OPINIÓN. Desde las trincheras. Por Rafael Arredondo
Presidente del Colegio de Trabajo Social de Málaga


26/11/15. Opinión. El presidente del Colegio de Trabajo Social de Málaga, Rafael Arredondo, analiza en su nuevo artículo en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com cómo las estadísticas pueden ofrecer una imagen verdadera o distorsionada de una misma realidad en función de distintos factores. Para argumentar su explicación se vale de los últimos datos ofrecidos por el gobierno andaluz sobre nuevos usuarios...

...de los servicios de dependencia de la comunidad.

El juego de las estadísticas

LA estadística es la ciencia que permite explicar y expresar de diferentes maneras un mismo hecho dependiendo del autor que lo haga, y sobre todo, de su intención a la hora de explicar un hecho. Llama la atención especialmente en estos años de crisis, cómo se ha intentado estrujar datos positivos de todas las cifras oficiales, tratando crear una realidad virtual que la calle no reconocía. Esta circunstancia debe obligar a los responsables políticos y técnicos a ser muy transparentes y éticos a la hora de utilizar las estadísticas.

EN este juego, recientemente desde la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, se han emitido varias notas para destacar como en el mes de octubre la Comunidad Autónoma es la que más personas dependientes ha incorporado, al Sistema, más de 16.000, situándose la primera del Estado. La noticia a primera vista y desde este titular transmite una realidad que nadie puede poner en duda. Desde la profesión de Trabajo Social, desde el minuto uno en que se comenzó a desarrollar este derecho subjetivo, hemos valorado muy positivamente el modelo de desarrollo en Andalucía. Este modelo ha tenido su pilar en los Servicios Sociales Comunitarios o Municipales, y en la figura de las trabajadoras y trabajadores  sociales, desde la información para acceder al derecho, pasando por valoración del grado de dependencia y la elaboración del PIA, así como el posterior seguimiento e inspección.

TAMBIÉN tenemos que reconocer el papel esencial de la profesión en la red de servicios y centros de atención a las personas dependientes. Todo ello, ha posibilitado que Andalucía haya sido capaz de atender a más de 190.000 personas, y gestionar más de 265.000 prestaciones. El mayor desarrollo de este derecho fue el año 2012. A partir de esta fecha con los recortes impuestos por el gobierno central, y la propia gestión de la Junta, la “dependencia” se paró en seco. Es cierto que desde finales de 2014 se toma un nuevo impulso, pero nunca   en los niveles anteriores, y con vaivenes que han dependido de la planificación económica, olvidando las miles de personas que siguen esperando el reconocimiento de su situación de dependencia y el acceso a un recurso público.

LA estadística marca que en el mes de octubre se ha alcanzado una cifra “record”, que sitúa a la comunidad autónoma como primera en el ranking en comparación con el resto de comunidades. Este hecho debiera situar a la administración en la obligación de dar una explicación más clara del porqué este incremento tan espectacular en estos momentos. Si se profundiza en los datos, el mayor aumento se ha producido porque de un día para otro, como se suele decir, toda aquella persona que ya tenía un servicio de Teleasistencia -el típico botón rojo para personas mayores de 65 años- se ha incorporado como beneficiario de la dependencia siempre que tuviera el grado I de dependencia reconocido. Sin que haya supuesto un mayor esfuerzo económico para las arcas autonómicas, el aumento de personas atendidas ha sido espectacular. Como estrategia de gestión no tengo sino que felicitar al ideólogo de esta decisión, el impacto en la estadística ha sido inmediato.

CLARO está, la transparencia se ha olvidado de que muchas de estas personas forman parte del Sistema sin saberlo en los datos, y también que en lo que llevamos de año (enero a octubre) se han perdido 5.120 prestaciones económicas de cuidados familiares, o que si no se contabilizara el incremento por Teleasistencia, el número de nuevos usuarios sólo hubiera sido de unas 800 personas, etc.

DESDE mi modesta posición, haría un llamamiento a la prudencia y sobre todo a la transparencia, más cuando son de derechos de personas muy vulnerables por la edad, la  enfermedad, o discapacidad que padecen. No todo vale en el juego de la estadística.


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