OPINIÓN. LOL. Por Alberto R. Aguiar
Periodista
09/03/17. Opinión. El comunicado con el que la Asociación de la Prensa de Madrid ha denunciado esta semana presiones a periodistas por parte de Podemos es el tema que aborda esta semana Alberto R. Aguiar en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, actuación que considera hipócrita. “Muestra de esa hipocresía de la APM es que denuncien las presiones de Podemos (que las hay, qué duda...
...cabe) pero callen las del resto de partidos (¿no hay periodistas que las denuncien?, ¿en qué estado de sopor y conformismo nos encontramos?) o que callen ante el secuestro de televisiones públicas para usos propagandísticos”, lamenta el periodista.
Por qué hay hipocresía en el comunicado de la Asociación de la Prensa de Madrid denunciando algo que sí es real: presiones de Podemos a los periodistas
HACE pocos días leía un tuit de un compañero al que no le faltó nada de razón. “Lo que le gusta al periodismo español hablar de sí mismo no está escrito”. Los periodistas seguimos inmersos en una pompa que nos aleja de la realidad, a la que formal y profesionalmente nos debemos. Pero una vez estalla la polémica en una vorágine de mentiras y medias verdades, lo poco que puedo hacer es contribuir a desinflarla.
ESTE lunes a primera hora de la mañana la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) publicó un sorprendente y vago comunicado exigiendo a Podemos que cesara las presiones a los periodistas que informan sobre la formación morada. Irene Montero, portavoz de la organización en el Congreso, estuvo esa misma mañana en el Hoy por Hoy de Pepa Bueno, en la cadena Ser, y la pregunta no pudo faltar. La misma política se mostró sorprendida por la noticia, sobre todo porque nadie desde la APM había contactado con ellos para recabar su versión.
¿Y en Málaga qué? El debate se ha venido enconando estos últimos días en las diversas hojas de la prensa. Ayer mismo algunas voces empezaron a recordar, como Gumersindo Lafuente en eldiario.es (AQUÍ) o algunos tertulianos de Al Rojo Vivo, en La Sexta, que nadie se acordaba de los ‘pobrecitos’ periodistas de provincia. Y es que, al día siguiente del comunicado de la APM, El País siguió echando más leña al fuego publicando un artículo solo con confidenciales, fuentes anónimas de algunos periodistas denunciantes y damnificados por las formas de Podemos. Un entrecomillado del diario de PRISA recogía las sensaciones de uno de los periodistas afectados. “Asumo que todas las profesiones tienen sus dificultades, pero escribir sobre Podemos te exige ser un héroe cada día”. Muchos compañeros han entendido esto como una falta de respeto tanto a los periodistas que se juegan la vida en zonas de conflicto como a los, precisamente, trabajadores de la información en provincias o municipios pequeños, donde el contacto (y las presiones) con el poder y los poderosos se traducen en presiones constantes.
ES muy habitual que los medios de provincia soporten el chaparrón de lo que hoy se conocen por ‘trolls’ de internet. Gente intransigente de escasa comprensión lectora o de fanatismos exacerbados. En esta revista, lo sé por experiencia propia, no se sufren: se ignoran. En otros medios de Málaga algunos redactores han tenido que aguantar sonoras campañas de desprestigio orquestada en las redes, exactamente igual que lo que denuncia en su comunicado la APM. Pero caer en el error de atribuir esas manifestaciones en redes a los directivos nacionales de Podemos, quienes han demostrado estos años mucha más audacia, es darle más dimensión e importancia de la que tiene el gallinero en lo que muchas veces se convierte Twitter, donde el anonimato es una seña de identidad. Y troles, en Málaga, hay de todos los partidos. Incluso del PP.
EXISTE una dicotomía en la profesión periodística. Las asociaciones de la prensa han demostrado en los últimos años su ineficacia frente a un estatus de precariedad y de despidos que asola al periodismo español. La crisis del papel es una crisis empresarial que están pagando los sectores más vulnerables de la industria. Frente a estas asociaciones, que conviven en duplicidad de funciones con los colegios profesionales de periodistas que surgen en comunidades como la andaluza, están los sindicatos de periodistas. Verdaderas organizaciones de trabajadores que defienden la legitimidad y la relevancia pública del oficio, y lo hacen defendiendo a quienes se parten la cara por él.
LOS directivos de las asociaciones, salvo contadas y honrosas excepciones, son periodistas que o no ejercen o nunca han ejercido, apoltronados en sillones y que se detienen en una visión del periodismo ajena a la realidad que sufren los trabajadores.
MUESTRA de esa hipocresía de la APM es que denuncien las presiones de Podemos (que las hay, qué duda cabe) pero callen las del resto de partidos (¿no hay periodistas que las denuncien?, ¿en qué estado de sopor y conformismo nos encontramos?) o que callen ante el secuestro de televisiones públicas para usos propagandísticos.
AYER Victoria Prego, presidenta de la APM, estuvo en Los Desayunos de TVE y en ellos aseguró que la asociación no quería entrar en ninguna polémica. Tarde. Vocales y directivos críticos de la entidad entienden que se les ha usado políticamente cuando ni siquiera ellos tuvieron acceso a las pruebas que incriminaban a Podemos en el ejercicio de presiones, amenazas y amedrentamientos a periodistas (AQUÍ). Más allá. La propia Prego, firma importante en El Independiente del exdirector de El Mundo, Casimiro García Abadillo, es la artífice del comunicado, publicado en la web de la asociación de la prensa el lunes a las 9 de la mañana. Abadillo publicó en su diario, minutos antes de que el comunicado se hiciese público, una carta crítica con las formas de los de Iglesias.
ES raro ver en un alto cargo del periodismo español un ejercicio de valentía y honestidad como el que protagonizó ayer por la mañana David Jiménez. El también exdirector de El Mundo también señalaba la hipocresía de la Asociación de la Prensa de Madrid. En una columna en su blog (AQUÍ). “Aun siendo cierto que miembros de Podemos acosan a periodistas incómodos, produce sonrojo la hipocresía de tantos que han callado mientras en los últimos años se llevaba a cabo la mayor campaña de represalias, despidos, vetos e intimidaciones sufrida por la profesión en democracia. David Gistau daba el otro día los nombres de las dos personas que han organizado la efectiva maquinaría gubernamental de triturar periodistas molestos y premiar a los dóciles: la sutilmente implacable vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la nada sutil secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro. No se sorprendan si no ven sus nombres mencionados en campañas en favor de la libertad de prensa. La intimidación, en este caso, ha sido un éxito. La resistencia, escasa. El precio a cambio del silencio guardado por muchos, bajo”.
CLARO que Jiménez alza la voz en una posición privilegiada, en la que él ya ha podido mostrar su valía y nadie discute su influencia en el periodismo español actual. Servidor, claro, está en la búsqueda activa de empleo en la hostil capital del reino. Y sin pretendida altisonancia, decir ciertas cosas solo ayudan a cerrarme puertas. Ese también es el precio a pagar por la libertad de prensa.
PUEDE leer aquí anteriores artículos de opinión de Alberto R. Aguiar:
- 02/03/17 La derecha, la islamofobia, y ‘esos’ mitos del andalucismo
- 24/02/17 El templete imbatible de Málaga: el Ayuntamiento no se atreve con el Pimpi y arrasa con las terrazas de las calles menores del Centro
- 17/02/17 La demagogia del concejal Raúl Jiménez… en fin…
- 10/02/17 Bendodo promete que la Diputación hará un ascensor a la Luna para convertir a Málaga en el atractivo turístico definitivo
- 03/02/17 La sacramental impunidad de la COPE en Málaga
- 27/01/17 De la Torre no puede decir lo que piensa sobre Limasa porque teme un motín de sus concejales: Bendodo ya le calienta el cogote
- 20/01/17 El día de la marmota en Málaga Ahora: se le caen las máscaras a los funcionarios y burócratas que reparten carnés de revolucionario
- 12/01/17 Treinta años y muchísimas revoluciones
- 05/01/17 El esperpento del CAC: los mercaderes ocupan el templo del arte municipal y Málaga aplaude
- 29/12/16 El 'ombliguismo' mediático o cómo el periodismo de provincias da paso en Málaga al marketing más arrogante y rancio