“Hay que recordar los pasos que está dando esta ciudad en los últimos años: la habrán puesto de moda y la habrán llenado de turistas, pero desde luego no han ido hacia la sostenibilidad, sino más bien al contrario”
OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Gabriel Ruiz Enciso
Vecino de Campanillas (el distrito de Málaga donde se proyectaba la Expo 2027)
23/06/23. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Gabriel Ruiz Enciso, vecino de Campanillas, escribe en esta Tribuna Abierta sobre la EXPO 2027 de la sostenibilidad y por qué no le sorprende que no se lo hayan dado a Málaga: “En un distrito con 0 kms de carril bici, después de continuos retrasos y devolución de fondos concedidos para ello por la UE...
...Con un tren de cercanías mutilado desde hace muchos años, porque lejos de invertir en él no han dejado de eliminarse paradas y frecuencias en el eje del Gualdahorce”.
Hacia la ciudad insostenible
Finalmente Málaga no será la ciudad que albergue la EXPO 2027, y tengo que decir que no me sorprende, pero tampoco es algo que me entristezca, aunque sé que otras personas no estarán de acuerdo conmigo.
La primera vez que escuché hablar de la candidatura, me sorprendió mucho la noticia, porque ese día pasé en bicicleta (por un inexistente carril bici, muy sostenible…) por la barriada de los Asperones, viendo la situación en la que viven numerosas familias desde hace más de 30 años sin que nadie hiciese nada. Sorprendente el vertedero en el que se ha convertido esta barriada, donde las familias viven entre ratas y basura, apenas unos cientos de metros del lugar propuesto para la Expo, ¿eso es sostenible?
Me sorprendía también la propuesta, y vuelvo al tema de la movilidad, en un distrito con 0 kms de carril bici, después de continuos retrasos y devolución de fondos concedidos para ello por la UE. Con un tren de cercanías mutilado desde hace muchos años, porque lejos de invertir en él no han dejado de eliminarse paradas y frecuencias en el eje del Gualdahorce. Y con una imprescindible ampliación del Metro en superficie prometida por los sucesivos gobiernos en Andalucía, sin que nadie haya movido ni una piedra, con la excusa de que: “ya llegará el cercanías”. Y como única alternativa, con un servicio de autobús municipal que nunca sabes cuando llega y se limita a decirte que tu bus llegará dentro de +29 minutos. Muy sostenible, sí.
Como consecuencia de ello, atascos continuos y kilométricos para acceder a las principales infraestructuras situadas en la zona (sí, a escasos metros de los terrenos de la EXPO): CTM, ampliación de la Universidad, Parque Cementerio, Polígonos industriales, o el PTA (en continua ampliación, pero nadie sabe cómo podrán llegar los trabajadores). Todo ello muy sostenible.
Y qué decir del resto de la ciudad, con un imprescindible proyecto de Bosque Urbano, en una ciudad que adolece de zonas verdes, y en el que lleva trabajando buena parte de la ciudadanía desde hace años, pero ignorado y recortado por las instituciones (que se niegan a aceptar la creación del bosque en la totalidad de los terrenos).
O los proyectos de macrourbanizaciones con campo de golf en la zona metropolitana de Málaga, precisamente cuando la situación actual de sequía pone más en duda que nunca la sostenibilidad de este tipo de proyectos.
O el empeño en llenar nuestra ciudad de torres de edificios (incluida la salvajada del puerto) porque a Málaga le hace falta un “skyline”, mientras la mayor parte de la ciudadanía no puede encontrar una casa en alquiler ni puede acceder a su compra, con un mercado de la vivienda copado por la vivienda turística y los fondos de inversión. Muy sostenible también.
Me dirán que la idea era precisamente aprovechar esas inversiones que llegarían precisamente para dar respuesta a muchas de esas deficiencias, pero es que hay que recordar los pasos que está dando esta ciudad en los últimos años: la habrán puesto de moda y la habrán llenado de turistas, pero desde luego no han ido hacia la sostenibilidad, sino más bien al contrario.
Habrá quien diga también, que las razones de no haber conseguido la Expo responden fundamentalmente a otro tipo de razones geoestratégicas y la complejidad de ganar en una votación en la que intervienen tantos países con intereses tan diferentes, y no lo pongo en duda, pero también pienso que no podemos decir que esta ciudad caminase hacia la sostenibilidad, y por ello creo que no hay que premiar un modelo de ciudad que va en la dirección contraria, hacia la ciudad insostenible.