“Un espacio geográfico o ecosistema que se caracteriza por contar con un clima árido y seco y una vegetación escasa y esparcida de manera irregular sin llegar a formar grandes conjuntos de arbustos; una biomasa…”
OPINIÓN. Caleidoscopio
Por Laura Martínez Segorbe. Cofundadora de la Asociación Enjipai para mejorar las condiciones de vida de los masai de Mfereji, Tanzania
15/03/19. Opinión. La cooperante internacional Laura Martínez, en esta nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, habla sobre la impactante sabana africana. “Si nos explicasen cuando somos pequeños que la sabana africana es una llanura inmensa por donde pasearon nuestros tatatatatatarabuelos, que allí la tierra abraza...
...al cielo, que los árboles más característicos son el baobab y la acacia y que entre éstos y los animales existe una simbiosis perfecta, que nos da ejemplo una vez más, de lo armónico de la naturaleza. Si nos contaran todo eso, no se nos olvidaría nunca, y los más osados, igual, sienten la curiosidad de ir a allí en algún momento de su vida”, apunta Martínez. La cooperante suele referirse en sus escritos a sus vivencias en ‘su’ aldea de Mfereji, en Tanzania. Describe habitualmente la realidad del pueblo masái. Un pueblo que conoce muy bien gracias a que es coofundadora de la Asociación Enjipai AQUÍ (en su perfil en Facebook, AQUÍ), en la que trabaja desde el año 2012 con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los masái, en la referida aldea de Mfereji, al norte de Tanzania.
Unidad didáctica: La sabana (para niños y adultos, para adultos niños y para curiosos)
EN aquellos años lejanos de colegio nadie nos enseñaba que hay hombres tristes que son como pájaros extraviados, ni que el corazón se extiende y se encoge si amas o te aman, o si sufres la pérdida de alguien. Tampoco nos enseñan que la vida es un viaje y que si no viajas, no vives. Otras cosas sí que nos enseñaban, a resolver algunas ecuaciones matemáticas, los ríos, los países, las fechas de nacimiento de algunos escritores, algunas lecturas e historia. También nos enseñaron, por ejemplo, los ecosistemas terrestres: desierto, estepa, sabana… apenas recordaba ya aquella clase y de repente, años después, me encontré en medio de uno de ellos: la sabana.
CÓMO iba a imaginar que tiempo después, lo que me enseñó D. Ignacio, el profesor de Ciencias Naturales, acerca de la sabana, iba a formar parte de mi vida para siempre.
SI buscamos en internet (o los más clásicos en una enciclopedia) la palabra “sabana”, encontraremos un sinfín de definiciones: un espacio geográfico o ecosistema que se caracteriza por contar con un clima árido y seco y una vegetación escasa y esparcida de manera irregular sin llegar a formar grandes conjuntos de arbustos; una biomasa… y otras muchas definiciones que señalan clima, temperatura, flora, fauna…
PERO la realidad es que nada de eso se recuerda y lo peor aún, no se asimila, porque son cuestiones lejanas que no nos condicionan en nuestro día a día, cayendo así en el saco del olvido. Si nos explicasen cuando somos pequeños que la sabana africana es una llanura inmensa por donde pasearon nuestros tatatatatatarabuelos, que allí la tierra abraza al cielo, que los árboles más característicos son el baobab y la acacia y que entre éstos y los animales existe una simbiosis perfecta, que nos da ejemplo una vez más, de lo armónico de la naturaleza. Si nos contaran todo eso, no se nos olvidaría nunca, y los más osados, igual, sienten la curiosidad de ir a allí en algún momento de su vida.
EN los siguientes párrafos, contaré lo que yo, personalmente creo que un niño debe saber sobre la sabana. Yo no soy profesora, aunque estudié para ello, pero si mantengo un contacto constante con los niños, así que me permito la licencia de hacerlo. No sin antes, y por considerarlo justo, tirar una lanza a favor de los docentes (me refiero siempre a los buenos), ya que es bien sabido que en los últimos años están sometidos a una presión importante por parte de las administraciones que les exigen informes, notas y muchos papeles. Esto es una realidad, pero también es una realidad que los docentes debe preparar sus clases de forma exhaustiva y dedicar más tiempo al aprendizaje y no a la memorización y a los exámenes, porque actualmente los niños de educación primaria, por ejemplo, pasan el día haciendo fichas. Son importantes, claro que sí, pero en su justa medida. Mención especial tienen los docentes que nos hacen mejores, más inteligentes y con mayor capacidad crítica. Aquellos que entienden que los niños ya cuentan de forma innata con la curiosidad por descubrir el mundo, necesitando por tanto, el tiempo y el espacio adecuados. Ésos son el top ten. Y yo he tenido la suerte de contar durante mi vida de estudiante a algunos de ellos.
SIN más dilaciones, expongo mi unidad didáctica sobre la sabana africana, para que todos los lectores, incluidos niños y adultos niños. Nunca mencionar palabras como ecosistema terrestre o bioma, porque no las entenderán y entonces no atenderán al resto de la enseñanza. Que no entenderán, porque no tienen capacidad de someterlas ni siquiera a un concepto. Y si además, le sumamos la estepa, el desierto, los bosques… pues se perderán en un sinfín de palabras que no les son familiares, porque ellos viven en una ciudad.
LA sabana es como es por los animales que allí viven y los árboles que allí crecen. Y no al revés. Es lo que es porque allí dejo de llover progresivamente desde tiempos remotos… Todo ha ocurrido siempre por el cambio climático, que muy a nuestro pesar, existe desde el principio de los principios. Porque todo se rige por las lluvias, los incendios, las mareas… así que bajo ningún concepto podemos darle la espalda a esto. Eso es lo que deben saber, desde pequeños los escolares en edad de aprender y disfrutar. ¿Para qué quiere saber un niño algo que no entiende? Para nada.
SIN embargo, si nos contaran que la sabana es una pradera donde crecen, entre otros, dos árboles fantásticos, que bien podrían ser de ciencia ficción: el árbol del revés (baobab) y el árbol sombrero (acacia). Que ellos son los guardianes de secretos milenarios, mágicos, que solo la naturaleza conoce. Tampoco son muchos los adultos que conocen estas historias, magníficas, únicas… Os contaré tres, con el único deseo de que conozcáis el lugar donde viven los masai, que no es otro, que la preciosa, salvaje y radical, sabana africana. Atentos niños y adultos, y hombres niños.
El árbol que estaba del revés
CUENTA una leyenda que hace mucho tiempo existía un árbol, el más bonito del planeta, que pasaba sus dÍas feliz en las praderas africanas: el Baobab. Su belleza era un regalo de los dioses y el baobab, aprovechando los regalos de fortaleza y belleza, empezó a crecer y crecer, tanto, que empezó a dar sombra al resto de los árboles. Estaba el baobab a punto de tocar el cielo, cuando los dioses se percataron de su arrogancia y de su abuso. Así que se reunieron y decidieron castigarle. Y a partir de entonces el baobab creció del revés, con las raíces hacia arriba, fuera de la tierra. Y por eso ahora es extraño y único.
ESTO es la leyenda, pero la realidad es que el baobab esconde muchos secretos, muchos tesoros. El más preciado: el agua. ¿Y quiénes son aquellos que lo saben? Los elefantes. Con su robusta trompa le dan golpes y de su interior extraen el agua que el baobab acumula. Por eso tienen el tronco dañado, por los trompetazos.
El árbol refugio
LA acacia en la sabana africana además de ser un árbol, es el refugio de las hormigas. No es que las hormigas la invadan y la destrocen, es al revés. Las acacias abrazan con sus pequeños tallos a las hormigas porque son amigas. La acacia les regala su néctar y a cambio, si se acerca alguna jirafa a comer, las hormigas salen en su defensa y le dan bocaditos en el hocico, de manera que ésta huye. Tienen una relación magnífica y que ha proliferado durante siglos.
Los castillos de la sabana
¿Y qué deciros de los magníficos castillos de tierra de las praderas africanas? ¿Quiénes son los magníficos arquitectos de estas construcciones? Unos montículos de tierra rojiza se alzan majestuosos por toda la geografía de la sabana africana. Son los termiteros. Y sus habitantes, las termitas. Esos pequeños bichitos que aquí nos causan tantas molestias porque devoran nuestros muebles de acacia, en la sabana construyen palacios y castillos alcanzando una altura de nueve metros, y en su interior albergan otro pequeño mundo y tienen jardines y parques y campos de setas; y túneles infinitos conectados unos entre otros y canales para el agua, que son navegables. Son lo que hoy, como si lo hubiésemos inventado nosotros, llamamos “diseño sostenible”.
ESTE es un pequeño trozo de la sabana africana y en la pradera donde viven los masái, es fácil ver a primera vista, estas historias que os cuento. Los masai conocen bien su medio. No son analfabetos al uso. Si tú aquí le enseñas a un niño un calabacín y un pepino, no sabe distinguirlos. Si le preguntas qué animales viven en su medio, o qué árboles puede ver, tampoco sabe reconocerlos ni distinguirlos. ¿Qué forma es esta de vivir en un medio que desconocemos aún formando parte de él? Y peor aún... ¿qué forma es esta de despreciarlo?
ALGO falla en la educación familiar y académica, cuando un niño no sabe dónde se encuentra. Porque para partir hacia alguna parte, hace falta un punto de partida que debemos conocer, distinguir y respetar.
AÚN veo niños que matan animales, sobre todo insectos. A mí me apena profundamente. Por ejemplo, yo soy alérgica a las avispas y abejas y lo que hago es huir de ellas y correr como si no hubiese un mañana. Pero nunca las mato y menos aún desde que conocí su mundo y la importancia que en nuestras vidas tienen. ¡Ay las abejas…! Otro mundo maravilloso se oculta tras de ellas…
PUEDE leer aquí anteriores entregas de Laura Martínez:
-15/0/19 Unidad didáctica: La sabana (para niños y adultos, para adultos niños y para curiosos)
-01/03/19 La mujer es un árbol de magnolias
-18/01/19 Málaga-Estambul-Nairobi-Arusha
-03/01/19 Los poetas del firmamento y algunos desapegos
-09/11.18 Emwa Sidai. Colores Bonitos
-26/10/18 Una escuela en alguna parte…
-15/10/18 Jurisprudencia
-28/09/18 Lucha de Gigantes
-14/09/18 Caleidoscopio