“Nuestra realidad demográfica y territorial exige un esfuerzo de coordinación para generar sinergias, pero no se está realizando, sólo repartir sin pensar en un proyecto común claramente nos perjudica, quizás sea el elemento que nos impide converger”
OPINIÓN. Charlas con Nadie
Por Manuel Camas. Abogado23/01/24. Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la ‘rivalidad’ de Málaga con Sevilla: “Desde Sevilla se piensa que la Junta de Andalucía, acomplejada por estar localizada en la ciudad, durante años ha hecho por redimirse invirtiendo principalmente en el resto de Andalucía. Los demás, sin embargo, Málaga en particular,...
...se han sentido agraviados desde finales de los años 80 precisamente por creer que la Junta de Andalucía invierte principalmente en Sevilla”.
Rivalidad
Voy con frecuencia a Sevilla, paso un par de semanas allí cada mes y voy aprendiendo a entender las diferencias que existen con Málaga. Es curioso comprobar cómo, dependiendo del punto de vista, según dónde se coloque el observador, se ven las cosas muy diferentes.
Desde Sevilla se piensa que la Junta de Andalucía, acomplejada por estar localizada en la ciudad, durante años ha hecho por redimirse invirtiendo principalmente en el resto de Andalucía. Los demás, sin embargo, Málaga en particular, se han sentido agraviados desde finales de los años 80 precisamente por creer que la Junta de Andalucía invierte principalmente en Sevilla. La Expo, el AVE (finales de los 80, celebraciones del 92) fundamentaron esa visión.
Lo cierto es que en Málaga se invirtió en la autovía de la Costa del Sol y la de Málaga a Antequera, se mejoró la línea férrea y, se construyó la entonces nueva terminal del aeropuerto, con diseño del arquitecto Ricardo Bofill, inaugurada el 30 de noviembre de 1991. Las inversiones públicas se compensaban de esa manera, más aún si tenemos en cuenta que el trazado de la línea del AVE es común desde Córdoba, para Sevilla y Málaga, aunque llegase a la Costa del Sol bastantes años después.
También, en diciembre de 1992 inauguramos el Parque Tecnológico de Málaga, hoy una de las joyas de la corona de nuestra ciudad, pero no debíamos esconder que, a 31 de diciembre de 2022, representaba aproximadamente un 60% de la facturación del de Sevilla, allí radican 557 empresas con una actividad económica de 4.490 millones de euros y 29.159 trabajadores, en Málaga se suman 653 compañías que facturan 2.700 millones de euros y dan empleo a algo más de 24.000 personas.
Málaga representa el 20% del PIB regional, mientras que Sevilla es el 24%, la renta por habitante es mayor en Sevilla, el paro es menor.
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Hace años un compañero, comentando la pujanza de Málaga comparada con Sevilla, me dijo algo que desde entonces me hace reflexionar, según su tesis menospreciamos la importancia de Sevilla porque ignoramos la potencia de su sector primario, de la agricultura y la ganadería, del peso de sus actividad turística y de su cultura, pensamos que fundamentalmente se mantiene por el rédito histórico de ser la sede central de la administración andaluza, por sus funcionarios y el gasto que ello genera, pero lo que verdaderamente en ese plano es muy significativo es el fenómeno capitalidad, a veces nos cuesta menos verlo en Madrid, pero es fácil entender que cuando las inversiones vienen a Andalucía lógicamente miran en primer lugar a su capital. Y sin embargo Málaga se mueve mucho y va a más.
Todo lo descrito son realidades y no las recojo para establecer las bases de una rivalidad, todo lo contrario. Mirémoslo desde otro punto de vista.
Andalucía es la última en PIB per cápita de España por tercer año consecutivo según publicaba Grupo Joly el pasado diciembre, la riqueza que genera cada habitante se queda en el 74,9% de la española en 2022, lo mismo que en 2021, año en el que nos situamos en último lugar del ranking autonómico.
Con esos datos alimentar la rivalidad, o como la define el Diccionario, la competencia, antagonismo, enfrentamiento, hostilidad, entre las dos economías más potentes de la comunidad, sin olvidar Cádiz, Granada, Almería, Córdoba, Jaén o Huelva (en el orden de sus respectivos PIB), resulta verdaderamente absurdo.
La rivalidad debe superarse mediante acciones que hagan que la suma de esas economías sea superior a sus efectos individuales. Resulta imprescindible generar esas sinergias, coordinar verdaderamente esas economías, hoy por hoy demasiado aisladas entre sí, coordinación en materia universitaria, comunicaciones, aeroportuarias, portuarias, de ferrocarril, sanidad, agua, energía, tecnología, hay tantas cosas por hacer que no hay más remedio que pedir más iniciativa a las administraciones públicas, hay más conciencia en el sector privado que las que propone la administración.
Andalucía es la comunidad autónoma con más habitantes de España, por encima de ocho millones y medio, frente a los siete millones novecientos mil de Cataluña, los seis millones novecientos mil de Madrid o los por encima de cinco de Valencia, el resto de las comunidades no pasan de dos millones, Navarra, Cantabria y La Rioja tienen menos habitantes que las ciudades de Sevilla o Málaga. Pese a ello el PIB de nuestra comunidad autónoma es el 70% del catalán y no llega al 69% del de Madrid.
Nuestra realidad demográfica y territorial exige un esfuerzo de coordinación para generar sinergias, pero no se está realizando, sólo repartir sin pensar en un proyecto común claramente nos perjudica, quizás sea el elemento que nos impide converger.
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