Desde que pisé África por primera vez, entendí mejor de qué trata el papel de la mujer y la necesidad urgente de cambiar muchos aspectos”

OPINIÓN. Caleidoscopio
Por Laura Martínez Segorbe. Cofundadora de la Asociación Enjipai para mejorar las condiciones de vida de los masai de Mfereji, Tanzania


26/10/18. Opinión. Laura Martínez, en esta nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, habla de las mujeres masai, colectivo que es la piedra angular de la comunidad. Un pueblo que conoce muy bien gracias a que es cofundadora de la Asociación Enjipai, en la que trabaja desde el año 2012 con el objetivo de mejorar las condiciones de vida...

...de los masai de Mfereji, al norte de Tanzania.

Una escuela en alguna parte…

LA primera vez que llegué a Mfereji, hace ya siete años, observaba todo, pero con especial atención a las mujeres masai de la comunidad. Estaba aturdida, sin dar crédito a lo que veía. Estaba viendo con mis propios ojos cosas que me contaba mi abuela sobre su infancia y adolescencia, pero cambiando el escenario. En vez de Córdoba, Mfereji. En vez de España, Tanzania. La segunda noche, al meterme dentro del saco, dentro de la moquiteara y untada en repelente antimosquitos con su carga de DEET, me acordé de Simone de Beauvoir. Casualmente fue un hombre, hoy más que amigo, hermano, el que me regaló hace años 'El segundo sexo'. Se abrió entonces una nueva ventana para mí, y hoy, que leo triste que se ha marchado Carmen Alborch, repasando artículos y opiniones sobre su trabajo y su compromiso, se que a ella le pasó lo mismo. También le cambio la vida, su perspectiva, su compromiso. Y desde que pisé África por primera vez, entendí mejor de qué trata el papel de la mujer y la necesidad urgente de cambiar muchos aspectos. Nosotras, en pleno siglo XXI seguimos luchando y continuamos el camino que emprendieron otras mujeres valientes años atrás, y nos sintamos más o menos feministas, abrieron el camino para nosotras y aprovechamos todo lo bueno que se consiguió. Ellas, las mujeres masai, luchan desde allí. Hay un punto en común entre ellas y nosotras: demasiadas leyes y pocos medios. Mucha apariencia y poco compromiso. ¿De qué sirve una ley sin programas de prevención? ¿Para qué sirve una ley si no hay medios?

EN Tanzania, por ejemplo, la mutilación genital fue prohibida en 1998, y después de diez años, aún no se ha implementado en tierra masai. ¿De qué sirve la prohibición si no se llevan a cabo programas de sensibilización para evitar que esto siga ocurriendo? ¿De qué sirve que se decrete la gratuidad de la educación primaria y secundaria, si las familias siguen sin poder sufragar los gastos escolares? ¿Para qué sirve, si los niños desconocen los idiomas oficiales del país (Inglés y swahilli)? ¿Para qué sirve si el colegio más cercano está a seis horas caminando de sus aldeas?

¿DE qué sirve que se apruebe la Agenda 2030 para conseguir 17 objetivos y 169 metas, si no se exigen que se cumplan las obligaciones y responsabilidades de los gobiernos? ¿De qué sirve nada cuando uno vive con menos de un dólar al día, y mucho estoy diciendo?


NO se cumplieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio marcados para el 2015. Y no se cumplirán los marcados para el 2030. ¿De qué sirve tanto hablar y tan poco hacer? ¿Para qué tanta Cumbre y Foros de Alto Nivel? Hace falta trabajar más a nivel local: invertir en educación, salud, mujer. A nivel local. Y contando desde luego con los habitantes de cada zona como protagonistas de sus avances, sus sueños, su cambio.

DESDE Enjipai, nos centramos en la mujer masai como pilar fundamental de la comunidad y motor de las familias. Trabajamos localmente, porque a problemas locales, soluciones locales. No pretendemos, porque sería una quimera, tal y como se indica en el objetivo 2, agua para toda tierra masai, para toda la sabana africana. Eso es tan estúpido como estúpida es la Agenda y aquellos que la conforman. ¿De qué sirve adquirir compromisos si luego no se exigen resultados?

LA mujer masai, antes de ser mujer, ha sido niña. Y las niñas masai, como era de esperar, lo tienen más difícil que el resto. Y es en ellas, donde hay que enfocar y llevar a cabo todo el esfuerzo del mundo. Es en ellas, a través de la educación, donde se producirá el cambio. Ya ha empezado. Es un proceso lento y de mucho trabajo. Pero ha empezado y Enjipai estará ahí para acompañarlas en el camino.

NAMWURU es una niña masai. Tiene los ojos negros más bonitos de toda la sabana. Y es muy inteligente. Además, ayuda en la comunidad a todo lo que se le pide. Al igual que hace su madre, cuida de los pequeños, recoge agua y madera, ordeña a las cabras. Y además, va al colegio. Ni un solo día falta a sus clases. Es de las mejores. Es una de las primeras niñas masai de Mfereji, que está realizando los estudios de educación primaria en un colegio público. Y en noviembre se examina del examen que le dará acceso a la educación secundaria. Aquí está el ejemplo de una niña masai que ha salido del ámbito doméstico y si todo va bien, seguirá desarrollando sus capacidades intelectuales y modificará en la medida que pueda los roles establecidos. Ella ya es una niña que está marcando el camino para las demás, sin saberlo. Así que en varias generaciones, ya no será ella sola, sino que serán muchas. Igual que nos ha pasado a nosotras.

Namwuru y Asunghui

Antes de la construcción de la escuela, daban clase bajo un árbol. Aquí Namwuru, junto a Tutayo, Neema, Seini y Noondemwa

Namwuru. Programa de apadrinamiento escolar

Namwuru en la escuela de la aldea Año 2012/2013

Nawmuru en sus ratito libres... a dibujar

Desde pequeñita, atenta a todo... María Cerezo explicándole mates

Koko Sokoine, Namwuru y Laura Martínez

DE la formación de Nawmuru se generará impacto en la comunidad. Ella está abriendo un camino esencial e importante para ayudar y contribuir a sostener su comunidad. Sin ella, sin ellas, no hay futuro.

https://drive.google.com/file/d/0B2bkKTRQOZ-LajJCN1pQNUd3T0k/view?ts=58cba01b
Imason Imaginación Sonora. Autor: Juan Carlos Martín. Voz: Carmen Fernández

MUCHAS veces cierro los ojos, y veo con claridad la extensa llanura de la sabana, como si fuese un cuadro. Y en ese paisaje, ellos, los masai. Ella, Namwuru. Todo el esfuerzo realizado hasta hoy, ha merecido la pena solo por ver a Namwuru matriculada en la escuela pública. Verla a ella es saber que hay esperanza, que hay futuro, porque como decía Lorca, "el más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida".

PUEDE leer aquí anteriores entregas de nuestra colaboradora.
-28/09/18 Lucha de Gigantes
-14/09/18 Caleidoscopio