“Desde el pasado domingo, el director del diario Sur, Manuel Castillo, ha decidido dar un paso más. Málaga se le ha quedado pequeña y parece haber decidido dar pasos para ver si es posible trasladar la sinrazón al conjunto de España. Sólo así se puede entender el irresponsable y demagógico artículo que, bajo el capcioso título “Unidos contra el virus y la infamia”, lo único que hace es utilizar la infamia para fomentar la desunión y el enfrentamiento. Y lo hace, además, con un artículo cargado de medias verdades y mentiras manifiestas que, muy lejos de promover la unidad de todos los españoles que él mismo considera imprescindible para controlar la pandemia, fomenta la desunión entre ciudadanos y trata de conseguir un rédito político miserable y rastrero”
OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Antonio Somoza Barcenilla
Periodista. Exredactor del diario Sur
26/03/20. Opinión. El periodista en ejercicio y exredactor del diario Sur que dirige Manolo Castillo, Antonio Somoza, contesta muy duramente, desde una Tribuna Abierta para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com titulada ‘Manuel Castillo y la infamia’, el artículo que el director del diario de Vocento publicó en su medio de comunicación el pasado domingo día 22...
...bajo el título ‘Unidos contra el virus y la infamia’ (AQUÍ).
Manuel Castillo y la infamia
El Diario Sur acaba de aplicar un ERTE a buena parte de su plantilla (de lo poco que quedaba de ella tras los sucesivos recortes que ha ejecutado el grupo Vocento en los últimos años), apenas dos días después de que su director, Manuel Castillo, publicara uno de los artículos más irresponsables y demagógicos que se han escrito en España desde que estallara la crisis sanitaria.
Manuel Castillo se ha especializado en aplicar con mano de hierro recortes de personal por todos los medios que ha dirigido sin que le temblara la mano (AQUÍ). EL OBSERVADOR ya publicaba el pasado lunes un catálogo de sus logros como liquidador. En la mayoría de los casos por la aplicación de ERE´s para que las responsabilidades económicas de sus decisiones las asumiéramos entre todos. Hay que recordar que este tipo de medidas se sufragan mediante impuestos, unos impuestos que sufren continuos ataques desde los partidos de derechas y desde los medios que él ha dirigido. Critica las obligaciones fiscales al mismo tiempo que no tiene problemas para cubrir los efectos de su mala gestión y la desvergüenza de su empresa.
La actividad de Manuel Castillo no solo ha mostrado incoherencias en la gestión de los medios que ha dirigido. Voy a hacer una sucinta relación de actuaciones que, aunque no lo parezca, tienen mucho que ver con la actual situación y que condicionan seriamente el futuro más inmediato.
Con su línea editorial, fomentó y alentó todas las iniciativas para convertir a Málaga en una tierra de monocultivo turístico; al tiempo que acallaba todas las críticas ciudadanas que se oponían a estas políticas y que alertaban de los graves riesgos que asumíamos al poner todos los huevos en el mismo cesto. ¿Y ahora qué? Desde mi punto de vista, Málaga corre el riesgo de pasar en unas semanas de ser un parque temático en un gran decorado vacío…, muy bonitos, pero sin seres vivos en su interior. Ahora no hay turistas y tampoco hay vecinos porque fueron expulsados de sus domicilios, sacrificados para dar cabida a legiones de turistas que nos iban a traer una lluvia de millones. El turismo masivo, ese que tanto defendían Manuel Castillo y alguno de sus principales colaboradores, se ha demostrado como uno de los principales responsables de la expansión del virus por todo el planeta.
Desde el pasado domingo, Manuel Castillo ha decidido dar un paso más. Málaga se le ha quedado pequeña y parece haber decidido dar pasos para ver si es posible trasladar la sinrazón al conjunto de España. Sólo así se puede entender el irresponsable y demagógico artículo que, bajo el capcioso título “Unidos contra el virus y la infamia”, lo único que hace es utilizar la infamia para fomentar la desunión y el enfrentamiento (AQUÍ) . Y lo hace, además, con un artículo cargado de medias verdades y mentiras manifiestas que, muy lejos de promover la unidad de todos los españoles que él mismo considera imprescindible para controlar la pandemia, fomenta la desunión entre ciudadanos y trata de conseguir un rédito político miserable y rastrero.
Hay un viejo dicho marinero o pirata (no tengo muy claro su origen), pero que en cualquier caso es de sentido común. Como me imagino que Manuel Castillo, tan acostumbrado a pasear por salones elegantes alejado del populacho marinero y/o pirata yo se lo cuento: “En medio de la tormenta –dicen los piratas y marineros- no dispares al timonel porque acabaremos todos en el fondo del mar”.
Es cierto que ha habido errores en la gestión de esta crisis, pero no sólo por parte de uno de los partidos que sustenta al actual gobierno de España, como se deduce del artículo en cuestión. Han fallado todos los políticos de todos los países del mundo, incluido el de España, independientemente del color político de los gobiernos, y de todas las comunidades autónomas de nuestro país. En este sentido hay que recordar que la gestión de la sanidad y la existencia de medios de protección era responsabilidad de las comunidades autónomas hasta la declaración del estado de alerta…, y ninguna había previsto una situación como la presente).
En cualquier caso este no es el momento de exigir responsabilidades ni de manipular a la opinión pública para forzar crisis de gobierno que, por otra parte, no son posibles en una situación de estado de alarma. Tiempo habrá de hacer un estudio de las actuaciones de todos (políticos, medios de comunicación y ciudadanía en general) y de exigir responsabilidades. Ahora, en todo caso, solo cabe la autocrítica. ¿Conoce Manuel Castillo el significado de esta palabra? Me temo que no. No es grave, puede solucionar esta pequeña laguna con una consulta en el mismo diccionario en el que buscó el término infamia.
La ciudadanía debería reflexionar sobre las actitudes egoístas e insolidarias, como los viajes de turismo al comienzo de la crisis o los asaltos de los supermercados que han sido un factor esencial para la difusión de la epidemia en los primeros momentos. Y los medios, también deberían valorar la adecuación del formato de minuto y resultado en situaciones de estrés colectivo. A mi juicio, contribuyen a disparar el pánico colectivo, justo lo contrario de lo que parece necesario para situaciones de este tipo. De artículos como el de Manuel Castillo, mejor no hablamos.
Y, en cuanto a la política, cuando llegue el momento habrá que estudiar la actuación de las autoridades. Habrá que determinar si fueron irresponsables al no detener toda la actividad desde el 31 de enero (momento en el que se detectó el primer caso en nuestro país). Visto desde ahora parece que muy responsables no fueron, pero no se qué tipo de artículo hubiera firmado Manuel Castillo si ese día, 31 de enero, o incluso el 29 de febrero, el Gobierno hubiera dictado la clausura de todos los bares y hoteles, si hubiera cerrado el espacio aéreo y las fronteras, hubiera suspendido todos los eventos deportivos, culturales y religiosos y si nos hubiera confinado a todos en casa sin que la mayor parte de la población tuviera una sensación de peligro inminente. Es posible que, a los problemas del virus habría que añadir los efectos de un estallido social. Viendo la falta de responsabilidad de su último artículo, y su apoyo sin fisuras al modelo de turismo masivo, no dudo que se habría despachado con litros de gasolina para promover una revuelta social contra el gobierno sin tener en cuenta las consecuencias.
Pero, como decía, también habrá que estudiar la actuación de las comunidades autónomas en la gestión del sistema sanitario -desde las políticas de privatizaciones y los recortes de medios en la sanidad pública hasta el desabastecimiento de materiales de protección en los centros sanitarios-. Y, no se nos olvide su papel en el control de las residencias de ancianos que era y sigue siendo responsabilidad de las autonomías, aún en el estado de alerta. No quiero adelantar juicios de valor, pero da la impresión de que, en la mayoría de los casos, no se ha estado a la altura.
Hay un par de actuaciones más que también habría que estudiar para no caer en los mismos errores en el futuro y que son responsabilidad de quienes nos gobiernan. Una, ni siquiera la nombra en su artículo, ha sido común en todos los países. La otra, a la que dedica la mayor parte de su infame soflama, si que puede ser achacable al vicepresidente Pablo Iglesias. No ha sido el único en actuar de manera poco responsable, pero es cierto que sus actos tienen mayor trascendencia por el plus de ejemplaridad que debe aportar una autoridad como él.
La primera, que se ha repetido en todos los países de nuestro entorno, está detrás del pico de contagios que se está produciendo estos días en España, es la falta de previsión sobre el asalto a los supermercados al conocerse la noticia de que se iba a declarar el estado de alarma. Estoy seguro que ese día se produjeron muchos más contagios en las colas de los supermercados que en las celebraciones del día de la Mujer. Los que centran su atención en la manifestación del día 8 habrá que recordarles que ese mismo fin de semana se disputaron en España 4.000 partidos de fútbol, 680 de baloncesto y en torno a un millar de otros deportes. También se celebraron 18.000 misas, miles de eventos culturales e incluso se celebró un congreso de Vox. En este último evento participó Javier Ortega Smith, que no se privó de estrechar manos y repartir besos y abrazos a pesar de los evidentes síntomas de enfermedad después de haber visitado Milán, saltándose todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Para Manuel Castillo, todo esto no cuenta; para él, el único responsable parece ser Pablo Iglesias.
Y es cierto que Pablo Iglesias tiene parte de responsabilidad por saltarse la cuarentena para asistir a las reuniones del Consejo de Ministros. Yo tampoco entiendo esa necesidad de tener que asistir en persona estando en cuarentena, pero no me parece que las consecuencias de esa imprudencia tuviera un efecto demoledor, aunque es cierto que causo mucha perplejidad y enfado entre la ciudadanía que trata de seguir a rajatabla las indicaciones de confinamiento, a pesar de los problemas que les acarrean en muchos casos las condiciones de las viviendas y el tamaño de las familias. Tratar de poner esa actuación en el centro de la crítica es, cuando mínimo, desmesurado.
Pero espero que cuando pase la crisis exijamos las responsabilidades que hubiera lugar al Gobierno, a las comunidades autónomas, a los ayuntamientos y a los políticos europeos; pero también a los empresarios que se enriquecen con la subida de precios del material de protección sanitario, que puede que sea legítimo en el actual sistema capitalista, pero que no deja de ser inmoral y que puede tener efectos mortales. Si actuaciones de este tipo son legítimas en este sistema político y económico, tampoco estaría demás que sometiéramos a crítica el actual sistema. Y también la responsabilidad de los empresarios que, siguiendo los principios de rentabilidad propios del capitalismo, han deslocalizado buena parte de la producción y que, ahora mismo, nos impide fabricar en nuestro país los equipos de protección que tanto necesitamos.
Un detalle que da una idea de altura moral del director del diario Sur es la crítica desaforada a los miembros de Podemos en el Gobierno. Creo que es necesario recordarle que su propio periódico ha utilizado un ERTE para salvar los muebles, una medida que no aplicó el PSOE ni el PP en la gestión de la anterior crisis y que tampoco están utilizando otros gobiernos de nuestra zona de una ideología más próxima a la que transpira todo el artículo de Manuel Castillo. ¿Se ha interesado, por ejemplo, de la protección que tienen los trabajadores o las pequeñas empresas en Estados Unidos?
Desde luego, este Gobierno está cometiendo fallos, sin duda; pero prefiero que estén ellos al frente a que la lucha contra la pandemia la encabezara un señor, Casado -que despreciaba a la Ciencia como la mejor arma para hacer frente a la crisis-, apoyado por irresponsables como Ortega Smith que tras contagiar a medio pabellón de Vista Alegre mandó un video desde su casa en el que aseguraba que sus genes hispanos eran el mejor remedio contra los virus chinos. Inés Arrimadas, el alcalde de Madrid, Martínez Almeida, o el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, por el contrario, si que están dando un ejemplo de responsabilidad y patriotismo. Otros, entre los que incluyo a Manuel Castillo, por desgracia no están al nivel.
Para terminar me voy a permitir robarle la última frase de su impresentable panfleto. Artículos como el tuyo, Manuel Alejandro Castillo, si que agitan la convivencia y rompen España.
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