La experta en Cooperación Internacional para el Desarrollo, Laura Martínez, presenta una nueva colaboración para EL OBSERVADOR en la que quincenalmente hablará sobre sus experiencias y vivencias marcadas por la forma de vida de la comunidad africana de los masai

OPINIÓN. Caleidoscopio
Por Laura Martínez Segorbe. Cofundadora de la Asociación Enjipai para mejorar las condiciones de vida de los masai de Mfereji, Tanzania

28/09/18. Opinión. Laura Martínez, en esta nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, habla de las mujeres masai, colectivo que es la piedra angular de la comunidad. Un pueblo que conoce muy bien gracias a que es cofundadora de la Asociación Enjipai, en la que trabaja desde el año 2012 con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los masai...

...de Mfereji, al norte de Tanzania.

Lucha de Gigantes

LA tierra está seca en los alrededores de Mfereji, una aldea masai situada al norte de Tanzania, cerca de la frontera con Kenya, en la región de Arusha.


TIERRA masai, desde tiempos, para nosotros, inmemoriales, donde el acceso sigue siendo difícil. Sin carretera ni caminos. No existe estimación oficial de la población masai en la zona, porque están diseminados por toda la sabana, aunque según Naciones Unidas se estima que no llegan al millón, entre los masai del norte de Tanzania y del sur de Kenya. En esta tierra dura, se mantienen de forma férrea los masai, defendiendo su cultura y sus tradiciones frente a las colonizaciones británica y alemana antaño, frente a las grandes multinacionales ahora.

ENTRE usurpaciones de tierra, un clima extremadamente duro, sin agua y sin luz, se levantan día a día, los masai. Ellos a pastorear (la ganadería es su fuente de subsistencia). Ellas...

EL día a día de una mujer masai empieza antes de que salga el sol. Siempre tienen algo que hacer: ordeñar las cabras, ocuparse de los hijos, los suyos y los ajenos, ir a buscar agua y leña y cargar con ella, satisfacer a sus parejas, construir las casas (manyattas), cuidar del ganado y de la aldea (boma). Su día empieza antes de que salga el sol. Su día es una lucha de gigantes.

LA mujer masai es la columna vertebral de las comunidades. Eso es motivo más que suficiente para ayudarlas sin descanso. Cuanto más libre sea la mujer, mejor le irá al mundo.

DESDE Enjipai (que en lengua maa, su lengua materna, significa "felicidad"), asociación en la que trabajamos María Cerezo y yo desde el año 2012 hacemos una fuerte apuesta por el liderazgo femenino de la mujer masai. Se han constituido en un grupo que se llama Emwa Sidai (Colores bonitos, en maa) y trabajan desde hace dos años realizando bisutería para venderla en los mercados locales y a través de la asociación, también en España. Están empezando a tener ganancias y eso les da algo de libertad y, sobre todo, algo de independencia.

HOY os hablaré, por ejemplo, de una de ellas: Koko Sokoine. Ella es una mujer masai que parece mucho más mayor de la edad que seguramente tenga. De hecho la llaman Koko, que significa "abuela". Ella es de las que más autoridad tiene en la aldea y sabe bien lo que es la vida. Sabe bien lo que es la inseguridad alimentaria, sabe bien lo que es falta de agua y, sobre todo, lo que significa el agua. Sabe bien lo que es tener un vínculo fuerte con la tierra y sus recursos naturales. Sabe bien lo que es no tener acceso a un sistema sanitario y menos aún a un sistema de educación. Sabe lo que es cuidar de sus niños y de sus mayores: la familia desempeña un papel primordial en la vida de la mujer masai, vigilan su salud y su bienestar. La familia para ellos es toda la comunidad. Desde luego que si en Mfereji, se celebrase un 8M bajo los diferentes lemas que aquí manifestamos muchísimas mujeres, Mfereji, también se pararía. Porque las mujeres no hemos hecho otra cosa que trabajar como mulas desde siempre. Si paramos, se para el mundo.


KOKO Sokoine por tanto, sabe bien y mucho de todo, por muy analfabeta que sea. Pertenece al 5% de población indígena existente en el mundo, entre los que se encuentran los masai. Y pertenecen también, al 33ª de personas del planeta que viven en situación de extrema pobreza.  Pero esto, son datos y números. Ellos ni siquiera son ya números para todo el engranaje financiero y de lobbys en el que vivimos. Para mí, y para muchos otros, ellos son personas. Ella es una persona. Con su historia. Y deberíamos escucharla. A ella, y a todas las mujeres del mundo que tanto saben sobre la vida. Es importante que hablen, que nos cuenten, que nos enseñen. Así veremos la vida de estas mujeres, desde sus ojos. En este caso en particular, a  mirar hacia África con los ojos de los africanos. Es fundamental si queremos entender algo. Si no seguiremos mediatizados por la cara fea que se nos muestra constantemente en los medios de comunicación. En África hay pobreza, hambruna, sequías y guerras. Y también en otras partes del mundo encontramos toda esta porquería, gobernada por políticos desalmados y ególatras. Hay que decir bien alto que África además, es color, baile, ritmo, vida que late, música... o como diríamos en Andalucía "vaya poderío el de África". Solo hay que mirar los collares, pulseras, tobilleras y pendientes que lleva una mujer masai. Color por todas partes.

SI hay alguien que está esperando aún el lugar que le corresponde es la mujer africana.
En África, la mujer nunca cae. A sus espaldas… los niños, el agua, la madera…
No desfallecen, son infatigables, incansables…
Madres, viudas, adolescentes, enfermas, prostitutas…
asumen con dignidad el papel que les ha tocado vivir
sin que esto les impida cantar, bailar, sonreír…
No se sientan a llorar en un rincón.
Son exhuberantes y elegantes.
Son mariposas que aunque le fallen sus alas, están sedientas de vida
y vuelan alto dejando estelas de colores en el cielo.
Es una urgencia darles el sitio que merecen, ¿no?
Sin duda, África tiene nombre de mujer.

Fotografías de mujeres masai de la comunidad masai de Mfereji













Fotos: María Cerezo y Laura Martínez

PUEDE leer aquí anteriores entregas de nuestra colaboradora.
-14/09/18 Caleidoscopio