“Así estamos, constreñidos, por la geopolítica, por la política europea, por la española, por la andaluza, por la malagueña, constreñidos en general, en las tres acepciones del verbo constreñir, compelidos por la fuerza a hacer y ejecutar, limitados, oprimidos”
OPINIÓN. Charlas con Nadie
Por Manuel Camas. Abogado16/01/24. Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre política y geopolítica: “Podemos referirnos a la política andaluza, tras cinco años de gobierno del Partido Popular ningún revulsivo se percibe, sería lo lógico tras treinta años de gobiernos de izquierda sin alternancia, pero más allá de la publicidad y propaganda, ocurre...
...más bien todo lo contrario, la Junta de Andalucía se deteriora y es gobernada como si de una Diputación provincial se tratase”.
Constreñidos
Tengo la sensación de que así estamos, constreñidos, por la geopolítica, por la política europea, por la española, por la andaluza, por la malagueña, constreñidos en general, en las tres acepciones del verbo constreñir, compelidos por la fuerza a hacer y ejecutar, limitados, oprimidos.
Los poderes económicos y militares del Mundo se van aglutinando en torno a los Estados Unidos y a China, actores relevantes, aunque secundarios, Rusia, Irán, India, Japón, Australia, México, Canadá, Turquía, se alinean con unos u otros. Se va conformando un Mundo que supera la división entre estados nación para hacerlo en inmensos bloques regionales con fuertes conexiones económicas y militares.
Europa puede ser el tercer bloque, su poder sin embargo es un poder blando, impone por la presión económica que puede ejercer, pero carecemos de capacidad militar. Estados Unidos dispuesto a cerrase en sí mismo bajo el eslogan America First de Trump, y una Rusia con reivindicaciones imperialistas y en guerra con Ucrania, en la misma frontera de la Unión Europea, nos hacen ver lo débil que resulta el poder blando en momentos de conflicto abierto.
La geopolítica se percibe en las guerras regionales, siempre potencialmente explosivas, son de alguna forma válvulas de escape, pero muy peligrosas, siempre funcionan mal, corren el riesgo de obturarse y que la explosión extienda el Mal. Vivimos ahora uno verdaderamente espantoso y terrible en Israel y Gaza, que se extiende abiertamente al Mar Rojo, amenaza Líbano. El sufrimiento infinito del pueblo judío provocado por el nazismo, la necesidad de la Humanidad de redimirse de tanto horror, la construcción del Estado de Israel y el apoyo generalizado a su existencia, la tensión que generó desde el inicio con los habitantes de ese territorio, la incapacidad de construir una convivencia inclusiva, las religiones, los ataques terroristas, no justifican de ninguna manera la brutal realidad de lo que era ya Gaza antes de los ataques, ni lo que está sucediendo en Gaza tras los ataques de Israel en respuesta a los actos terroristas de Hamás. Para constreñidos, limitados, oprimidos, obligados por la fuerza, los habitantes de Gaza desde hace tanto tiempo. Es verdad que no es comparable, aunque se diga, al gueto de Varsovia, el gueto fue concebido como un espacio de tránsito para las deportaciones a un campo de exterminio, pero salvando esa infinita distancia, una parte de su realidad interior se asemeja, enfermedades, humillación, pobreza, hambre y ejercicio de la violencia de un ejército contra civiles encerrados en un espacio pequeño y sin posibilidades, es insoportable.
Si seguimos analizando, ahora la política española, también estamos constreñidos, aquí por unos resultados electorales, los que los españoles decidimos, que solo ofrecen dos alternativas: o bien un pacto contra la convivencia con la ultraderecha, y digo contra la convivencia porque su esencia es no respetar al otro, al diferente o al que piensa de otra manera; bien un pacto con una amalgama tal que provoca la sobrevaloración de intereses minoritarios y que es de difícil gestión y digestión, solo existen esas dos opciones cuando los partidos centrales están casi empatados.
También podemos referirnos a la política andaluza, tras cinco años de gobierno del Partido Popular ningún revulsivo se percibe, sería lo lógico tras treinta años de gobiernos de izquierda sin alternancia, pero más allá de la publicidad y propaganda, ocurre más bien todo lo contrario, la Junta de Andalucía se deteriora y es gobernada como si de una Diputación provincial se tratase. Andalucía es orgullosa, pero la gestión de su administración no está a la altura de sus necesidades, valgan como ejemplos la sanidad o el agua un lustro después.
A nivel de la provincia de Málaga, lo constreñido nos lleva a estar desconectados, desconectados en materia de comunicaciones sostenibles, ferrocarril, también en materia de agua, en colaboraciones metropolitanas, medioambiente, etc., todos compitiendo contra todos, localismo hasta en lo local, más publicidad y propaganda.
Pero la ciudad de Málaga está de moda, indudablemente, tres grandes inversiones públicas cambiaron nuestra fisonomía y nuestras oportunidades: la Universidad (hace solo cincuenta años) que alimenta el Parque Tecnológico y que genera un talento con arraigo local; las grandes infraestructuras de transporte: aeropuerto, alta velocidad ferroviaria, cruceros, autopistas y autovías, daban servicio a la Costa del Sol pero también benefician a la ciudad sin lugar a la duda; la tercera el Museo Picasso, nos colocó como un puntito del mapamundi, cambió el centro histórico y lo hizo de visita obligada. Las inmensas inversiones han sido puestas en valor por la ciudad, gobernada desde hace décadas por la misma persona, pero nuestra ciudad no es la capital del Mundo, aunque nos lo creamos entre campañas políticas y prensa poco objetiva, eso nos perjudica y nos acorta las miras porque impide ver parte de la realidad. Málaga se ha potenciado de manera principal desde un punto de vista turístico, lo que está generando fuertes tensiones para las que no hay ningún planteamiento de atajarlas que se conozca, la población local se traslada a otros municipios colindantes. El pequeño centro urbano es solo un negocio turístico, lo que está despersonalizándolo, pero se redistribuye mal hacia el resto de la ciudad la riqueza que genera, el empleo que crea abrumadoramente es en la hostelería, de escasa calidad, sin valor añadido.
La llamada Málaga tecnológica, más allá de operaciones singulares brillantes, pero de un peso económico en el conjunto imperceptible, exige una Universidad muchísimo más seria en su estrategia, que no se desfonde en sus coyunturas, comprometida con el retorno y la trasferencia.
Me dice Nadie que hay para todo el mundo en estas líneas, es verdad, pero están llenas de retos ilusionantes, por qué no reconocerlos a todos los niveles y aceptarlos, lo opuesto a constreñirnos, su antónimo, liberarnos, soltarnos, pues vamos a ello, 2024 al fin y al cabo tiene la ventaja de que es bisiesto, nos regala un día de más.
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