Nos siguen matando, nos relegan al empleo más precario y perdura la brecha salarial y el ‘suelo pegajoso’ que nos impide avanzar en igualdad de condiciones

OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Remedios Ramos
Coordinadora local de Izquierda Unida Málaga y concejala de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Málaga

08/03/22. Opinión. La concejala de Izquierda Unida, Remedios Ramos, escribe en esta Tribuna Abierta para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre las desigualdades que siguen sufriendo las mujeres: “En el ámbito laboral la desigualdad sigue siendo grosera. Siendo nosotras el 53% de la población activa, tenemos una ocupación de 1.529.000 empleos menos que los hombres,...

...ocupamos el 73% de los contratos a tiempo parcial, nuestro salario supone el 77,5% del salario de los hombres y somos el 68% de la población asalariado con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional”.

Nos matan por ser mujeres

En 2022 el 8 de marzo sigue siendo una fecha reivindicativa imprescindible porque es muy necesario visibilizar las injusticias que sufrimos las mujeres. Nos siguen matando, nos relegan al empleo más precario y perdura la brecha salarial y el ‘suelo pegajoso’ que nos impide avanzar en igualdad de condiciones.


Continúa en el primer plano la lacra de la violencia machista. Es dramático que siga la violencia extrema contra las mujeres y que nos sigan asesinando por el hecho de ser mujeres. En escasos dos meses ya arrastramos el indignante bagaje de seis mujeres asesinadas por la violencia machista.

En el ámbito laboral la desigualdad sigue siendo grosera. Siendo nosotras el 53% de la población activa, tenemos una ocupación de 1.529.000 empleos menos que los hombres, ocupamos el 73% de los contratos a tiempo parcial, nuestro salario supone el 77,5% del salario de los hombres y somos el 68% de la población asalariado con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional.

La realidad es que los sectores de actividad en los que se paga menos y en los que se agrava la brecha salarial son los sectores más feminizados. A la vez que los convenios colectivos nos siguen discriminando con medidas como un escaso control de los complementos retributivos, lo que provocan un aumento de la brecha salarial, y todavía se siguen admitiendo categorías en femenino, aunque están prohibidas por el artículo 22.4 del Estatuto de los Trabajadores

Tampoco podemos olvidar que la pandemia nos ha puesto de evidencia lo importante que son los servicios sociales y las políticas públicas para la igualdad, ya que muchas mujeres han tenido que dejar su trabajo durante el confinamiento para atender el cuidado de los niños, de la casa y de los familiares dependientes. Son muchas más las mujeres que han dejado su puesto de trabajo durante este periodo que los hombres. Y el teletrabajo también ha tenido más daños colaterales para las mujeres. Aunque pudiera ser una herramienta positiva, por la falta de garantías y de una regulación adecuada, ha contribuido a que las mujeres estén doblemente ocupadas: teletrabajando y al cuidado de la casa y de la familia, lo que supone una mayor esclavización. Mientras que muchas mujeres que tenían trabajos precarios o que no les permitían teletrabajar se han visto obligadas a abandonarlos.


Este 8 de marzo, desde la sororidad en la lucha feminista, tenemos que cerrar filas en torno a las medidas que se están tomando, tanto desde el Ministerio de Igualdad como del Ministerio de Trabajo, en favor de las mujeres y para concienciar a la población, más cuando tenemos a compañeras de Izquierda Unida de Málaga batiéndose el cobre en primera línea dentro de estos ministerios, como Amanda Meyer, jefa de Gabinete de la ministra de Igualad, Irene Montero, o Toni Morillas, directora del Instituto de las Mujeres.

En el otro extremo, el equipo de gobierno municipal de Málaga, presidido por Francisco de la Torre (PP), no está realizando el esfuerzo necesario para avanzar hacia la igualdad y combatir las injusticias contra las mujeres. Un ejemplo es su actitud frente a la prostitución, ya que en Málaga se multa más a las mujeres que se dedican a ejercer la prostitución que a los puteros que demandan sus servicios. Este 8 de marzo tiene que ser una jornada reivindicativa por la abolición de la prostitución, no cabe emprender su regulación, ya que se trata de una forma de violencia contra la mujer y, por tanto, no debe tener cabida en una sociedad civilizada, y menos debe penalizarse a las mujeres. Lo que urge es perseguir a los proxenetas.

Y, a pesar de que en Málaga contamos con unas ordenanzas municipales que prohíben la publicidad y la propaganda machista o sexista, el alcalde ha permitido una campaña en las marquesinas públicas de un grupo reaccionario para acosar a las mujeres en su derecho a ejercer la interrupción voluntaria del embarazo.

Y una cuestión fundamental. Este 8 de marzo las feministas tenemos que salir a las calles a gritar con rotundidad: 'No a la guerra'. Las mujeres siempre hemos sido el primer territorio atacado y arrollado en los contextos de guerra.