“El pasado día 24 de enero, el Ayuntamiento de Málaga recibió un aviso naranja “por lluvias” desde la Agencia Estatal de Meteorología, un nivel de aviso que viene a advertir de un riesgo meteorológico importante, y no se tomó, al menos que conozcamos los servicios de emergencias de Bomberos y Policía Local, ningún tipo de medidas preventivas”

OPINIÓN.
Bomberos en lucha. Por Encierro Bomberos de Málaga. @EncierroBombMlg

06/02/20. Opinión. Los Bomberos del Ayuntamiento de Málaga, que llevan más de dos años en huelga, hacen una reflexión en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los planes de emergencias y las inundaciones registradas en Campanillas: “Si la parte preventiva brilla por su ausencia, la actuación una vez ocurrido el siniestro no destaca mucho más, pues tan solo...

...son atendidas las llamadas de socorro por el personal de servicio previsto para un día ordinario, y no se moviliza a personal de refuerzo al menos ahora que ya se ha producido la inundación, razón por la que no pudieron ser atendidas la gran mayoría de llamadas entrantes pidiendo ayuda al Centro Municipal de Emergencias”.

Plan de emergencia municipal: sálvese quien pueda

Las recientes inundaciones en el distrito de Campanillas (Málaga) han vuelto a poner en evidencia la negligente –y temeraria- gestión que sobre este y otro tipo de siniestros o situaciones de riesgo (Semana Santa, Feria, Cabalgatas u otros eventos multitudinarios) están llevando a cabo los principales responsables del Ayuntamiento de la ciudad, y que vuelven a poner encima de la mesa las continuas denuncias realizadas por los bomberos que, hastiados tras casi 3 años en huelga, ven como desgraciadamente todas las advertencias y llamadas de socorro han caído en saco roto.


Al desvío de las aportaciones económicas destinadas como finalista al Cuerpo de Bomberos a otros usos desde el año 2013, al desvío de las nóminas de bomberos jubilados a pagar otros sueldos desde hace muchos más años, a la desaparición de la unidad especializada en rescate acuático (y el actual desmantelamiento de la ambulancia de rescate), a la falta de organización del Servicio por una Jefatura totalmente inoperante, entre otras cuestiones, hay que sumar una pésima gestión ante una situación de emergencia grave, tanto en la parte preventiva como de actuación una vez ocurrido el siniestro, eso sin entrar a valorar la fase de recuperación a la normalidad y las medidas a tomar para evitar que la situación dada, en cuanto a la actuación de los servicios de emergencias, vuelva a repetirse.

Para aquellos profanos en la materia, pero intentando evitar una farragosa lectura del presente texto reproduciendo artículos normativos y sus tecnicismos, de forma generalizada podemos decir que existen unos planes de actuación ya escritos para los casos en los que se produzca una situación de riesgo, generalmente de carácter extraordinario, y que tienen como finalidad la adopción de una serie de medidas que actúen sobre los supuestos de riesgo (acciones de prevención) o en la propia situación de emergencia (acciones de protección y socorro), que minimicen las consecuencias de los mismos.


Tal como se recogen en los diferentes planes de emergencias elaborados por el propio Ayuntamiento de Málaga para los distintos riesgos conocidos, como por ejemplo el de inundaciones, la activación del PEM (Plan de Emergencia Municipal) ya sea de forma total o parcial, conlleva una serie de acciones encaminadas a evitar o reducir los daños que el riesgo identificado puedan causar principalmente a personas o bienes en caso de ser inevitable su evolución, como pudiera ser el caso de una lluvia torrencial.

Sin embargo, el pasado día 24 de enero, el Ayuntamiento de Málaga recibió un aviso naranja “por lluvias” desde la Agencia Estatal de Meteorología a las 23:20 horas (11:20 p.m), un nivel de aviso que viene a advertir de un riesgo meteorológico importante, algo muy a tener en cuenta especialmente cuando 48 horas antes se había producido una situación meteorológica similar que había provocado inundaciones en una parte de la ciudad, y no se tomó, al menos que conozcamos los servicios de emergencias de Bomberos y Policía Local, ningún tipo de medidas preventivas, salvo la publicación de un “tuit” en las redes sociales del Ayuntamiento de Málaga dando a conocer el aviso de la AEMET.


Estas fuertes precipitaciones ocurridas dos días antes provocaron que los ríos, cauces y arroyos que estaban secos tuvieran gran cantidad de agua, que la tierra estuviera empapada y disminuyera su capacidad de absorción del agua de lluvia, y lo más importante, que los pantanos alcanzaran el nivel máximo de llenado, debiendo, por seguridad, liberar agua alimentando con ello también el cauce de los ríos.

Ante esta situación, un aviso por fuertes precipitaciones debería haber activado todas las alarmas en el Ayuntamiento, ya que la capacidad de recoger agua de todos estos elementos citados anteriormente era muy inferior a días anteriores, y lo que es más grave, existía un riesgo potencial de que se llegara incluso a producir un desbordamiento o vertido forzoso de alguna presa, pues ya se encontraban al límite de su máxima capacidad (contemplando los márgenes de seguridad).

Y lo que nos temíamos que podría ocurrir finalmente ocurrió. Se produjeron unas inundaciones que afectaron a una parte importante de la barriada de Campanillas, y que pusieron en riesgo a sus vecinos que sobre las 5 de la madrugada, despertados por la fuerte tromba de agua que estaba cayendo sobre sus cabezas, fueron testigos de cómo una riada acompañada incluso de una gran ola, arrasaban sus casas inundando y destrozando negocios, viviendas y garajes, y llevándose decenas de coches y otros enseres por delante.


Si la parte preventiva brilla por su ausencia, la actuación una vez ocurrido el siniestro no destaca mucho más, pues tan solo son atendidas las llamadas de socorro por el personal de servicio previsto para un día ordinario, y no se moviliza a personal de refuerzo al menos ahora que ya se ha producido la inundación, razón por la que no pudieron ser atendidas la gran mayoría de llamadas entrantes pidiendo ayuda al Centro Municipal de Emergencias.

Es tan gravosa la situación, que las dotaciones de bomberos que acudieron en auxilio, no pudieron acceder a las viviendas anegada desde donde algunos vecinos pedían socorro desde sus terrazas, pues carecían de embarcaciones, así como del resto de equipos de rescate acuáticos necesarios para garantizar la seguridad de la intervención, centrándose las labores en verificar por contacto visual, allá donde llegaba la vista -y el camión-, que se encontraban en relativo buen estado.


Y si los bomberos carecían de medios humanos y materiales, aparte de un parque de Bomberos cerrado precisamente en Campanillas, los policías locales sufrieron también en su piel este sinsentido de previsión y organización, ya que las inundaciones afectaron a sus instalaciones, perdiendo vehículos policiales y particulares, y poniendo en peligro las vidas de los animales que allí se encontraban pertenecientes a la Unidad de Caballería y Unidad Canina, pues cuando llegó el agua a sus dependencias policiales se encontraban patrullando y atendiendo las primeras llamada de socorro.


No han tardado tanto sin embargo nuestros responsables políticos en dar una rueda de prensa defendiendo su actuación ante este siniestro, alegando que se produjo la activación de Plan de Emergencias en tiempo y forma, algo cuanto menos cuestionable pues, por un lado, se activó casi 2 horas después de producirse las inundaciones; y por otro lado, esta “activación” del plan realmente no activó nada que no lo estuviera ya, al menos en cuanto a los servicios de emergencias de la ciudad se refiere, ya que están las 24 horas activados haga sol o llueva a mares.


Es el alcalde D. Francisco de la Torre Prados el máximo responsable del Plan de Emergencias Municipal, el cual no puede alegar ignorancia o desconocimiento pues se pueden contar decenas de escritos e informes que desde el sindicato de bomberos (SAB) se le han dirigido informándole sobre este asunto en particular, siendo incluso aprobada por unanimidad una moción presentada el año pasado (donde votó a favor) de dotar de medios adecuados a los Bomberos de Málaga en sus intervenciones y la apertura del Parque de Bomberos de Campanillas.


Quizás las inundaciones de ese año acaecidas en Campillos (donde tristemente falleció un bombero) y donde denunciábamos nuevamente la falta de medios de rescate acuáticos adecuados, forzó a que votara a favor el equipo de gobierno (ya que no entendemos que voten una cosa y hagan la contraria), así como que se comprara una embarcación –no de rescate- y el entonces concejal de Seguridad D. Mario Cortés Carballo (actual diputado al Congreso) anunciara a bombo y platillo que en una semana estaría operativo un grupo de rescate acuático en Bomberos.


De todo esto hace más de un año, se han vuelto a producir inundaciones, y nadie en bomberos sabe dónde está ese grupo de rescate fantasma ni el material necesario para montarlo. Pero no es lo único que no encontramos, pues ni el Inspector-Jefe de Bomberos ni el Subinspector aparecieron ni en estas ni anteriores inundaciones. Y es aquí donde realmente está el problema, pues han demostrado no saber navegar este barco hundido que es actualmente el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga.

Esperamos, por el bien de todos, en que lo ocurrido recientemente en Campanillas sea un toque de atención a nuestros responsables, pues una vez más la suerte nos ha acompañado y no ha habido que lamentar la pérdida de vidas humanas. Mientras tanto, si ocurre algún otro tipo de siniestro, ya saben lo que tienen que hacer… ¡¡¡Sálvese quien pueda!!!

Puede leer aquí anteriores entregas de Encierro Bomberos:
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