“Lo veremos la noche del recuento de los votos, empeñados Podemos y Ciudadanos en resucitar el bipartidismo ante la incapacidad de contribuir a la necesaria estabilidad política del país”

OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Ignacio Trillo
Ex delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga

02/10/19. Opinión. El ex delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga y ex militante del PSOE, Ignacio Trillo, reflexiona en esta segunda parte de su Tribuna abierta para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el estado de la situación política española, analizando la crisis de Podemos “La desidia de la dirigencia hacia la organización porque toda su...

...visión de la política y el esfuerzo realizado desde su arranque ha sido cortoplacista y volcado electoralmente para el poder, quedándose sin raíces ni puntos de conexión con la sociedad civil” y la irrupción de Errejón “Se acabó la previsible abstención y en esto llegó Errejón y mandó parar la sangría de votos que se estimaba para la suma de la izquierda”.

La convulsa situación política y la irrupción de Errejón (y II)

La crisis de Podemos

Podemos ha tirado por la borda y en un plis plas un proyecto de ilusión colectiva surgida. Recordemos que llegó a situarse en las encuestas de enero del 2015 como la primera fuerza política del país.

Hoy por el contrario languidece, reconvertido por un hiperliderazgo matrimonial caprichoso -¡qué contrasentido a lo que significó el movimiento participativo del 15-M!- incapaz en dos ocasiones que sobre su piedra se levantara, no el asalto que llegara a los cielos sino, al menos la formación de un gobierno progresista frente a los corruptos estructurales y recortadores del Estado del Bienestar, y que la última ocasión negociadora, donde nada ha importado el programa, programa, programa, haya arrojado por su cubierta sin rumbo y con destino al fondo de los océanos, tres ministerios y la vicepresidencia, porque ambicionaba más y más en esa kafkiana teoría de juegos que ha aplicado al tablero de la negociación.

¡Cuánto se va a acordar de esta pérdida de cuota de poder que podía haber alcanzado el manta del mantra Iglesias y va a escribirse sobre este esperpento por futuros historiadores!

Los trenes en política no pasan dos veces como tampoco el cartero repite la llamada. Hoy, por tanto, sinónimo del voto a Podemos, es el de la inutilidad, o en todo caso el de su estéril depósito en las urnas para masoquistas o para una resistencia numantina y mesiánica antisistémica con destino a ninguna parte.

Del asalto a los cielos, cayó desde las nubes el proyecto como una gota fría ha arrasado cuento ha pillado por delante para volver a empezar con otras elecciones.

Lo veremos también la noche del recuento de los votos, al igual que Ciudadanos, empeñados ambos partidos en resucitar el bipartidismo ante la incapacidad de contribuir, desde que irrumpieron en la escena institucional, a la necesaria estabilidad política del país. Cuatro elecciones generales en cuatro años. Y con Podemos, se irá por la misma borda, en un 2x1 lo que queda de una IU subordinada a un maniático liderazgo ajeno.

Pero hay otros elementos a destacar de la estrategia errónea desarrollada por Podemos que suman para que haya entrado en barrena.

Se ha desfondado y prácticamente desaparecida su afiliación por la desidia de la dirigencia hacia la organización porque toda su visión de la política y el esfuerzo realizado desde su arranque ha sido cortoplacista y volcado electoralmente para el poder, quedándose sin raíces ni puntos de conexión con la sociedad civil.

Ha sido abandonado, o forzado a que se marcharan, la mayoría de los dirigentes fundadores. Aparece al día de hoy como exclusivo aparato electoral al igual que los demás partidos, pero donde la presencia del líder se hace imprescindible. Ha menguado tanto la militancia que si es consultada responde en plan conservadora como un partido convertido en sindicato para el empleo de cara a obtener un puesto de trabajo en su estructura. Más de lo mismo de lo que ya teníamos.

Asimismo entre sus déficits, su carencia de proyecto para una España en la que parecieran no creer, disuelto como el azucarillo en un cantonalismo estrafalario y genérico con ese derecho a decidir sin límites territoriales, le ha hecho ir de continuo y a remolque de chiitas tribales o de carlistas independentistas que se llaman republicanos, sean catalanes, vascos o donde surjan y haya que apuntarse al bombardeo. Así ha acabado, en un paso adelante y dos hacia atrás, recuérdese lo sucedido con su dirigente catalán, que no italiano, Albano Dante Fachín, mareando hasta a las propias mareas y a todo bicho viviente que escuche su doctrinario argumento, expresado además como papagayo en respuesta a lo que se les pregunte aunque no cuadre.

Un partido que se dice de vocación internacionalista y solidaria, -más necesario que nunca ante los nuevos desafíos como el cambio climático, la emigración política y laboral o para hacer frente a la ola reaccionaria, proteccionista, nacionalista y populista que globalmente nos asola- y sin embargo atrapado en las trampas saduceas del egoísmo insaciable de regiones ricas, como Cataluña, con clases políticas corruptas o de psiquiátricos que irresponsablemente abren procesos con destino a ninguna parte que no sea librarse de la cárcel y tener a buen recaudo -Suiza, Andorra u otros paraísos fiscales- lo robado.

Además, Podemos ha demostrado que nació sin saber nada de nuestra historia contemporánea. Su desconocimiento, por ejemplo, de lo que significó en materia político-territorial la fallida experiencia de la Iª República es total. Pero a la par del canovismo caciquil que le continuó, con la monarquía intervencionista que lo mangoneó, cuando el propio Pablo Iglesias pide al Jefe del Estado, el monarca Felipe VI, que interceda para imponer un gobierno de coalición.

Un suspenso total si añadimos el disparate o patinazo que introdujo en un debate televisivo para más sonrojo donde a colación de dar salida al conflicto catalán, Pablo Iglesias hizo alusión a que los andaluces manifestamos el 4-D de 1977 nuestra voluntad de seguir siendo parte de España, lo que le confiere a esa fecha un carácter supuestamente plebiscitario que no tuvo, como tampoco ningún deseo secesionista o independentista, menos sobre un derecho de autodeterminación llevado a cabo en referéndum el 28 de febrero. De indocumentado supino, impropio de un profesor universitario.

Por ello es fácil deducir, ante tanta ignorancia, lo que significó para Iglesias, en vez de avance histórico con contenido democrático, su denostada Constitución de 1978, que, aparte de acabar con una monarquía históricamente intervencionista en política, al margen de la soberanía popular, le ha llevado, al no emplear el mismo método de pacto que se llevó para su elaboración, al más rotundo de los fracasos en sus últimas negociaciones con el PSOE.

Nada por tanto sabe del complejo proceso de transacciones que llevó a la Transición, y la altura de miras como estadistas de aquella clase política, preparada y solvente, de naturaleza negociadora, que no entreguista, tampoco caótica e irresponsable como la actual, porque así se hacía necesario para conquistar derechos y libertades a la vez que teniendo en cuenta no facilitar, a los nostálgicos del retorno al franquismo, baza alguna a pesar de las provocaciones que no pararon de realizar. Este desconocimiento le ha llevado a Iglesias a quedar desnudo al demostrar que no tiene ni idea de lo que es negociar.

Tampoco ha sido de recibo en el declive de Podemos, mandar a la almoneda, a partir del 20-D-2015, el discurso transversal que dio frescura a su proyecto inspirado en el 15-M, sustituyéndolo por otro basado en un trasnochado obrerismo, extraído de los sectarios manuales empolvados y más añejos de la IIIª Internacional. Su consideración de la casta, de la que ya no habla, quizás por sentirse inmersa en su seno por cínica praxis de escaparate, hace que el desgaste sufrido, sobre todo para el voto joven de la precariedad laboral y de los interruptus contratos temporales, le lleva a la actual carencia de credibilidad ante amplios sectores de la sociedad que antaño apoyaron con entusiasmo y tomándolo como ejemplo de austeridad al extinto inquilino vallecano.

En Málaga, también le coge a contra pié a Podemos estos comicios, divididos los que quedan, entre los unionistas que encabeza el edil del ayuntamiento de Málaga, Nicolás Sguiglia, y los confederales de Teresa Rodríguez, que lo lidera el coordinador provincial, Alejandro Serrato.

En resumidas cuentas, habiendo agotado el discurso y abandonado a su cuerpo electoral con destino al abstencionismo, sin embargo parece que Iglesias no ha tenido en cuenta que los espacios políticos que en democracia se dejan vacíos, se suelen cubrir de inmediato.

La irrupción de Errejón

Se acabó la previsible abstención y en esto llegó Errejón y mandó parar la sangría de votos que se estimaba para la suma de la izquierda. Es lo que procura ahora liderando la naciente formación: "Más Madrid", acabar con los errores cometidos en la fallida negociación para formar gobierno, y así burlar el hastío y la inhibición que en un sector de los votantes florecería sin su presencia electoral.

Se veía venir, no ha sido producto de una traición como le acusa un desconcertado Podemos, en tan horas bajas, viendo que sus aliados se han ido con él, sino de un elemental sentido de la oportunidad política.

Ni al rey felón, Fernando VII, se lo pusieron así de fácil, en este caso para que pudiera ganar siempre al billar.

Porque si no se hubiera dado esas condiciones objetivas, Errejón no tendría juego político alguno. Por el contrario, su irrupción más que esperada tras el fiasco del acuerdo PSOE-UP produce rotos y descosidos por doquier, fundamentalmente a la formación morada de Iglesias.

Pero Errejón debería aspirar a algo, teniendo en cuenta los vacíos que se producen actualmente en el mapa electoral, que la mera alianza con grupos regionales o con un Equo que a diferencia de los Verdes alemanes ha estado instalado en la práctica marginalidad.

Sigue haciendo falta en España un discurso con práctica consecuente sobre la regeneración y la innovación en el campo de la política, más o menos en la línea del aire fresco que insufló el partido radical italiano, o sobre la ética, la transparencia y la revalorización de la cosa pública y del nivel exigible a los que se dediquen temporalmente a la política con vocación de servicio público y para salvaguarda del interés general, en línea con lo que antaño abanderó el partido del viejo profesor, don Enrique Tierno.

De igual manera, no debería desdeñar dirigirse por igual a un sector progresista y regeneracionista que se esperanzó con la llegada de Ciudadanos, a la vez que lograr, para que no se pierda en la abstención, ese voto socialista de insatisfacción de jóvenes, juntos a otros que existe en algunos lugares como Andalucía, ante la incapacidad de la dirección federal del PSOE de haber renovado el conjunto de la organización; más en el caso de Málaga, con una ejecutiva provincial que perdura con tinte homogéneo de color susanista, con algunos impresentables candidat@s que volverán a presentarse a estos comicios más achicharrados que la pipa de un indio, entiéndanse a los golpistas a Pedro Sánchez, con el ínclito Miguel Ángel Heredia a la cabeza.

Hago un paréntesis para resaltar el pie cambiado que también le ha pillado al PSOE de Málaga este adelanto que no esperaban de nueva convocatoria electoral, cuando se hallaba en puertas de dos operaciones cainitas que comenzaban a tomar vuelos, drásticamente frenadas ante la inoportunidad del momento. Una, encabezada por Dani Pérez para desbancar en la secretaría general provincial a un José Luis Espejo, desfondado, ausente, que tiene más muerto que vivo al partido que debía dirigir. Y una segunda, en otra dirección, consistente en elevar al senador Josele Aguilar Román de futuro candidato a la alcaldía de Málaga para el 2023.

Volviendo a Errejón, doy por descontado que para el desafío que se ha planteado y empezar con buen tono, necesita también el revulsivo de establecer un sello de calidad en su proyecto, que solo se lo proporcionaría contar con gentes de reconocida solvencia y conocimiento en las circunscripciones que se presente, de lo mejorcito de la sociedad y de lo más trabajador/a, rehuyendo del anonimato orgánico, de fracasados o del patetismo que representan aquellos que llevan toda la vida comiendo de la política, dando saltos de trampolín de un partido a otro, porque no tienen otra opción de vida.

Como también está claro que esa perspectivas que de positivo genera, se vendría abajo si redunda los mismos errores de Podemos, que no voy a reiterar porque ya han sido suficientemente explicitados, aunque si voy a hacer hincapié, en la necesidad que desde la izquierda se relate y se exponga al fin y sin complejos un proyecto plural y de progreso para una España moderna, como espacio común de igualdad, convivencia y solidaridad.

Ridículo sigue siendo a estas alturas, el trauma existente en determinados sectores de la izquierda apenas se pone en boca de alguien el término España, regalando esa baza a la derecha.

Hay que profundizar en el capítulo VIII de la Constitución, siendo la estrella la reforma del Senado como cámara de representación federalizante, pero a la vez para que se acabe con los negros nubarrones que va sembrando la derecha que amenaza el principio de igualdad entre compatriotas, con rebajas fiscales en comunidades autónomas o municipios que ponen en peligro la sostenibilidad del Estado del Bienestar, o con una enseñanza pública en peligro de quedar arrinconada por no dotarse de recursos suficientes a la par que se fomenta y aumentan las subvenciones a la privada o a la concertada, así como en finiquitar el sectarismo más manipulador y acientífico del localismo más chauvinista que como historia del lugar se imponen a las editoriales de los libros escolares, no incompatibles con la pluralidad conformadora de nuestro actual Estado, mosaico de crisol de culturas diversas.

En ese situar en un primer plano a la España laica de progreso y de futuro donde la cultura, la enseñanza y la formación permanente sean prioridades, -separada por tanto de las sinrazones conceptuales y metafísicas de lo más casposas en que siguen empeñadas las derechas, para tapar sus traiciones al electorado, a las corrupciones estructurales que le gangrenan o las desvergüenzas de que suelen hacer gala-, es la misma que ya pusieron en sus bocas y acciones grandes patriotas de nuestra IIª República, como Manuel Azaña o Antonio Machado, junto a esa riada de exiliados esparcidos por todo el mundo en ese sufrimiento de desarraigo y persecución que sufrieron, no pensando tanto en retornar a su terruño, a su pueblo, a su aldea sino a esa España que como sujeto político pretendieron remozar y transformar.

Por eso reproduzco para acabar, ese clamor que embargaba al poeta y escritor, Max Aub, en su horrible peregrinaje entre campos de concentración y exilio: "¿Dónde estás España? donde voy, te veo".

Aquí anteriores artículos de la sección Tribuna Abierta:
- 01/10/10 La convulsa situación política y la irrupción de Errejón (I)
- 03/07/19 Viaje al centro de gravedad del “PSOE de Málaga SL” (1ª parte)
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- 04/06/19 Elecciones municipales, autonómicas y europeas 2019. España (parte 1)
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