Dibujo de Anton van den Wyngaerde de la plaza principal, hoy plaza de la Constitución, de Málaga en 1564, ochenta y tres años después de la conquista cristiana y donde se observan construcciones ya edificadas sobre anteriores de origen nazarí o la iglesia del fondo sobre la mezquita que existió aunque se conservan puntuales edificios del periodo anterior. Asimismo, junto a la casa del corregidor y el ayuntamiento, aparece ya la valiosa fuente de Génova que tanto trasiego y reformas conocería después, hasta volver nuevamente al espacio actual, aunque en otro punto asimétrico de la plaza al considerarse que son las procesiones religiosas las que fijan las prioridades urbanísticas del centro histórico. Fuente: Libro, Málaga, de musulmana a cristiana de José María Ruiz Povedano.
DE esta manera ha tenido que ser estudiado el pretérito sobre restos arqueológicos que casualmente han ido aflorando en las obras de las nuevas infraestructuras o edificaciones contemporáneas con ingentes pérdidas en detalle de aquella memoria. Verbigracia: aún perdura la incógnita sobre la perla romana y, más abajo, presunta fenicia que se podría hallar en la hoy plaza de la Merced.
Anfiteatro fantasma de la Málaga romana que se ha llegado a especular que yace debajo de la plaza de la Merced. Fuente: Diario Málaga Hoy.
SIN embargo se puede considerar este anómalo de aquel tiempo un fenómeno no exclusivamente local sino generalizado, afectando a cuantiosas villas y ciudades españolas. Primaba la conquista armada, lo militar, para borrar de inmediato el precedente existente. En resumidas cuentas, la barbarie talibán siempre reñida con la inteligencia. Cosas de la antigüedad y de su déficit cultural, se ha calificado por patrimonialistas para explicar semejante inopia.
PERO que suceda más recientemente menos perdón tiene. Como cuando llegó a nuestro entorno la plaga del desarrollismo, dejándonos como estelas un rosario de desaguisados. Nada de rehabilitar el pasado para conservarlo y acondicionarlo al presente, sino demoler lo existente y elevar sobre tabla rasa nuevos proyectos mostrando encima con descaro la inusitada pobreza que aportaban ese relevo de nuevas construcciones.
Otra imagen que nos llega por postales o fotos antiguas como lo significa la visual de la Catedral, principal monumento de la ciudad, vista desde el Puerto, sin barreras arquitectónicas que la oculten con la sola antesala del arbolado del Parque.
Hotel Málaga Palacio que se interpuso junto a otras edificaciones como barrera impactante que oculta el cuerpo principal de la Catedral, haciéndola imperceptible prácticamente desde la entrada marítima a la ciudad por el Puerto.
EN esta línea, aconteció la osadía de tapar con un hotel el principal monumento de la ciudad que queda en pie como lo significa la Catedral. Recubrir la arrasada Coracha con fríos muros lapidarios a lo que fue.
La Coracha que ya solo conocemos por postales o fotos antiguas fue un tradicional barrio de la ciudad de Málaga demolido por completo bajo el no tan lejano mandato de la alcaldesa Celia Villalobos de finales del siglo pasado. Estaba situado en la ladera del antiguo puerto en la época árabe. Unía el Castillo de Gibralfaro con la Alcazaba. Era de arquitectura andaluza tradicional, con casas blancas construidas con materiales de los muros de la propia Alcazaba.
Visto así una década antes de su destrucción ya en situación de dejación y abandono.
Lo que vino a sucederle. El mamotreto laberinto de muros y escaleras en que quedó, como especie de mausoleo, en recuerdo de la extinta Coracha.
EL infortunio de la invasiva y atiborrada Malagueta, emblema en su día del concepto de progreso que se tenía, barrera erecta e invasiva del litoral costero para impedir el paso del halo marítimo a sus postreros vecinos y al parque que le precede.
A mano izquierda, el complejo fabril con fachadas en blanco y una chimenea oscura que se eleva, corresponde a, ‘Málaga Electricity Company’, obra de Eduardo Strachan, autor de ‘La Mundial’ y calle Larios.
Varias décadas después y sin planeamiento alguno para la ciudad de Málaga, se había derogado judicialmente la normativa que estuvo vigente, se levantó como un milagro del desarrollismo el monstruito de la nueva Malagueta, también en nombre del progreso. Se puede observar la chimenea de lo que fue ‘Eléctrica Malagueña’, justo detrás de la Plaza de Toros y delante y arrinconada al vértice de dos hileras de bloques de viviendas.
En ese arrasamiento de cuantió existió, histórica y patrimonialmente, en la Malagueta, donde desapareció, entre tantos hitos, la primera Azucarera construida en 1860 por los Larios, quedó “olvidado” destruir una reliquia constructiva cuyos restos aparecen asfixiados por el ladrillo y el hormigón en la calle Maestranza; incluida la chimenea de la ‘Málaga Electricity Company’, la compañía inglesa que proporcionaba electricidad a la ciudad desde finales del XIX, que yace encarcelada en patio interior y que se podía denominar, de los vándalos. Se trata del edificio que sirvió para oficinas de ‘Eléctrica Malagueña’, más tarde, ‘Sociedad Hidroeléctrica del Chorro’, luego, ‘Sevillana’ y actualmente `Endesa´. La fabrica original, como ya se ha dicho, fue obra de Eduardo Strachan Viana -autor de ‘La Mundial’ y calle Larios- y su posterior reforma del año 1922 que aquí se observa después de ser muy reducida la edificación, correspondió al ingeniero, Juan Brottons. Pues bien una operación de venta de su titularidad, realizada hace año y medio, levantó las alarmas porque el edificio estaba sin protección y podía ser demolido para construir nueve plantas para uso residencial y hotelero, pretensión barajada por su nuevo titular.
EN este sentido, un promotor, limitado en lo económico para sus ambicionadas pretensiones de obtener fáciles plusvalías, aprovechando la degradación en que se ha dejado abandonada esta zona privilegiada del centro histórico, adquiere, no con fondos propios sino con créditos bancarios que sigue adeudando a la fecha, propiedades en ese entorno y halla a un prestigioso arquitecto que le sirva de gancho. Al unísono, encuentra la complicidad de las administraciones públicas que entran al trapo. La Junta de Andalucía, levantando en el año 2008 la protección de que gozaba el edificio conocido por ‘La Mundial’. El Ayuntamiento, conveniando en febrero de ese mismo año el proyecto con su titular. A cambio, la constructora tiene que pagar previamente los aprovechamientos y entregar los avales a la hacienda local para la nueva urbanización.
EN esta dirección, el equipo de gobierno municipal procede, quedando concluido y aprobado en abril del 2012, a cambiar la normativa del planeamiento urbanístico del casco histórico, conocido por PEPRI-Centro, para permitir que la altura, limitada a cinco pisos hasta entonces, pase a diez plantas. A la par, aumenta la densidad permitida de ocupación edificatoria del suelo, modificando y suprimiendo parte de la vigente trama urbana protegida, constituida por los viarios públicos, del Hoyo de Esparteros, Pasillo de Atocha y plaza de Arriola.
POR el contrario, el promotor no cumple sus obligaciones con las arcas locales durante casi once largos años, ni tan siquiera el pago de las anualidades del IBI que le corresponde como propietario, permitiéndose además el lujo de presionar durante todo ese tiempo al gobierno local sin atenerse a plazos y con la inactividad pública como respuesta que no procede a anular el convenio firmado. Sin embargo, el Ayuntamiento mientras tanto facilita rebajas, prórrogas y sucesivos aplazamientos a sus requerimientos de pagos, impensables para un ciudadano de a pie en sus compromisos fiscales, pago de multas, IBI o sanciones a las arcas municipales, hasta que por fin, en el nuevo recalentamiento que está acaeciendo en el sector de la construcción, el moroso promotor halla al solvente de turno, que, la pela es la pela, seguro que le habrá gratificado sobradamente la prolongada espera transcurrida con la connivencia de la institución local, para iniciar de inmediato las demoliciones, dando paso a la consumación del desatino.
Antiguos cines, Goya y Cinema Málaga, que perduraron hasta los años sesenta y setenta, ambos situados en la plaza de Uncibay.
Los dos adefesios para oficinas que la especulación inmobiliaria que todo lo puede hizo levantar en el centro histórico sobre las mismas parcelas tras demolerse los antiguos cines, Goya y Cinema Málaga.
EN tanto, aún perduran sus homónimos, Astoria y Andalucía, en la noble, torrijana y picassiana, plaza de la Merced, tal vez como recuerdo al bombardeo que sufrió en Bosnia, o para que no olvidemos el disparate que conllevó una de las más estúpidas malversaciones de fondos públicos habida, cifradas en algo más de treinta millones de euros, empleadas hasta la fecha por el erario municipal en adquirir y conservar ruinas para no saber qué hacer con ellas.
La ruina de la manzana de los antiguos cines Astoria-Victoria donde el Ayuntamiento lleva gastado más de 30 millones de euros con la adquisición y conservación de unas ruinas sin proyecto previo de uso público y donde en su incapacidad de raciocinio viene mareando la perdiz sobre si destinarlo a la ampliación de la Casa Natal de Picasso, construir un centro gourmet o dedicarlo a centro de interpretación de los museos de la ciudad, para finalmente acordar un concurso público para demolerlo y que la ciudadanía en la indefensión que se halla pague el pato con sus impuestos sin responsabilidad institucional alguna.
O hacer desaparecer los bellos jardines y mansiones del Limonar como castigo por ocupar tanto espacio, como desperdiciando metros de techo con lo que se costea en ese lugar su precio. O alargar con edificios despersonalizados y de caótica altura la zona Este, que siempre fue de baja densidad, cuando no la destrucción de barrios que ofrecían historia propia y una tipología homogénea, como Capuchinos, Olletas o el Perchel.
El Limonar, visto aquí desde Camino Nuevo, otro bello entorno malagueño que fue de mansiones y jardines y donde habitaron, entre otros, familias de procedencia centroeuropea y francesa que llegaron a la ciudad atraídas por la buena marcha de su economía.
MIENTRAS tanto, lo prioritario quedó fijado en la introducción de pastiches por doquier, inmuebles que, en sus antiestéticas figuras importadas, sin atenerse a razones diferenciales, no solo culturales sino también climáticas, daban igual que se construyeran en Gijón que en Málaga.
PUES bien, ahora, a estas alturas del siglo XXI, en ese atroz especulativo que sigue turbando o vaciando determinadas mentes irracionales de la oficialidad, toca dictar condena de muerte, nada de cadena perpetua revisable tan de moda en la crispación política del turbulento presente, contra el Hoyo de Esparteros y el edificio popularmente conocido por ‘La Mundial’.
‘La Mundial’, edificio construido por Eduardo Strachan, visto desde la calle Ordoñez, en su estado actual de deterioro producto de la consciente dejación institucional y de su actual titularidad al objeto de que sea motivo para su demolición.
Recreación del previsto hotel que con la firma de Moneo sustituirá a ‘La Mundial’ y a gran parte del Hoyo de Esparteros, visto desde una de sus bocacalles. Para ello ha sido necesario por parte del Ayuntamiento con la abstención de la Junta de Andalucía modificar a la carta las alturas hasta ahora permitidos, así como la densidad de ocupación del suelo privado y público, haciendo desaparecer hasta un viario público. También tener una paciencia inusitada para que el titular con el que ha convenido adquiera de un tercero la financiación necesaria para pagar con rebajas sus obligaciones con las arcas municipales.
EN este sentido, la concesión a una firma, limitada en lo económico para sus ambicionadas pretensiones, ha originado un esfuerzo administrativo de tramitación y cambios de normativas en el planeamiento urbanístico del centro histórico de la ciudad llevado a cabo por el Ayuntamiento para permitirle mayor densidad de ocupación y altura constructiva, a la vez que el erario público local no se ha visto compensado hasta hace días, permitiéndole el lujo de especular durante todo ese tiempo sin atenerse al plazo, según convenio rubricado, fijado para cumplir con las obligaciones contraídas con la hacienda local. Asimismo, se le han proporcionado rebajas, prórrogas y sucesivos aplazamientos, impensables para un ciudadano de a pie en sus compromisos fiscales o pago de multas o sanciones a las arcas municipales, hasta hallar por fin, en el nuevo recalentamiento que está acaeciendo en el sector de la construcción, al solvente de turno que le gratifica, la pela es la pela, la prolongada espera transcurrida con la connivencia de la institución local.
Marchando el siguiente desaguisado. El insostenible hotel rascacielos de presunta inversión catarí, -¿será también de jeques tiesos?- apuesta entusiasta de la Autoridad Portuaria, Ayuntamiento y Junta de Andalucía, a construirse sobre dominio público en el dique de levante y que incluirá casino y lujosos usos pecaminosos, contando “lógicamente” con demasiadas abejas a su alrededor por las mieles que en forma de pelotazos caerían del cielo, en este caso por mor de Alá, no de Jehová.
SEÑOR de la Torre, los malagueños, tan olvidadizos en el tiempo y a veces tan dejados por haber permitido tantas tropelías sin castigo alguno en las urnas, cuando observan estupefactos este affaire de ‘La Mundial’, puede hacerles recordar otras torpezas suyas, como sus preliminares reticencias o más bien zancadillas -al unísono realizadas por los dirigentes de su actual y enésimo partido- para que en el palacio de Buenavista se ubicara el Museo Picasso, simplemente porque la Junta de Andalucía era la portadora de la iniciativa junto a la familia del genio pintor; o las pegas, silencios, desacuerdos o dudas, que sembró para que el edificio de la Aduana no fuera destinado a museo pictórico y arqueológico. No es cuento chino, repase las hemerotecas.
NO obstante, lo anterior también es pasado. Lo importante es que al final se convenció y hasta apostó por una Málaga de capitalidad museística, aunque fuera por razones crematísticas de cara a atraer a un segmento de turismo de cierto poder adquisitivo. Da igual. Por ello, al filo de su cuarta edad política, menos excusa tiene para que haya vuelto a las andanadas -esta vez con la incomprensible complicidad de la Junta de Andalucía que se lo ha permitido- malogrando su reputada imagen última de ‘cultureta’ en la gestión pública al dar luz verde a la destrucción de ‘La Mundial’ y del Hoyo de Esparteros.
La condena a muerte de ‘La Mundial’.
DEMUESTRA y hace reconocimiento explícito que la historia de la ciudad que gobierna no es su fuerte, motivo que le ha llevado a empecinarse en su aniquilación.
AHORA que estamos otra vez en vísperas electorales, confiese, porque ha vivido desde su más temprana edad en el poder político, que no de todo hay que saber, y que además no ha tenido los asesores y gestores adecuados para transmitírselo y así no pecar de ignorancia, por aquello de que le haya predominado en su equipo municipal, en vez de la excelencia, el peloteo y las necesidades orgánicas y de equilibrios en interés de su partido.
REPÁSESE si no, lo manifestado sobre ‘La Mundial’ por su indocumentado edil de urbanismo, el señor Pomares, en la comisión municipal de Ordenación del Territorio que preside: que no merecía que se conservara y no entendía que se reclamara su protección, “como si se comparase con la Catedral”, cuando se trataba, “de una pensión que se hizo con cuatro duros por un maestro de obras porque había que comer”. Cuánta ignorancia, analfabetismo y desnudez destila... y encima, después de expresar semejante barbaridad, que siga dirigiendo el urbanismo y la ordenación de una ciudad cuya historia desconoce.
Arraijanal, la única zona virgen que quedaba en nuestro litoral, en este caso del municipio de Málaga, donde la presión urbanística nos ha llevado a que más del 80% de la superficie de la banda que va de 0 a 500 metros a la línea de costa, y que comprende 1.033,03 hectáreas, se halle ya urbanizada (la media del litoral andaluz ocupado en este segmento está en la mitad) bocado por tanto muy apetecible por las excavadoras que han emprendido un primer asalto.
19/05/2015. A tres días de las pasadas elecciones municipales, el alcalde y candidato del PP a revalidar el puesto de primer edil, bajo el lema de su campaña “Paco: Si”, vendiendo la compra con dinero municipal de los terrenos de Arraijanal a regalar por 75 años a la Academia de fútbol bajo una Fundación privada titular del jeque catarí propietario del club, precipitadamente declarada de interés público, a la vez que en aquella fecha le lanzaba el órdago a la Junta de Andalucía tachándola de sectaria para que fuera publicado de inmediato en el BOJA, hecho que ocurrió dos meses después, 06/08/2015, como si el mes de agosto, para no poder recurrir porque se está de vacaciones fuese el ideal, no fueran para las bicicletas sino para el urbanismo impune. A pesar de este proyecto ‘electorelo’, partidista y populista, resultó fallida la pretensión de Francisco de la Torre de meterse en el bolsillo los votos de los aficionados al Málaga CF, perdiendo en aquella cita con las urnas seis concejales y con ello la mayoría absoluta de la que gozaba. Esos árboles que le dan sombra, quizás a día de hoy ya no sirvan ni para ese fin de nuevas promesas electorales tan insostenibles ante la tala que ya se ha llevado al efecto. Foto: CET, Europa Press.
Aparcamientos asfaltados. Construcciones edificativas. Campos de fútbol con graderíos y céspedes naturales y artificiales, encima y por debajo de un espacio natural que se dice proteger para conservar el único sistema dunar existente en nuestro saturado litoral ya construido. Más, teniendo en cuenta que el planeamiento vigente fija esos usos deportivos en terrenos situados al norte del Puerto de la Torre junto a la segunda ronda de circunvalación. Fuente: Diario Sur.
Obras de la Academia de Fútbol del Málaga bajo fundación deportiva privada del jeque catarí, titular del equipo local de balompié, iniciada con polémica, al no ser Arraijanal el espacio adecuado para su construcción (zona protegida, inundable, con servidumbres aéreas, congestión del tráfico rodado en caso de evacuación...) y que al poco tiempo de comenzar, tras haberse cargado la cubierta de suelo que tenía que proteger, afectando además al equilibrio de sus acuíferos, ha quedado paralizada al no haberle sido abonados a su constructor las certificaciones por las actuaciones ejecutadas.
ASÍ, en la gestión municipal de este edil de urbanismo, un día levanta o desanima a que se abran procedimientos infractores sobre su materia competencial, como ha sido publicado, u otro día firma la iniciativa, sin estar habilitado, para la declaración de parque supramunicipal -¿es edil también de otros municipios?- público de especial protección en Arraijanal, para a continuación autorizar la construcción de una academia de fútbol concesionada a un privado, hoy escandalosamente paralizada a causa de la insolvencia de un jeque tieso a pesar de los informes municipales que así lo advertían, de cara a cargarse la sostenibilidad ambiental de lo que dice promover. Por cierto, ambos casos sub júdices.
COMO para mandarlo a la Universidad, no a la católica integrista de Murcia de titularidad privada a la que el Ayuntamiento le ha dado los terrenos gratuitos sino a la de Juan Carlos I para hacer conjuntamente el máster que su líder nacional, Pablo Casado, nunca realizó.
LE avanzo, señor De la Torre, que en una segunda parte que vendrá a continuación relataré la historia del Hoyo de Esparteros y de ‘La Mundial’, antes conocido como palacete de los condes de Benahavís o de Loring-Heredia ¿le suenan ambos apellidos?, ¿le suena Strachan? Para que los tenga bien presentes cuando un siglo de estos se jubile y llegue a darse cuenta, desde su posicionamiento de “centro-izquierda” recientemente autoproclamado en plan populista que no osó etiquetarse cuando tomó posesión en blanco y negro como presidente de la Diputación en aquel lejano año de 1971, acerca del estropicio patrimonial e histórico originado con la ciudad que tanto ama.
11/07/2016. Concentración en el Hoyo de Esparteros para la defensa de ‘La Mundial’ ante su prevista demolición. Una Málaga donde sus autoridades no hacen ciudad sino parques temáticos para visitantes, que no prioriza a las personas que la habitan sino a espurios intereses especulativos que la privatizan, ni respeta su patrimonio histórico como ejes de su sostenibilidad. Y, en consecuencia, ignora a quienes se alzan contra ese modelo de trasnochado desarrollismo que lleva en su tabla rasa con respecto al pasado a pan para hoy y hambre de pobreza cultural para las futuras generaciones que indignadas seguro que nos lo reprocharán.
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