“Es difícil resumir la labor de la Económica en un artículo, solo precisar que su historia es un reflejo de la habida en Málaga durante más de dos siglos, aunque, como en la de España, se aprecian, en ocasiones, imprecisiones, silencios, olvidos o tópicos

OPINIÓN. Viejos periódicos. Por Julio Fernández-Sanguino
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales

15/04/21. 
Opinión. Julio Fernández-Sanguino, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, escribe una nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la Sociedad Económica Amigos del País: “Cabe significar que a través de la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga se aprecian los inconvenientes sufridos por la cultura y la libertad de expresión en determinados momentos...

...políticos, especialmente en las dos etapas absolutistas del siglo XIX y en las dos dictaduras del siguiente, periodos en los que igualmente se distorsionó la historia de España”.

La Sociedad Económica Amigos del País en la historia de Málaga (siglos XVIII-XXI)

Junto al Montepío, el Consulado y la Económica detallados en un anterior artículo, la Comba indica que a finales del siglo XVIII Málaga contaba igualmente con la Compañía de Navieros, instituciones potenciadoras del progreso económico y social que iban a canalizar importantes proyectos económicos, urbanísticos y culturales.


El progreso experimentado en Málaga con un prometedor futuro tras habilitarse su puerto para el libre comercio con América decayó en los últimos años del siglo XVIII y primeros del siguiente por los bloqueos navales ingleses, que, de tradicionales enemigos, pasaron a fieles aliados en la lucha contra las tropas francesas. A pesar de las evidencias, el Diario de Málaga del 4 de agosto de 1808, al informar que ya estaban abiertas las comunicaciones, no dudaría en afirmar que los bloqueos se habían debido a Napoleón.

La Guerra de la Independencia asumió al país en la decadencia y más aún la independencia de las colonias americanas para Málaga, aunque en el aspecto cultural el verdadero daño lo causó el absolutismo de Fernando VII, con un corto respiro en el Trienio Liberal en el que la Sociedad Económica de Málaga reemprendió su labor y comenzó a reunir su biblioteca, que conseguiría incrementar considerablemente a partir de mediados del siglo XIX. El semanario cultural La Sociedad informaba el 30 de noviembre de 1867 acerca de las ochenta y ocho Sociedades Económicas de Amigos del País existentes por entonces y destacaba que la biblioteca con mayor número de volúmenes era la de Málaga con 6.594 obras, seguida de la de Cádiz con 2.050.

Tras la muerte de Fernando VII la Sociedad de Málaga desarrolló una destacaba actividad. Se puede resaltar en primer lugar la Cartilla agraria que editó en 1839 y la dirección de la primera exposición industrial y agrícola que se celebró en Málaga en 1848, que mereció las gracias oficiales de Isabel II. Con posterioridad, la Reina inauguraría en su visita a Málaga la exposición de 1862 y Alfonso XII la de 1877, eventos en los que la Sociedad tuvo un importante papel. Asimismo, destacan los premios que concedía en las diversas exposiciones que se celebraron por aquellos años.

Del mismo modo, se pueden citar a lo largo del siglo XIX los esfuerzos para editar en 1861 un periódico mensual para difundir conocimientos útiles en beneficio de las artes, comercio, agricultura e industria; el fomento de las conferencias públicas, como las de 1880 cuyo objeto era la instrucción popular; su implicación en los problemas del momento; la realización de informes varios, como el emitido al Gobierno en 1888 referente a las desastrosas consecuencias de la excesiva tributación que pesaba sobre las clases contribuyentes; o la realización de gestiones diversas, como las de 1897 para celebrar el congreso nacional de labradores con objeto de estudiar el modo de implantar en España al libre cultivo del tabaco.

En el siguiente siglo, como señala Caballero Cortés, de 1906 a 1926 realizaría una destacada labor educacional. Asimismo, mantuvo sus habituales actividades junto otras apreciables actuaciones de las que se pueden citar las peticiones al Gobierno para la construcción del ramal del ferrocarril Alora-Antequera en 1906 o para que esta clase de sociedades pudieran estar en las juntas locales y provinciales de primera enseñanza en 1915; las adhesiones a congresos, como el de la emigración en Galicia de 1909; la adjudicación en 1917 de casas construidas por la Sociedad con la suscripción que abrió para paliar los desastres de las inundaciones de 1907; la ampliación de la Biblioteca con una Hemeroteca en 1920; el intento en 1923 de creación de sociedades económicas en capitales donde no hubiera y en poblaciones con más veinte mil habitantes; o las conferencias que se celebraron en sus salones, como las del doctor Lafora 1927 y el político Marcelino Domingo en 1930.

Es difícil resumir la labor de la Económica en un artículo, solo precisar que su historia es un reflejo de la habida en Málaga durante más de dos siglos, aunque, como en la de España, se aprecian, en ocasiones, imprecisiones, silencios, olvidos o tópicos. En este sentido, cabe señalar los dos siguientes casos.


El Universal comentaba el 21 de agosto de 1821 un artículo sobre la soberanía que había llamado la atención del diario liberal de Madrid por el juicio con el que estaba escrito y que había aparecido en “el periódico de la sociedad económica de Amigos del país de Málaga”. Sin embargo, esta publicación era desconocida para Díaz de Escobar, que señalaba en su estudio sobre la prensa malagueña que solo conocía en esas fechas un posible Boletín y por referencias, ya que en sus apuntes sobre la Económica nada constaba.

Asimismo, es representativo lo sucedido a la Económica en 1934, pues, aunque algunos señalan que en aquellos momentos destacó su labor, se debe precisar que ocurrió todo lo contrario. Con motivo de la huelga general de ese año, la prensa informaba que en Málaga transcurrió sin que apenas se registraran incidentes. Sin embargo, el día 6 se declaró el estado de guerra y por orden gubernativa se clausuraron los centros políticos y obreros, siendo detenidos sus dirigentes junto con otros muchos denominados elementos extremistas fichados por la Policía.

La huelga general fue convocada en octubre de 1934 contra la involución democrática y la paralización de las libertadas ciudadanas por el gobierno de derechas salido de las elecciones del año anterior. Para descalificarla, se le llamó revolucionaria y, aunque los sucesos de Asturias son los más conocidos, la represión fue generalizada y afectó a toda España. Al margen de las versiones oficialistas que nos han llegado de aquellos sucesos, hubo más de treinta mil presos políticos en el país y se produjo igualmente el cierre de periódicos y de centros culturales para aplicar la ley mordaza, entre ellos la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga.

Este asunto es poco conocido, aunque las noticias se difundiesen a nivel nacional. El Sol de Madrid informaba el 2 de noviembre de 1934 que el expresidente del Tribunal de Cuentas y exdiputado a Cortes D. Pedro Gómez Chaix, presidente honorario de la Sociedad Económica de Málaga, había visitado sin ningún resultado al Gobernador Civil para rogarle la reapertura del local de la entidad que seguía clausurado. Posteriormente, el 13 de noviembre el Comisario Jefe de Málaga envió un oficio al Gobernador Civil dando cuenta de haberse procedido a levantar la clausura de la biblioteca y sala de exposiciones de la Sociedad, pero manteniéndose precintadas todas las demás dependencias.

La Sociedad Económica de Málaga pudo recuperar posteriormente sus habituales cometidos, destacando la prensa que realizaba de nuevo su magnífica labor cultural con el desarrollo de importantes actos políticos y sociales, pudiéndose citar las conferencias en 1935 de Álvaro de Albornoz y de Cambó. Sin embargo, el repunte alcanzado durante la Segunda República fue cercenado en la Guerra Civil y pasó a llamarse Centro de Estudios Andaluces por orden del nuevo Gobernador Civil franquista.

Por último, cabe significar que a través de la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga se aprecian los inconvenientes sufridos por la cultura y la libertad de expresión en determinados momentos políticos, especialmente en las dos etapas absolutistas del siglo XIX y en las dos dictaduras del siguiente, periodos en los que igualmente se distorsionó la historia de España. En la actualidad, la Sociedad mantiene una destacada labor cultural junto con el Ateneo que está ubicado en un edificio próximo.

Puede leer aquí anteriores artículos de Julio Fernández-Sanguino