El 22 de marzo ha sido elegido por la ONU como el Día Mundial del agua, fecha en la que se hacen reflexiones sobre un recurso cada vez más escaso, con objeto de que las personas hagan un mejor uso del mismo”

OPINIÓN. Ciudad sostenible. Por Juan Alcover Robles
Economista, técnico de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía

15/03/19. Opinión. El economista Juan Alcover, en su colaboración quincenal con la revista EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, escribe sobre el Día Mundial del Agua, que es el próximo 22 de marzo. “Este año 2019 el lema elegido es “No dejar a nadie atrás”, en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (herederos de los conocidos Objetivos de Desarrollo del Milenio) donde el Objetivo 6...

...persigue garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. Esto es, no dejar a nadie atrás. Y es que en la actualidad, hoy mismo, hay millones de personas que viven sin agua potable en el hogar, en la escuela o en lugar de trabajo”, apunta Alcover.

Un derecho para todos

DESDE 1993, el 22 de marzo ha sido elegido por la ONU como el Día Mundial del agua, fecha en la que se hacen reflexiones sobre un recurso cada vez más escaso, con objeto de que las personas hagan un mejor uso del mismo.

PARA
este año 2019 el lema elegido es “No dejar a nadie atrás”, en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (herederos de los conocidos Objetivos de Desarrollo del Milenio) donde el Objetivo 6 persigue garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. Esto es, no dejar a nadie atrás. Y es que en la actualidad, hoy mismo, hay millones de personas que viven sin agua potable en el hogar, en la escuela o en lugar de trabajo.


ATRÁS
ha quedado aquella concepción del agua como fuente inagotable y de despilfarro consentido. La racionalidad en su uso es política común de todos los gobiernos, a la par que no se debe olvidar que su acceso es un derecho fundamental para cualquier persona.

EL
agua es según la Ley, siempre de titularidad pública, pero la realidad nos demuestra que cuando se privatiza su gestión, los ayuntamientos pierden el control del servicio. Una de las consecuencias más graves es el corte del suministro a familias que por razones económicas no pueden hacer frente a su facturación.

ES
cierto que existen ayudas sociales para cubrir los impagos (Emasa dispone de un fondo social para ayudar a familias, que se canaliza a través de los Servicios Sociales de distrito), pero en multitud de ocasiones los problemas burocráticos o la descoordinación entre las administraciones implicadas, impide que estas ayudas sean reales.

EN
este sentido queda mucho por hacer, y nuestras instituciones públicas tienen que encontrar la forma de coordinarse mejor y alcanzar una colaboración efectiva. Ya no solo se trata del corte efectivo del agua, sino de las dificultades y los esfuerzos que determinadas familias tienen que hacer para poder pagar sus facturas. En este punto, la flexibilidad en el pago de recibos, o el establecimiento de planes adaptados para la cancelación de deudas, son clave para alcanzar una verdadera gestión social de este bien básico para todos nosotros.

EL
año pasado ha sido uno de los más cálidos y secos desde que se tienen registros, a corto y medio plazo la tendencia se va a mantener, y esto ha llevado a nuestros embalses a niveles críticos. Los datos aportados por el Ministerio para la Transición ecológica son preocupantes: el 70% del territorio español está sometido a riesgo de desertificación. Vivimos en una zona del planeta donde el cambio climático nos va a afectar en mayor medida, pues si bien es un fenómeno global, no es simétrico.


LOS
cinco países con problemas de consolidación fiscal en el Eurogrupo son España, Portugal, Francia, Italia y Bélgica. Y casualmente son de los estados con mayor escasez estructural de agua. Esto significa que un futuro problema medioambiental asociado al agua puede suponer una recesión de gran magnitud si no tenemos capacidad para afrontarlo.

Y también una responsabilidad

UNA
de las grandes opciones que tenemos (junto a la mitigación de los efectos de nuestro clima) es la adaptación. Y esto pasa por gestionar de forma más eficiente el agua. Es decir, hacer lo mismo pero utilizando menos agua. Hay que incentivar el uso de recursos más sostenibles como la desalación o la reutilización de aguas residuales.

ESPAÑA
es la quinta potencia del mundo en capacidad instalada de desalación, tan solo por detrás de EEUU, Kuwait, Arabia Saudí y Qatar. En el periodo donde Cristina Narbona fue ministra de Medio Ambiente (2004-2008), nuestro país se situó en este grupo puntero, sin embargo tan solo se ha venido utilizando el 20% de dicha capacidad de desalación. Y la explicación es tan simple como dañina: un regante en Andalucía (cabe recordar que la agricultura consume el 70% de los recursos hídricos de nuestro país) puede llegar a pagar 11 céntimos por metro cúbico de agua trasvasada, mientras que si la obtiene de una desaladora, su coste se sitúa cerca de 1 euro. Así es imposible que nuestras plantas encuentren demanda.

TENEMOS
que entender que está en juego la calidad de nuestro abastecimiento de agua a medio y largo plazo, y en un contexto de adaptación al cambio climático, el consumidor debe tener claro que un proceso de suministro sostenible tiene un precio superior.

EL
actual Ministerio de Transición Ecológica, a través de su propia nomenclatura, nos da una clave muy importante: gestionar el agua de forma adecuada es una tarea a medio y largo plazo, y que por tanto debe ser ajena e independiente de los ciclos políticos de nuestro país.

HAY
que recordar que la gestión del agua es un tema que nos incumbe a todos, empezando por nuestras administraciones y terminando por todos y cada uno de nosotros. Es una responsabilidad común.


PUEDE leer aquí anteriores entregas de Juan Alcover Robles:
-15.03.19. Un derecho para todos

-04.03.19. ¿Somos tolerantes ante el exceso de ruido? ¿Vivimos cómodos entre las voces, la música o el sonido de los coches?
-18.02.19. A vueltas con los pozos