“El problema es que los políticos juegan con nuestro dinero, con nuestra salud y paciencia, pero sus malas decisiones no suelen tener consecuencias penales y, por supuesto, mucho menos, se pagan en votos”
OPINIÓN. Bajo las alcantarillas. Por Manuel Fernández Valdivia
Empresario de San Pedro Alcántara
27/09/21. Opinión. El empresario Manuel Fernández Valdivia, en su habitual colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, escribe sobre a ampliación del Hospital Comarcal Costa del Sol: “Los métodos utilizados por Ángeles Muñoz, fueron desastrosos. La historia ha dejado unas instalaciones inservibles durante 13 años y lo que queda, varios procedimientos judiciales que obligaron a la empresa...
...constructora a entrar en concurso de acreedores, sentencias contra el Ayuntamiento de Marbella y una pandemia para la que hubiese venido de perlas disponer de esa tan reclamada y ansiada ampliación hospitalaria".
Sobre pirómanos y bomberos
Aunque las fechas dan para analizar detenidamente el fuego, al parecer provocado, de principios de mes que afectó a los pueblos de Jubrique, Genalguacil, Estepona, Benahavís, Júzcar, Faraján y Alpandeire, mejor dejamos a la Justicia que investigue si hubo o no negligencia por parte de la Junta de Andalucía, a la hora de impedir que bomberos voluntarios de otras demarcaciones y la Unidad Militar de Emergencias (UME), aportaran al operativo mayor capacidad de extinción frente al que ha sido nombrado “incendio de sexta generación”, por el director del Centro Operativo Regional (COR) del Plan Infoca, acosado por las continuas miradas del presidente de la Comunidad Autónoma andaluza y su consejero de presidencia, Juan Manuel Moreno Bonilla y Elías Bendodo Benasayag, respectivamente, a la par, dirigentes del Partido Popular.
Dijo el susodicho director, Juan Sánchez, que "la suma de más efectivos, cuando no hay condiciones, lo que hace es que tengamos que esperar uno detrás de otro”. “Cuando los trabajos son quirúrgicos y no hay espacio, si metes personal de más, el personal se estorba". ¿Me puede decir cómo se podían estorbar en casi 10.000 hectáreas quemadas en ocho municipios, 150 hectáreas solo de castaños, 110 kilómetros de cauces de ríos y arroyos afectados y más de 85 kilómetros de perímetro existentes entre Estepona, Jubrique, Genalguacil y Benahavís? ¿Por qué 36 horas después ya no estorbaba la UME? Podría parecer que los señores del PP-A, siguiendo la estela dictada desde Madrid, deben sacar pecho y hacerse los autosuficientes, para intentar demostrar que no necesitan al Gobierno central para nada. En esa pelea, quienes pierden siempre, son los ciudadanos y, en este caso, además, la fauna y la flora de un espacio amenazado desde hace años por pretendidos embalses, incendios, falta de iniciativas públicas y, sobre todo, inversión (no limosnas). Porque, en definitiva, lo que se quiere de los pueblos es que surtan de mano de obra barata a las capitales y las costas, y que el descanso medio ambiental resulte barato a los amantes de los alojamientos rurales.
Pero, en fin, no quiero alargarme con este asunto porque me enciendo y quizás esas llamas queden en nada comparadas con lo que pienso de quienes nos gobiernan. Sobre todo, en esta sufrida, a conciencia, Andalucía. Más si cabe al pensar en el compañero del INFOCA fallecido en acto de servicio. Porque, lo que me trae a escribir estas líneas, viene de aquel bombero pirómano cántabro, que tantos quebraderos de cabeza y tantos problemas causó al presidente cántabro Miguel Ángel Revilla Roiz, allá por el año 2019. Esto me ha recordado las palabras de la alcaldesa de Marbella Ángeles Muñoz, durante el acto que, con todo bombo, suele ofrecer en el asunto de la ampliación del Hospital Costa del Sol, paralizado desde el año 2010. Cree que la señora Muñoz que todos somos tontos, desmemoriados o, simplemente, palmeros de su partido. Pero no, algunos, deficientes quizás en muchos aspectos, pero no olvidadizos, sabemos cuál ha sido la historia de esta tan demandada infraestructura.
Como siempre, los proyectos que ponen en marcha los distintos gobiernos, llegan con desesperante tardanza. Así ocurrió con el segundo Centro de Salud de San Pedro Alcántara. Me refiero al actual, sito en la Avenida Príncipe de Asturias ya que el anterior, aunque muchos no lo recordarán, estaba en Calle Marqués del Duero. Y si el que “disfrutamos” ahora les parece tercermundista, el de la “calle de en medio” era eso, a la vez que deprimente.
El que parece finalizar esta semana, idem de lo mismo, tarde y mal. Parecía ir todo tan bien por octubre de 2018, hasta que, en noviembre de 2019, se paralizan las obras, según el ejecutivo autonómico dirigido ahora por Juan Manuel Moreno Bonilla, por “una serie de trámites administrativos” sin importancia, avanzando que los trabajos se reanudarían “a la mayor brevedad posible”. Al final tuvimos que esperar casi un año por, según se filtró, un sobrecoste de 300.000 euros, iniciándose nuevamente la construcción en septiembre de 2020. Eso sí, con una cuadrilla de 5 trabajadores, mal contados. Lo que en principio tenia que haber durado 18 meses, gracias a las virtuosas manos del Partido Popular, han pasado a 30 (dos años y medio), que sepamos, con el mismo sobrecoste y aun sigue cerrado al público, ya que, según hemos comprobado, siguen los trabajos en el interior y exterior, falta el equipamiento médico y la dotación de personal. ¡Casi na!
Pero el caso más sangrante, si cabe, está protagonizado también por el Partido Popular, erigido en su momento como detractor de las obras de ampliación del Hospital Comarcal Costa del Sol, ya que no le parecía bien que las plazas de aparcamiento en superficie fuesen de pago, cosa lógica y defendida por la mayoría de ciudadanos. Pero ¿por qué hacer las cosas bien y fáciles, cuando se puede enmarañar todo creyendo que se fastidia a la Junta de Andalucía, gobernada entonces por el PSOE? En vez de intentar llegar a un acuerdo con el ente autonómico, a la señora Ángeles Muñoz, no se le ocurre otra cosa que denegar la licencia de obras y, por tanto, paralizar los trabajos que, hasta hoy, siguen inmutables, con 38.000 metros cuadrados de superficie, criando matojos, a la vez que se va degradando lo ya construido.
Prácticamente terminado el edificio, en octubre de 2010, dos años después de que se iniciara la ampliación del Costa del Sol, en julio de 2008, el Ayuntamiento de Marbella, presidido por María de los Ángeles Muñoz Uriol (PP), deniega ilegalmente la licencia de obras de la urbanización exterior. Entendía que era la mejor forma de obligar a la Junta de Andalucía para que reconsiderase su posición respecto de la concesión, repito, en vez de negociar. El ejecutivo autonómico por su parte, esgrimía que era la solución para poder financiar dos tercios del coste de construcción del edificio, ofreciendo a la constructora la explotación del parking. Así, se llegaron a instalar bolardos por todo el recinto y, hasta barreras, que limitaban el acceso y prácticamente obligaba a todo el mundo a abonar unos 2 euros por la primera hora de uso.
La idea de que el parking fuese gratuito, fue aplaudida por todo el mundo en el municipio y pueblos limítrofes a quienes el Hospital da servicio. Por desgracia, los métodos utilizados por Ángeles Muñoz, fueron desastrosos. La historia ha dejado unas instalaciones inservibles durante 13 años y lo que queda, varios procedimientos judiciales que obligaron a la empresa constructora a entrar en concurso de acreedores, sentencias contra el Ayuntamiento de Marbella y una pandemia para la que hubiese venido de perlas disponer de esa tan reclamada y ansiada ampliación hospitalaria. El Partido Popular, aun tuvo la desfachatez y cara dura de echar la culpa de toda esta locura a la Junta de Andalucía, culpable de muchas cosas, pero en este caso no de paralizar la obra que, realmente, fue decretada por el propio Ayuntamiento de Marbella, cuando Alicia Jiménez, era concejala de Salud. Decía esta señora que la Junta ya no tenía excusas para seguir con la ampliación, a sabiendas de que los procesos administrativos y judiciales seguían su lento e inexorable camino. Y es que, como decía aquel en su maldición “tengas pleitos y los ganes”. En este caso, como en muchos otros, es el Ayuntamiento el que los pierde. El problema es que los políticos juegan con nuestro dinero, con nuestra salud y paciencia, pero sus malas decisiones no suelen tener consecuencias penales y, por supuesto, mucho menos, se pagan en votos. Si te roban, querido marbellero, es porque lo permites. No te quepa duda. Y eso, te hace cómplice del robo.
En fin, y ahora viene lo de pirómana-bombera. Resulta que, con un sinfín de sonrisas, que tapan las carcajadas interiores de unos políticos con la cara como el cemento armado, vienen Ángeles Muñoz, Juanma Moreno y Elías Bendodo a vendernos la burra de su buena gestión a la hora de poner en marcha la manida ampliación del Hospital Comarcal Costa del Sol. ¿De verdad señores del Partido Popular nos toman por tontos? ¿De verdad quien provoca el incendio quiere aparecer ahora como bombera? Señora Muñoz, dados sus antecedentes, no estaría de más que, por lo menos guardase la compostura y dejase a otros decir chorradas o, directamente, mentiras hechas para su grupo de apoyo y/o palmeros, pero no malgaste saliva, que quizás un día pueda hacerle falta en sede judicial para explicar tantas cuestiones que aparecen opacas a su alrededor, y de las que muy sutilmente, o no, se ha ido librando gracias a una caterva de jueces, fiscales y oposición de dudosa valía e imparcialidad.
Y no niego que en el Partido Popular haya gente válida para dirigir un país, una comunidad autónoma o un ayuntamiento. Ejemplos los tenemos cerca. Por eso, señora alcaldesa y, convenientemente, senadora, buena para nada, háganos un último favor, antes de que sus jefes en Génova 13 se den cuenta de su inutilidad y posible repercusión negativa para el partido, váyase con viento fresco. Que la compre quien no la conozca o tenga sus intereses.
Y, por último, le recuerdo como siempre, tic, tac, tic, tac, que desde 2007, ha ido perdiendo 432 votos anuales. Suerte tener a mano ese grupete, cada vez más elevado, de oportunos partidos que se presentan para arañar los votos justos como para no sacar un concejal, pero poder bajar el porcentaje para que el Partido Popular gane las elecciones con mayoría simple o absoluta. Casualidades de la vida política marbellí. Pero la suerte no dura siempre y, a pesar de no ser viejo, ya he visto a muchos pasar por el sillón municipal, sin pena ni gloria. Usted es una de esas a las que, en privado y, cada vez más en público, ni los suyos tragan. Pena me daría, si no fuese como es, tan perniciosa para este municipio.
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