OPINIÓN. Tribuna abierta. Por Demetrio E. Brisset
Catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Málaga
27/09/13. Opinión. El catedrático de Comunicación Audiovisual Demetrio Brisset resume, en una tribuna abierta para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, el desgaste de la corona real española mientras el país continúa “hundido por una depresiva gran recesión, perdiendo a marchas forzadas los derechos sociales y el bienestar económico que tanto costaron alcanzar”.
¿Final del ciclo real?
MIENTRAS que la abdicación del rey aconsejada por su deteriorada salud se convierte en tema de interés mediático, hay convocada una manifestación antimonárquica en la emblemática Plaza de Oriente de Madrid, allí mismo donde el dictador Franco solía congregar a sus fieles. Precisamente en su última comparecencia pública (1º de octubre de 1975), cuando le agarró el enfriamiento que le llevaría a la tumba del Valle, estuvo escoltado en el balcón principal del palacio real por la plana mayor de su régimen, con relevante posición para Juan Carlos de Borbón y Borbón, a quien había designado como su sucesor a título de rey.
A los dos días de fallecer Franco, las Cortes procedieron a la solemne entronización de Juan Carlos I, ante una corona, un cetro y un crucifijo. Sabían los miembros de las altas instituciones del régimen que sus intereses iban a estar bien atados y salvaguardados con el heredero. Luego, los principales partidos políticos que diseñaron “la transición” pactaron escamotear un referéndum sobre la forma del estado, asumiendo sin discusión la III restauración de la dinastía borbónica diseñada por “el caudillo”, junto con otras medidas que consagraban la impunidad para los crímenes de la dictadura y para la riqueza de sus defensores.
HAN pasado casi 38 años desde entonces, y la institución monárquica sufre serios desgastes: opacidad de los gastos de la Casa Real; cuentas suizas con el dinero de la herencia de don Juan; oscuras labores de intermediación en contratos internacionales; safaris de lujo; turbios y lucrativos ingresos de una infanta y su marido… Y el país, hundido por una depresiva gran recesión, perdiendo a marchas forzadas los derechos sociales y el bienestar económico que tanto costaron alcanzar.
PARECE llegada la hora de una consulta popular sobre la forma de gobierno, a pesar de que los partidos mayoritarios que se alternan en el poder no estén por la labor.
ASÍ publiqué clandestinamente en 1975 la proclamación real, en un fotomontaje basado en Goya.
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