La experta en Cooperación Internacional para el Desarrollo Laura Martínez presenta su nueva colaboración para EL OBSERVADOR en la que quincenalmente hablará sobre sus experiencias y vivencias marcadas por la forma de vida de la comunidad africana de los masáis
OPINIÓN. Caleidoscopio
Por Laura Martínez Segorbe. Cofundadora de la Asociación Enjipai para mejorar las condiciones de vida de masáis de Mfereji, Tanzania14/09/18. Opinión. Laura Martínez estrena colaboración quincenal para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Bajo el nombre de Caleidoscopio esta sevillana afincada en Mijas desde hace 30 años contará sus experiencias y vivencias marcadas por la forma de vida de la comunidad africada de los masáis. Martínez es cofundadora de la Asociación Enjipai en la que trabaja...
...desde el año 2012 con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de masáis de Mfereji, al norte de Tanzania. Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Málaga y experta en Cooperación Internacional para el Desarrollo por la Universidad de Alcalá de Henares. Tiene un máster en Counselling e Intervención en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la Universidad de Málaga. “Amo la poesía, la música, el mar, el sur, África y sus gentes”, señala Martínez. Retales, de la editorial Canariasebook, es el primer de poemas de Martínez, cuyos beneficios están destinados íntegramente a la comunidad masái.
Caleidoscopio
¿NO os parece que el caleidoscopio es un objeto fascinante? Tan solo un tubo y tres espejos. Al girarlo... miles de figuras de diversas formas y colores. Proviene de tres términos griegos: kalos (belleza), éidos (imagen) y scópeo (observar).
SU etimología nos dice, pues, que es un instrumento para observar la belleza de las cosas. Y digo observar, no mirar. Observar lleva implícito implicarse, comprometerse. Podemos mirar por el caleidoscopio y ver tan solo la belleza de figuras geométricas y coloridas. O podemos observar por el caleidoscopio y que esa belleza nos atrape y cambie nuestra visión de las cosas y las transforme. Así es tal y como lo expresaba el poeta Vicente Huidobro: el caleidoscopio “es un ensueño de jardines condensados, es una redoma de peces y de estrellas amaestradas". Precioso.
A mí me gusta el segundo grupo. Ese grupo entre el que nos encontramos los que vivimos, sentimos y pensamos, los que observamos y aprendemos, y no nos quedamos parados ni juzgamos a primera vista. Estamos fuera de cualquier refugio, porque eso significaría estar ciego, o lo que es peor, muerto. Basta que giremos el caleidoscopio un poquito, para que cambie nuestra percepción de las cosas completamente.
HUBO un tiempo en el que yo era lo que el contexto social y familiar esperaba de mí como mujer. Esto es, hablar no demasiado alto, estar y ser sonriente. Y también, estar y ser complaciente. Hasta que observé con atención por el caleidoscopio y me topé de bruces con otras miradas, otras historias, otros sentires... y también, con otras mujeres. Y me topé de bruces con patrones de comportamiento que estaban grabados en mí a fuego. Patrones que, a día de hoy, cambio constantemente. A ello me ha ayudado el giro del caleidoscopio, encontrándome así, por ejemplo, a las mujeres africanas, que en su día a día hacen odas a la muerte, al amor, al trabajo, a la amistad. A la vida. Me recuerdan constantemente que somos finitos y que no podemos estar lamentándonos siempre. O las mujeres literarias como Anne Sexton o Alejandra Pizarnik, que hablaron y escupieron versos sobre su locura, sobre parir, sobre rechazar a un hijo, sobre los miedos, sobre la muerte. Unas valientes, las primeras. Otras valientes, las segundas. Las valientes.
Y eso es todo lo que yo observo al enfrentarme al caleidoscopio. Que cada uno tiene su historia, sus amores, sus odios y sus circunstancias. Y que todo depende de lo dispuestos que estemos a girar el caleidoscopio. Lo dispuestos que estemos a acariciarlo, para así poder sentir el latir que hay en cada uno de nosotros. Y, además, hablar alto y claro. Y con respeto. Y todo esto, bañarlo en la utopía, en ese soñar despiertos, donde cabemos todos con nuestras formas, colores, culturas y tradiciones.
BIENVENIDOS a Caleidoscopio, a la trayectoria de la luz en línea recta que al chocar con los espejos rebota y se transforma. Nos transforma. Y así es como vamos conociéndonos los unos a los otros, aprendiendo los unos de los otros, entendiendo los tiempos de cada uno de nosotros. Así es como podremos ver la belleza de las cosas, la belleza de las personas, la belleza del planeta...