“No hay otro método para combatir la desigualdad económica que las políticas redistributivas a través del gasto público y ello requiere impuestos

OPINIÓN. Charlas con Nadie

Por Manuel Camas
. Abogado

27/06/23.
Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el DAFO de España: “El análisis de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, su acrónimo DAFO (en una versión más optimista FODA, en inglés SWOT), es una herramienta muy útil, imprescindible diría yo, para estudiar una situación, un proyecto,...

...una empresa, una institución, una persona o para la toma de decisiones”.

DAFO

El análisis de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, su acrónimo DAFO (en una versión más optimista FODA, en inglés SWOT), es una herramienta muy útil, imprescindible diría yo, para estudiar una situación, un proyecto, una empresa, una institución, una persona o para la toma de decisiones.


Me pregunto si durante la campaña de elecciones generales cada partido debería ofrecernos su DAFO y si cada uno de nosotros debería realizar el suyo propio para así actuar en consecuencia.

Estoy habituado a realizarlos, la estrategia se diseña a partir de la construcción de un DAFO que parte de la consulta a las personas que participamos en el proyecto. Ante un cliente necesitado de asesoramiento en la toma de decisiones o en el enfoque de un asunto igualmente es útil.

Es una herramienta de una sencillez en su planteamiento casi insultante, no desde luego en su construcción, pero ayuda a una reflexión ordenada, a poner blanco sobre negro factores esenciales, positivos y negativos, y a tomar decisiones sin permitirte desconsiderarlos.

Los elementos a tener en cuenta, como fácilmente se deduce, son internos, cualidades y defectos de uno mismo (debilidades y fortalezas) o externos, lo que nos influye el entorno, la competencia, la realidad del momento que vivimos so de lo que puede esperarse (amenazas y oportunidades).

Realizar un DAFO sin reflexión suficiente es arriesgado, desde luego impropio de un artículo semanal que se escribe en un diálogo improvisado con Nadie, pero algún elemento podemos poner sobre la mesa para invitar a que cada uno haga el suyo.


Entre las debilidades de nuestro país es a mi juicio imposible no referirnos a la desigualdad. El economista Thomas Piketty en su monumental obra El capital en el Siglo XXI ha señalado el problema de la desigualdad y la redistribución de la renta. Como señala Joaquín Estefanía en el resumen de lo que significa Piketty, publicado el pasado domingo para El País, señalaba como el todopoderoso exsecretario del Tesoro de EEUU, Larry Summers, también exrector de la Universidad de Harvard pidió públicamente el Premio Nobel para Piketty cuando en 2013 se conoció su obra. De ese resumen me permito destacar que la cohesión social, los valores de la meritocracia, la justicia social, corren peligro en situaciones de marcada desigualdad económica y que no hay otro método para combatir la desigualdad económica que las políticas redistributivas a través del gasto público y que ello requiere impuestos.

Pero la desigualdad no es solo económica, la igualdad de género, un camino iniciado, pero en peligro de desviarse, puede ser otro ejemplo de debilidad.

Entre las amenazas coincido con Nadie que el cambio climático y sus efectos cada vez más notables son, junto a las consecuencias inmediatas para el empleo y la información veraz de la revolución tecnológica, factores ineludibles en la lista.

En las fortalezas no dejaría nunca de incluir la paz social hoy existente en España que, pese a las dificultades recientemente vividas, crisis financiera de 2008, pandemia, consecuencias de la guerra de Ucrania, inflación, subida de tipos de interés, no se ha alterado más allá de llamamientos extremistas de algunos y algunas.

Las oportunidades provienen en buena medida de los cambios que se ciernen sobre el Mundo, los problemas climáticos exigen otros modelos energéticos, España puede mejorar sustancialmente con un modelo energético diferente, basado en energías renovables, que deje de obligarnos a destinar una parte enorme de nuestra renta a la adquisición de petróleo en otros países. La tecnología a su vez constituye simultáneamente amenaza y oportunidad, preservar la confianza exterior en nuestro país, basada en buena medida en la seguridad jurídica, puesta en cuestión, y en la paz social, necesitada de un fuerte estado del bienestar, es esencial.

Hemos comenzado juntos Nadie y yo mi propio DAFO, impulsado por este artículo que comparto cada semana, pero como también viene siendo habitual no puedo dejar de hacer referencia a lecturas del fin de semana que me impactan y son cercanas al momento de escribir estas líneas.

Permítanme por todas ellas el artículo La normalidad de lo inaceptable, de Antonio Muñoz Molina, el sábado en El País:

<Cualquier Gobierno se desgasta, y es lícito desear un cambio. Pero cuando el rechazo cobra la intensidad de una fobia, y personas razonables se obstinan en la negación, hay que pararse a pensar en las razones y las consecuencias>.

El artículo hace abrir los ojos de la primera a la última letra, pero déjenme de muestra un botón:

<Hablo de gente templada, incluso tibia, de progresistas veteranos que sufren como un acceso de furia cuando hablan de este Gobierno, y con más exactitud de su presidente, hacia el que por falta de adjetivos políticos lo bastante rotundos pasan al lenguaje de la psiquiatría (o de las series de asesinos) para llamarle psicópata. Empiezan por lamentar la irracionalidad que se está apoderando del discurso político por culpa del sectarismo y de las redes sociales, y un momento después manifiestan un rechazo que va más allá de cualquier argumento racional.>

Pues cada cual a su DAFO, pero permítanme rogarles encarecidamente dos cosas que sirven sea cual sea su tendencia política: constrúyanlo desde la razón y cuestiónense los eslóganes.

Para no defraudar, eslogan, según el Diccionario de la Real Academia Española, significa fórmula breve y original, utilizada para publicidad, propaganda política, etc.

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