“Arroyo España y El Llanillo, el Carril de Orozco y El Chaparral (ambas zonas enclavadas en el distrito de Puerto de la Torre), o Monte Dorado son núcleos urbanos olvidados por el Consistorio cuyas calles sin asfaltar se embarran hasta las trancas cuando llueve”
OPINIÓN. El Micro de María. Por María de la Torre
Candidata número 2 a la alcaldía de Málaga por el partido Libres
12/02/19. Opinión. María de la Torre, candidata número dos por el partido Libres en la lista de las municipales al Ayuntamiento de Málaga habla en su nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre cómo el gobierno municipal del PP encabezado por Francisco de la Torre se olvida de algunos barrios de la ciudad. “Me refiero, principalmente, a los casos de Arroyo España y...
...El Llanillo, del Carril de Orozco y El Chaparral (ambas zonas enclavadas en el distrito de Puerto de la Torre), o al de Monte Dorado (situado en Ciudad Jardín)”, indica la número dos de Libres. Que añade que “son vías tercermundistas más propias de un país en subdesarrollo que de una ciudad que aspira a colocarse en la vanguardia de Europa. Simplemente, invito al lector a que visite calles como Ciclamen, en Arroyo España, o El Clarinete, en Monte Dorado, o la Subida a San Cristóbal, en el Cerro de la Victoria -en este caso en el distrito Centro-. Podrá comprobar cómo el Consistorio ha incurrido en la segregación electoralista durante todo este tiempo, legislatura tras legislatura, trazando una ecuación directamente proporcional entre falta de apoyo electoral con abandono urbano, tanto en infraestructuras como en mobiliario”.
Barrios abandonados e incompletos de Málaga
PARECE mentira, a la vez que considero que es tan inadmisible como inaceptable, que una ciudad como Málaga, que alberga una alta densidad demográfica -ya que supera los 570.000 habitantes, y que según su alcalde, Francisco de la Torre, aspira a ser una ciudad inteligente-, cuya principal actividad es la de volcarse con el turismo cultural, aún hoy tenga barrios sin urbanizar.
https://youtu.be/wHsdRjsIcQ8
ME refiero, principalmente, a los casos de Arroyo España y El Llanillo, del Carril de Orozco y El Chaparral (ambas zonas enclavadas en el distrito de Puerto de la Torre), o al de Monte Dorado (situado en Ciudad Jardín). Y entiendo perfectamente a sus vecinos que viven hoy con preocupación e incertidumbre un problema que les afecta de lleno y que el Partido Popular, al frente del Ayuntamiento de Málaga, ha sido incapaz de resolver durante los años que ha gobernado, que no son pocos.
Calle El Clarinete, en Monte Dorado.
SON núcleos urbanos olvidados por el Consistorio cuyas calles sin asfaltar se embarran hasta las trancas cuando llueve. Motivo por el que los escolares, incluso, se ven obligados a permanecer en sus hogares sin poder acudir al colegio o al instituto.
SON vías tercermundistas más propias de un país en subdesarrollo que de una ciudad que aspira a colocarse en la vanguardia de Europa. Simplemente, invito al lector a que visite calles como Ciclamen, en Arroyo España, o El Clarinete, en Monte Dorado, o la Subida a San Cristóbal, en el Cerro de la Victoria -en este caso en el distrito Centro-. Podrá comprobar cómo el Consistorio ha incurrido en la segregación electoralista durante todo este tiempo, legislatura tras legislatura, trazando una ecuación directamente proporcional entre falta de apoyo electoral con abandono urbano, tanto en infraestructuras como en mobiliario.
Pedregal infantil en Arroyo España.
LO cierto es que sus vecinos han sufrido un tremendo agravio en contra. Y en la mayoría de los casos consultados, y pese a todo, han seguido contribuyendo a la Hacienda local a través del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Es más, hay casas a las que paradójicamente se les cobra Vado Permanente y, sin embargo, las calles no solo siguen sin asfaltar sino que, en época de lluvias, se convierten en verdaderos cauces pluviales en los que el agua de escorrentía labra en el camino auténticos socavones, tan anfractuosos, que ni el más hábil de los todoterrenos tendría fácil superarlos.
Subida a San Cristóbal.
LAS papeleras brillan por su ausencia, al igual que los bancos en los que las personas de edad avanzada podrían colmar su fatiga al caminar. Hay déficit de farolas, razón por la que al caer la noche, pasear por el barrio se convierte en una verdadera odisea insegura. Por tanto, se podría sustituir, sin ningún tipo de ambages, la palabra bienestar por la de calvario. En efecto, vivir en Arroyo España o en Monte Dorado, para los vecinos resulta ser, cada día, un terrible calvario social. Por no tener, no tienen ni una digna regulación del tráfico, ya que la señalización vial apenas existe, ni un servicio municipal de transporte. Motivo por el que no es raro ver a mayores bajar la calle, con el peligro que esto conlleva. No hay acerado en buena parte de sus calzadas.
Subida a San Cristóbal.
Y a pesar de todo, encima del agravio que sufren en sus carnes, a sus habitantes, peyorativamente, se les tacha de ‘ilegales’. Parece mentira, pero en Málaga, aún hay barrios incompletos y totalmente abandonados. Tanto, que en el mejor de los casos un pedregal hace las veces de parque infantil. Y aún así, y según me han contado, en la visita ocasional de alguno de los dirigentes consistoriales hubo quien los consideró unos privilegiados por vivir en plena naturaleza. ¡Manda narices!
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