“Las medidas tomadas para la llegada del absolutismo a nuestro país con Fernando VII recuerdan a las de un golpe de Estado perfectamente planificado, con hechos similares a los ocurridos en las dos dictaduras del siglo pasado. Es conveniente recodarlo, especialmente en estos momentos con vistas a las próximas elecciones del 28 de abril”
OPINIÓN. Viejos periódicos. Por Julio Fernández-Sanguino
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales
26/04/19. Opinión. Julio Fernández-Sanguino, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, realiza una nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que recoge cómo informaron los periódicos de la vuelta al absolutismo en mayo de 1814 con Fernando VII tras la derogación de la Constitución de 1812. “Tras la aprehensión de las personalidades más representativas que...
...podían influir en el pueblo, se consumó el control militar de la nación. El Diario Patriótico de Sevilla del 23 de mayo de 1814 informaba de que después de las detenciones en Madrid, en la fecha señalada, como en otros puntos de España, se dirigieron varias tropas a la Plaza Mayor para dominar la situación. Donde fue quemada la estatua que representaba la liberad que se había sacado de las Cortes y se arrancó la lápida que hacía mención a la Constitución, que fue arrastrada por los sitios más representativos de la capital”.
12 de mayo de 1814 vs. 28 de abril de 2019
UNA vez finalizada la contienda contra las tropas napoleónicas, la Gaceta de Madrid publicó un ejemplar extraordinario el 12 de mayo de 1814, que sería reimpreso en Málaga, para incluir un Artículo de oficio de Fernando VII por el que se declaraban nulas la Constitución y las disposiciones aprobadas por las Cortes. El Ayuntamiento de Málaga acataría inmediatamente las medidas impuestas, publicando el 15 de mayo siguiente un texto cuya referencia es representativa de la postura tomada en aquellos momentos: “Habitantes de la ciudad de Málaga, acabáis de completar nuestras glorias, la voluntad general ha sido explicada admirablemente por nuestro amado monarca... Fernando VII... elevo a la consideración de S.M. nuestro heroico juramento de fidelidad a la Real Persona y la disposición sumisa en que quedamos esperando sus órdenes soberanas”.
LA Gaceta de Madrid anunciaba el 19 de mayo el feliz arribo del rey a la capital de las Españas y en números sucesivos informó de las medidas que se iban imponiendo con la nueva situación política, así como de la sumisión y acatamiento a Fernando VII de cabildos, militares, instituciones y municipios. El 2 de junio siguiente se recogería que cumplimentaron a S. M. en nombre del cabildo de la Catedral de Málaga los individuos comisionados Juan Antonio Ximénez Pérez, arcediano de Vélez, y José Navarrete, canónigo. El primero reiteró el debido homenaje de obediencia y fidelidad del Cabildo, pidiendo incesantemente al cielo para que Fernando VII estuviese largos años en el trono de San Fernando.
POR otro lado, el Procurador general de la nación y del rey comunicaría igualmente el vasallaje y reconocimiento que las ciudades españolas realizaron a Fernando VII a su vuelta, ofreciendo detalles no difundidos por la gaceta oficial. El 13 de julio de 1814 informaba que había cumplimentado y besado la mano de S.M. una diputación de la ciudad de Málaga. En ese acto, Juan de Monsalve y Santisteban, teniente coronel retirado de los Reales Ejércitos y regidor del Ayuntamiento malagueño, haría uso de la palabra para felicitar a Fernando VII por su restitución al trono y para tributarle amor, fidelidad y obediencia, dando gracias al cielo y pidiendo una larga vida para el rey, para gloria y felicidad de toda España y defensa de la religión católica.
EN relación con la situación política generada en aquellos momentos, cabe destacar que Fernando VII a su entrada en España desde Francia se dirigió a Valencia sin querer realizar el itinerario fijado por las Cortes para su inmediata llegada a Madrid. En aquella ciudad, se reunió con un grupo de diputados que apoyaron la derogación del régimen constitucional en un documento conocido como el Manifiesto de los Persas. Seguidamente, el Monarca estableció las bases del nuevo estado absolutista en el Artículo de oficio mencionado. Esta Disposición fue decretada el 4 de mayo de 1814; sin embargo, no se publicaría hasta el día 12 siguiente cuando la gaceta oficial había podido llegar a todas partes, demorando Fernando VII su llegada a la capital del Reino hasta que no se tuviese la situación controlada en todo el país.
EN primer lugar, se procedió a la represión de liberales y constitucionalistas, aportando el Atalaya de la Mancha en Madrid una muestra de ello. El periódico haría una reimpresión en Sevilla del ejemplar del 12 de mayo, coincidiendo con la publicación del Decreto de supresión de la Constitución, en el que se incluyó una lista con los principales personajes que fueron apresados en la noche del 10 al 11 de mayo anterior, figurando en ella periodistas constitucionales, como Quintana y Cepero, y otros destacados liberales, como Martínez de la Rosa, Canga Argüelles, Nicasio Gallego, el Mariscal de Campo Aguirre, el Conde de Noblejas, etc.
TRAS la aprehensión de las personalidades más representativas que podían influir en el pueblo, se consumó el control militar de la nación. El Diario Patriótico de Sevilla del 23 de mayo de 1814 informaba de que después de las detenciones en Madrid, en la fecha señalada, como en otros puntos de España, se dirigieron varias tropas a la Plaza Mayor para dominar la situación. Donde fue quemada la estatua que representaba la liberad que se había sacado de las Cortes y se arrancó la lápida que hacía mención a la Constitución, que fue arrastrada por los sitios más representativos de la capital.
EN aquellos momentos, las placas que hacían referencia a la Constitución en las ciudades españolas amanecieron rotas o cubiertas con lienzos con textos como: “Plaza de San Fernando, viva, viva Fernando VII y muera desde este mismo momento la Constitución”, apareciendo igualmente en diversas localidades otras alusiones y pintadas, como en Badajoz con el dibujo de un cañón y un artillero con la mecha en la mano en acción de darle fuego para intimidar a la población.
PARA completar las medidas anteriores, se fraguó la supresión de toda actividad constitucional. Los jefes políticos, similares a los posteriores gobernadores civiles, renunciaron a su cargo en favor de los gobernadores militares, que publicaron un bando a “estilo militar” para hacer saber al pueblo la nueva situación y pidiendo tranquilidad en aquellos momentos. Al mismo tiempo, se cesaron en sus funciones a los ayuntamientos constitucionales y sus acaldes fueron sustituidos por los antiguos regidores, restituyéndose todas las cosas al ser y estado que tenían antes de la publicación de la Constitución.
PARALELAMENTE se trató de borrar toda referencia a la Carta Magna de Cádiz. Para ello, se divulgó en las poblaciones de España bandos para que se recogiesen todos los ejemplares de la Constitución junto con los de los periódicos liberales y constitucionalistas para su quema pública en el lugar más representativo de la localidad. Málaga no sería una excepción y, entre otras medidas, la plaza de la Constitución cambiaría su denominación por la de Real de Fernando VII.
POR último, es necesario resaltar que la Historia siempre nos enseña algo, esta vez de la mano de la prensa histórica que ha recogido las informaciones señaladas con anterioridad. Las medidas tomadas para la llegada del absolutismo a nuestro país con Fernando VII recuerdan a las de un golpe de Estado perfectamente planificado, con hechos similares a los ocurridos en las dos dictaduras del siglo pasado. En consecuencia, es conveniente recodar lo expuesto, especialmente en estos momentos con vistas a las próximas elecciones del 28 de abril de 2019.
PUEDE leer aquí anteriores artículos de Julio Fernández-Sanguino:
- 29/03/19 El ‘Minerva constitucional’ editado en Málaga en 1813
- 06/03/18 La prensa histórica como fuente de investigación. El caso de la ‘Gazeta de Málaga’ (1810-1812)