“Entre el 2021 y el 2023 ha aumentado la valoración que tienen los ciudadanos de todas las instituciones, aunque no lleguen al aprobado, salvo de una de ellas, para Nadie y para mí inesperado, la de los Medios de comunicación”
OPINIÓN. Charlas con Nadie
Por Manuel Camas. Abogado05/12/23. Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la valoración pública de las instituciones, donde “la única que aprueba, llegando casi al notable, un 6,59, es justamente la Constitución”, mientras “el resto de las instituciones valoradas en la encuesta suspenden, todas por debajo del 5, por este orden: la Justicia, el Parlamento,...
...los Medios de comunicación, el Gobierno, los últimos quedan Sindicatos y Partidos políticos, empatados, no llegan al 4”.
Poderes
Hace unos días el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hacía pública una encuesta sobre valoración de distintas instituciones, la única que aprueba, llegando casi al notable, un 6,59, es justamente la Constitución. Otra vez diciembre, un aniversario más de la Constitución, cumple cuarenta y cinco años.
El resto de las instituciones valoradas en la encuesta suspenden, todas por debajo del 5, por este orden: la Justicia, el Parlamento, los Medios de comunicación, el Gobierno, los últimos quedan Sindicatos y Partidos políticos, empatados, no llegan al 4. Todo el mundo es capaz de sacar un titular diferente de los resultados de la encuesta, pero hay un dato objetivo y positivo, entre el 2021 y el 2023 ha aumentado la valoración que tienen los ciudadanos de todas esas instituciones, aunque no lleguen al aprobado, salvo de una de ellas, para Nadie y para mí inesperado, la de los Medios de comunicación.
Resulta así que pese a lo que está cayendo las encuestas suben la nota a todos, menos a los que informan y opinan, entre los que modestísimamente debo incluirme, pero quizás haya que decir que la variedad de los medios es tan grande, que resulta injusto aplicarles ese fracaso por igual.
Así que, entre todos los males del infierno que por algunos se nos vaticinan, resulta que la Constitución está más fuerte, no solo es la que alcanza mejor nota, sino que también es la que más sube, casi medio punto. A sus cuarenta y cinco años, con un país muy dividido políticamente, aunque próspero y pacífico, resalta que sea la institución que verdaderamente nos cohesiona, la que mejor se valora.
En algún momento he bromeado de las exageraciones de estas semanas, los días de investidura de un nuevo presidente del Gobierno solamente apoyado por ocho partidos y 179 diputados y diputadas, lo tachan de ilegítimo. Muchos han servido al espectáculo, algunos de los que debían solo servir a la Justicia se han dedicado a la política: “el principio del fin de la democracia” o “la derogación del Estado de derecho”, decía la Asociación Profesional de la Magistratura. El Consejo General del Poder Judicial, que el 4 de diciembre ha doblado ya el tiempo de cinco años para el que sus vocales fueron elegidos, cinco años de exceso en los que han conseguido paralizar la administración de la Justicia impidiendo nombramientos, se entiende que cualquier declaración que emane de dicho órgano resulta a todas luces ilegítima, más aún cuando trata temas que no son de su competencia.
Editorializaba el domingo El País con una dureza inusual para concluir que La injerencia judicial de estos días en la actividad política es inaceptable.
Lo cierto es que el mandato del art 122.3 de la Constitución es rotundo:
El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De éstos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión.
Qué no se ha entendido de que el mandato es solamente por cinco años, no de diez como se cumplió ayer, qué no se comprende, la mayoría de tres quintos es una exigencia de consenso y de que la renovación de este órgano no pueda ser utilizada para resolver otras cuestiones políticas.
Me dice Nadie que dejemos el tema de la Justicia y que volvamos sobre esos vaticinios de que todos los males del infierno caerán sobre España con el malvado Pedro Sánchez, miremos a nuestro alrededor, volvamos a nuestra España próspera y pacífica, con muchos problemas, pero bien asentada en Europa y en Occidente, los ejemplos no dejan de ser incompletos, pero quizás pueda servirnos el de los mercados financieros, las bolsas de valores, una pista sobre la realidad que sirve para darse cuenta de lo ridícula que resulta la sobreactuación: Cuando algunos dicen que hay que ver la que se está liando, el Ibex sube y cierra por encima de 10.000 puntos, un nivel que no alcanzaba desde mayo de 2020, aun así, lo publica InfoLibre, la patronal, la CEOE, alerta de que se está creando un clima de negocios "cada vez más complicado", en el que es muy difícil el crecimiento económico. No suelen acertar.
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