“A amenazas, cambios de turnos, expedientes, sanciones, suspensiones de empleo y sueldo o denuncias al juzgado, hay que sumar otras acciones como las identificaciones selectivas de bomberos que han acudido en apoyo a manifestaciones de otros colectivos”
OPINIÓN. Bomberos en lucha. Por Encierro Bomberos de Málaga @EncierroBombMlg
24/01/19. Opinión. Los Bomberos de Málaga, en huelga desde febrero de 2017, hace ahora dos años, exponen en su colaboración semanal para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com las “consecuencias de mantener un conflicto laboral a lo largo del tiempo con una empresa que opta por la represión como vía de diálogo”. Entre estas consecuencias se encuentran “cambios de destino...
...cada tres meses y de grupos de trabajo cada año, lo que supone no llegar a dominar nunca la zona de trabajo (fundamental para disminuir los tiempos de respuesta). Así como romper cada 12 meses los vínculos creados entre los bomberos, fundamental en la coordinación para trabajos en equipo”, según señalan desde Encierro Bomberos de Málaga. Colectivo que añade que “con la maquinaria puesta en marcha por la Jefatura del Servicio, estamos viviendo cómo se están abriendo expedientes disciplinarios a diestro y siniestro, el 96% en los últimos 2 años. Cayendo también casualmente el mayor castigo sobre aquellos que han sido más reivindicativos en el conflicto laboral con suspensiones de empleo y sueldo, algunas paralizadas por el juzgado, siendo el resto en su mayoría archivadas al no existir fundamento. Pero el miedo te lo han metido en tu casa que es de lo que se trata”.
Bomberos. La represión como vía de diálogo
CUANDO en una empresa se produce una situación de conflictividad laboral con sus empleados, una de las primeras medidas a tomar por ambas partes es la de dialogar en busca de una solución. Pero, ¿qué podemos hacer cuando una de las partes (empresa en este caso) se niega rotundamente a establecer dicha comunicación sin tan siquiera sentarse a escuchar los argumentos? Incluso a la propuesta de que interviniera un mediador ajeno a ambos, hubo como respuesta una negativa.
LA falta cada vez más acuciante de medios humanos y materiales, así como una organización caótica del servicio, está provocando una situación alarmante en el Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Málaga. Esto que lleva años denunciándose, se está poniendo cada vez más en evidencia. Pero lamentablemente tienen que ocurrir desgracias para que, quien es ajeno a esta situación, sea consciente o al menos empiece a pensar que igual la huelga de bomberos es por algo diferente a lo que vende el alcalde en los medios de comunicación. Que intenta enmascarar la realidad del conflicto diciendo que lo que queremos es ganar más, cuando la falta de efectivos, equipamiento y presupuesto es insostenible para la viabilidad del Cuerpo de Bomberos de Málaga.
SI los bomberos entendemos que en democracia el diálogo es el primer paso que hay que dar para intentar, al menos, llegar a solucionar o encauzar el conflicto (que no los problemas), los responsables del Servicio de Bomberos (tanto a nivel político como de la propia Jefatura) han optado por otra vía bien distinta, la de la represión.
EN el presente artículo vamos a limitarnos simplemente a realizar una breve exposición de algunas de las acciones más significativas, a modo de resumen, para dar a conocer esta parte de la lucha laboral desconocida para muchos. Dedicaremos próximas publicaciones a desarrollar algunos casos en particular, dignos de tener su propio capítulo más en una novela de ficción o un thriller que en la gestión de un servicio de emergencias.
UNA de las consecuencias de mantener un conflicto laboral a lo largo del tiempo con una empresa que opta por la represión como vía de diálogo, es que obliga a esta a desplegar todo su arsenal, como quien sigue un manual de guerra, haciendo un uso progresivo de la ‘violencia’. Lo primero en estos casos es el uso de las amenazas individuales (algunas vertidas en público o incluso grabadas en conversaciones privadas), recordemos al director de Personal decir a algunos representantes sindicales que “su carrera profesional estaba en juego” o al jefe de Bomberos que “la maquinaria se había puesto en marcha y nos iba a machacar”.
ESTO, que en principio es una simple e inocente fanfarronería de quien, amparado por un cargo superior, se permite amenazar alegremente a sus empleados, se torna muy peligroso cuando estos tienen la capacidad de redactar un informe con el objetivo de imputar delitos penales a bomberos que no sucumben ante sus amenazas. Pero entre la palabrería y la imputación en el juzgado hay un largo y tortuoso camino.
CAMBIOS de destino cada tres meses y de grupos de trabajo cada año, lo que supone no llegar a dominar nunca la zona de trabajo (fundamental para disminuir los tiempos de respuesta). Así como romper cada 12 meses los vínculos creados entre los bomberos, fundamental en la coordinación para trabajos en equipo.
CON la maquinaria puesta en marcha por la Jefatura del Servicio, estamos viviendo cómo se están abriendo expedientes disciplinarios a diestro y siniestro, con un porcentaje en los 150 años de historia del Cuerpo de Bomberos del 96% de expedientes generados casualmente en los 2 años de lucha. Cayendo también casualmente el mayor castigo sobre aquellos que han sido más reivindicativos en el conflicto laboral con suspensiones de empleo y sueldo, algunas paralizadas por el juzgado, siendo el resto en su mayoría archivadas al no existir fundamento. Pero el miedo te lo han metido en tu casa que es de lo que se trata.
A estas amenazas, cambios de turnos, expedientes, sanciones, denuncias al juzgado, hay que sumar otras acciones como las identificaciones selectivas de bomberos que han acudido en apoyo a manifestaciones de otros colectivos (ya es casualidad que donde hay miles de personas vengan a identificar justo al grupo de bomberos y sin motivo alguno). Hecho que ha ocurrido en más de una ocasión y se ha puesto en conocimiento del juzgado de guardia. O cuando en otra manifestación, antes que comenzara incluso, vino la Policía expresamente al grupo de bomberos e intervinieron unos petardos, recibiendo una sanción por llevar material explosivo (sí, sí, la misma calificación que si lleváramos una bomba terrorista), recurriéndola evidentemente porque la sanción económica era bien distinta de llevar material explosivo a pirotécnico (queremos creer que fue debido a un error en la Subdelegación del Gobierno).
QUÉ decir de la prohibición del concejal de Seguridad, Mario Cortés, sobre participar los bomberos en la procesión de Semana Santa con la cofradía de nuestro patrón, acto en el que llevamos participando muchos años, excusándose en que habíamos utilizado una imagen religiosa (el patrón de Bomberos) en los itinerarios que de los recorridos se estaban repartiendo e incluían en el dorso información adicional sobre la situación problemática de bomberos. No llegamos a comprender qué imagen pretendía que un itinerario de Semana Santa llevara, ¿la suya?
OTRO tipo de ‘violencia’ que también estamos recibiendo es el linchamiento público a través de los medios de comunicación realizado por nuestros responsables políticos que, apoyados por su capacidad mediática e insistencia, aprovechan cada ocasión que pueden para desprestigiar al colectivo de bomberos insinuando que nuestros intereses son muy distintos a los planteados. Cuando llevamos años denunciando el peligro de tener cerrado el Parque de Bomberos de Campanillas, porque aumenta el tiempo de respuesta, nos acusan de crear alarma social. Y cuando denunciamos que ha habido un fallecido en un incendio en vivienda allí con un parque cerrado, que estamos haciendo uso de una desgracia para temas laborales.
ACCESO ilegal a las sesiones privadas de algunos delegados sindicales en los ordenadores del centro de trabajo, uso de un informe de la asesoría jurídica para influenciar en el resultado de la mesa electoral (¿órgano independiente al Ayuntamiento?) y otras acciones son el día a día que está sufriendo el colectivo de bomberos por defender un servicio digno y a la altura que nos merecemos todos, tanto los trabajadores como los ciudadanos. Razón por la que seguiremos denunciando y luchando hasta conseguirlo.
PUEDE leer aquí anteriores artículos de Encierro Bomberos:
- 17/01/19 Bomberos. Cuando se recorta en seguridad, lo pagamos todos
- 10/01/19 Bomberos. ¿Bomberos ¿Pucherazo o incompetencia en las elecciones sindicales del Ayuntamiento de Málaga?
- 03/01/19 Bomberos. Año nuevo, dos años de encierro y nada ha cambiado
- 20/12/18 Bomberos: cuando la falta de personal traspasa la línea roja
- 13/12/18 El Ayuntamiento de Málaga está desmantelando un servicio público de emergencias