“Málaga es una ciudad abierta al mar. El rascacielos del Puerto simboliza, en mi opinión, todo lo que esta ciudad detesta. Ha de ser esta, y no una alineación de astros, la que sentencie si “la torre” merece el grandísimo honor de ocupar un lugar tan privilegiado en Málaga y en nuestras vidas”

OPINIÓN. El escalímetro
Por Jesús María Flores Vila. Arquitecto

23/10/17. Opinión. El arquitecto Jesús Flores inicia una columna con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com haciendo una valoración de la decisión de la Junta de someter a la evaluación medioambiental corta la construcción del rascacielos del Puerto. En este artículo se analizan diferentes puntos de vista como el del delegado de Medio Ambiente en Málaga, Adolfo Moreno, el de los partidos políticos y...

...el de los medios de comunicación como diario Sur. A juicio de Flores “se está pasando muy rápidamente de la oposición a un polémico proyecto, en base a argumentos de distinta índole, al ‘mosqueo’ generalizado de un creciente sector de la ciudadanía, al que el asunto no le cuadra y que además cree que se le está tomando el pelo”.

La alineación de Astros

LE
Corbusier definió la arquitectura como “el arte en su sentido más elevado, es orden matemático, es teoría pura, armonía completa gracias a la exacta proporción de todas las relaciones: ésta es la "función" de la arquitectura".


YO, como Arquitecto, suscribo estas palabras pero voy mas allá pues tengo el firme convencimiento de que nuestro trabajo ha de desempeñar, además, funciones más elevadas, como lo son el inspirar la mente de las personas, crear emoción estética y en última instancia proporcionar felicidad.

MI oposición al proyecto de la torre del Puerto, principalmente a través de las redes sociales, tiene mucho que ver con todo lo anterior y es ese sentir el que propició mi primera colaboración con esta revista.

SOY además promotor inmobiliario y constructor, y a pesar de que nunca me he pronunciado políticamente, pocos pasarán por alto el hecho de que probablemente no sea de izquierdas. No me voy a manifestar al respecto pero es precisamente esa particularidad la que me convierte en un detractor incómodo y quizás en una singularidad dentro del conjunto de las voces contrarias al proyecto de la “torre del puerto”.

Y no son pocos, tanto en mi entorno personal como profesional, los que han querido averiguar lo que ahí subyace. Quieren conocer los motivos “reales” que me han llevado a oponerme tan apasionada y vehementemente, en redes sociales y en prensa, a un macro proyecto que en apariencia solo ofrece ventajas aunque nadie tenga muy claro cuáles son.

MIS motivaciones son varias pero resulta obvio que, como arquitecto, sean los argumentos en contra del propio proyecto, el uso que se le pretende dar y su arquitectura los que propiciaran en primera instancia mi oposición al mismo. Desde el principio no hubo química, ni embrujo ni curiosidad. Esa  primera sensación solo ha ido confirmándose y acrecentándose con cada nuevo acercamiento, con cada nueva información, día a día.

A pesar de que no albergo dudas, o eso querría, de que el sentir generalizado entre mis compañeros arquitectos coincide, en mayor o menor medida, con el mío, soy consciente de que fuera de este ámbito son otros los argumentos que han calado más hondo entre los opositores al proyecto.


EL
que, con diferencia, más suspicacias e inquietud suscita  es el que hace referencia a la singular alineación de astros que ha llevado al consenso prácticamente unánime entre inversores, instituciones públicas, partidos políticos, Ayuntamiento y cierto sector de la prensa local. Esta unión tiene el propósito de que se materialice un proyecto que prevé la construcción, no de un auditorio, un museo, o un centro cultural para el uso y disfrute de la ciudadanía, como sería de esperar dada la singularidad del imponente solar público, sino de nada menos que un hotel de súper lujo de 35 plantas diseñado por el “star Architect” local  José Seguí y que viene de la mano de un grupo inversor catarí del que poco o nada se sabe.


A la par que la tramitación administrativa salva escollos por la vía rápida y el proyecto avanza lenta pero inexorablemente hacia su realidad, se extiende con la misma rapidez por la ciudad la inquietante sensación de que en todo este asunto hay algo intrínsecamente perverso.

HA contribuido a alimentar las suspicacias de la ciudadanía un polémico informe hecho público el viernes 13, en pleno puente del Pilar, elaborado por la consejería de Medio Ambiente de la Junta, que descarta la existencia de impacto ambiental en la actuación proyectada en base a argumentos técnicamente dudosos. La inaudita rapidez con la que la Junta ha despachado el asunto y unas extravagantes declaraciones posteriores del responsable del organismo, Adolfo Moreno, han avivado las llamas de la discordia más aún si cabe.

LAS redes sociales bullen en torno a este asunto y en la última semana las voces contrarias al proyecto del Puerto se han multiplicado. Plataformas ciudadanas, agentes sociales, particulares, políticos, periodistas ilustres y multitud de profesionales empiezan a alzar su voz ante lo que se evidencia como un riesgo real.

TAL y como yo lo veo, aquí se está pasando, muy rápidamente, de la oposición a un polémico proyecto, en base a argumentos de distinta índole, al “mosqueo” generalizado de un creciente sector de la ciudadanía, al que el asunto no le cuadra y que además cree que se le está tomando el pelo.

YO no soy muy dado a las conspiraciones pero cuando un personaje tan siniestro como el político Juan Cassá, cabeza visible del partido Ciudadanos en Málaga, haciendo gala de un desprecio total y absoluto hacia la creciente oposición ciudadana al proyecto, decide inundar los medios y las redes sociales con mentiras y extravagantes comentarios a favor del proyecto (y además me ha bloqueado en Twitter) no puedo más que pensar que estamos ante una campaña perfectamente orquestada para llevar esta oscura operación a buen puerto, “lobbying” en su sentido más estricto.


UN objetivo tan ambicioso requiere de medios y periodistas afines, con una consigna y una línea editorial  clara, que difundan, sin fisuras ni titubeos, cada noticia “buena” para la torre con entusiasmo,- en negrita y usando mucha terminología administrativa-, y que obvie las “malas”, minimizando en la medida de lo posible las voces contrarias o despreciándolas directamente. Me estoy refiriendo al diario Sur y a su sobradamente conocida pasión por el proyecto del puerto, que como era de esperar es compartida de manera incondicional y vehemente por todos y cada uno de sus redactores y empleados, incluido su director.


Y es este último, Manuel Castillo, el que hace escasamente tres días afirmaba en su columna de “opinión” lo siguiente:

“COMO es lógico, una torre de 135 metros también tiene sus detractores -lo extraño hubiera sido lo contrario-, como Ecologistas en Acción, los partidos de izquierda de Málaga para la Gente y, seguro, algunos ciudadanos de a pie.”

“ES
absolutamente respetable y hasta positivo que haya personas que expresen su oposición y que utilicen los cauces administrativos para manifestar su rechazo, siempre que se ajusten a las normas y no con tretas y empecinamientos que han llegado a ser ridículas y cómicas. Ha pasado siempre, en infinidad de proyectos, como el Kursaal de Moneo en San Sebastián, el Guggenheim en Bilbao, la Torre Agbar de Barcelona, la torre Pelli de Sevilla o la recurrente Torre Eiffel, en los que un sector de la población, nostálgico de otros tiempos, ilustrado o no, se mostró ferozmente en contra.


EL argumento inicial, ninguneando a los detractores del proyecto no sorprende por lo previsible de las directrices impuestas, pero el símil que utiliza a continuación no tiene desperdicio. De vergüenza ajena, o más bien de falta de vergüenza, calificaría yo su comparativa entre el casino- hotel “Benidorm style” que se pretende perpetrar, con nada menos que “el Kursaal de Moneo en San Sebastián, el Guggenheim en Bilbao, la Torre Agbar de Barcelona, la torre Pelli de Sevilla o la recurrente Torre Eiffel,..”. No merece más comentarios.

HARINA de otro costal es Ignacio Lillo, redactor del mismo diario, que se descuelga con la siguiente afirmación en otro artículo de hace dos o tres días también:

“DE esta forma, la Junta rechaza los argumentos de las escasas voces que se han manifestado en contra del proyecto, principalmente desde el Colegio de Arquitectos (el debate levantó una mínima participación de los colegiados), y de Ecologistas en Acción, que pretendían justificar la tramitación extendida.”

ESTE indigente cultural carente de toda integridad profesional se salta los preámbulos y pasa directamente al desprecio, calificando como “escasas voces” al clamor generalizado en contra del proyecto. Cree pertinente, desde la arrogancia e ignorancia mas inexcusables, menospreciar e insultar al Colegio de Arquitectos de Málaga, órgano del que forma parte el que suscribe y 1200 arquitectos más.

EL mismo personaje publicaba en Twitter, al hilo del artículo de su Jefe, citado anteriormente, la siguiente perla:

-@ManoloCastillo expresa con claridad algo que yo resumiría en una frase: "no me gusta" no aparece en ninguna ley-

SIN entrar en consideraciones de tipo gramatical o sintáctico que no me competen, creo firmemente que este comentario debería entrar por la puerta grande en el panteón de las supremas “paridas” con las que nos han “obsequiado” algunos de los partidarios de la infame torre y ocupar un lugar de honor junto a esta otra “joya” cortesía de Adolfo Moreno, delegado de Medio Ambiente de la Junta.

-“DETERMINADAS vistas o perspectivas de la misma sí se verán afectadas por la existencia del hotel propuesto, y estas vistas son fácilmente modificables en función de la ubicación del observador “-

EN fin, para ir concluyendo querría volver al discurso que, como arquitecto, me es propio y traer a colación los resultados de un reciente estudio publicado por la revista “Nature” tras analizar las opiniones de 1,5 millones de individuos en relación al  nivel de belleza que percibían en 212.000 fotografías de paisajes de todo tipo en Gran Bretaña.

LOS resultados de esta investigación concluyeron que la presencia de arquitectura considerada como bella, en nuestro entorno habitual, tiene el mismo efecto sobre nuestra salud y felicidad que el contacto con la naturaleza.

LUIS Barragán, Ilustre Arquitecto Mejicano, sugirió algo parecido cuando afirmó, en su discurso de aceptación del Premio Pritzker de Arquitectura en1980, que:


-"EL espacio ideal debe contener en sí elementos de magia, serenidad, embrujo y misterio. Creo que estos pueden inspirar la mente de los hombres. La arquitectura es arte cuando consciente o inconscientemente se crea una atmósfera de emoción estética y cuando el ambiente suscita una sensación de bienestar".

MÁLAGA es una ciudad abierta al mar y que mira al mar desde el inicio de los tiempos. Ese rascacielos, hotel, casino o lo que sea, simboliza, en mi opinión, todo lo que esta ciudad detesta. No se lleven a engaño, como yo hay muchos, y anticipo que habrá muchos más, y es por ello que ha de ser la ciudad, y no una alineación de astros, la que sentencie si “la torre del Puerto” merece el grandísimo honor de ocupar un lugar tan privilegiado en Málaga y en nuestras vidas durante décadas… Durante generaciones.

PUEDE ver aquí anteriores artículos de Jesús Flores:
- 05/10/17 La gran oportunidad