“Su felicidad estaba en ayudar a personas de cualquier parte del mundo, a que prosperaran en sus vidas, carreras o investigaciones. Cada uno de los que estamos aquí lo hemos visto demasiadas veces”
OPINIÓN. Observando. Por Rafa Fuentes
Doctor en Económicas y Empresariales
28/11/24. Opinión. El exconcejal de Málaga y reconocido militante socialista, Rafa Fuentes, escribe para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre Enrique Torres Bernier, fallecido el pasado lunes: “Un Maestro para demostrarnos que se puede ser feliz con la vida que uno quiere, que ha trabajado más que nadie, pero lo ha hecho dichoso con lo que estaba haciendo. Estoy seguro que...
...ha sido feliz con su vida y ha hecho con ella lo que le ha apetecido en cada momento sin tener en cuenta lo que dirían los demás, y eso, amigos, es demasiada fortuna”.
Enrique Torres Bernier
Hoy el Turismo, la Universidad, el Conocimiento Turístico, está de luto, ayer murió el Maestro Torres Bernier.
Hoy nosotros estamos de luto, ha muerto nuestro amigo Enrique.
Y quería compartir con vosotros lo que ya sabéis, las facetas profesionales y personales del Maestro Torres Bernier y del amigo Enrique.
Enrique era pura bondad en ayudar a quien lo necesitara, lo hemos vivido nosotros y lo hemos visto cientos de veces con otras personas.
Daba igual quien fuera, un Consejero de Turismo o un alumno de primero, siempre estaba atento para ayudar.
A cualquier joven estudiante que tocara la puerta de su despacho, le dedicaba horas de conversación de como debía enfocar el proyecto que estuviera haciendo, no tenía nunca prisa en ayudar, siempre estaba dispuesto a compartir sus conocimientos y experiencias, siempre sabía como apoyar a un compañero en sus trabajos o investigaciones.
Su felicidad estaba en ayudar a personas de cualquier parte del mundo, a que prosperaran en sus vidas, carreras o investigaciones. Cada uno de los que estamos aquí lo hemos visto demasiadas veces.
Seguramente, nadie ha dedicado tantas miles de horas para tutorizar a sus alumnos y alumnas, nadie ha dirigido más tesis doctorales, nadie ha dirigido más cursos en distintas partes del mundo, ni nadie ha impartido mejor docencia, en lo profesional y en lo personal.
Yo he sido uno de los afortunados de aprender de él, uno de sus alumnos, uno de los integrantes de la Escuela de Pensamiento Turístico Enrique Torres.
Uno de los que en voz alta y con orgullo siempre he manifestado que mi Maestro ha sido, es y será Enrique Torres Bernier.
Así lo siento, así lo digo y así lo defiendo.
Llevo con Enrique desde 1988, cuando me dijo que si quería ser Coordinador del Máster de Turismo. Marina no podía más y Enrique, brillante como no había otro, detestaba, como todos sabemos, las tareas administrativas.
Enrique es un Genio, pero demasiado dejado para la planificación real y la coordinación de la programación. Creo que los genios huyen de los procedimientos y se funden en la creación, y ese era exactamente Enrique.
Una persona extremadamente culta, era increíble que en cualquier conversación la adornaba con textos, fechas o anécdotas, daba igual que si estábamos hablando de poesía, de la edad media o de puros, era inmensamente culto, pero para nada vanidoso de sus conocimientos.
He compartido con él 38 años de consejos, de cariño y de amistad. Yo siempre he intentado corresponderle, incluso dándole algún consejo o regañina, ya que muchas veces creía que había que hacerlo en la vida que quería tener, que muchas veces parecía una montaña rusa de emociones. Cuando le regañaba, miraba para abajo y aceptaba mis palabras.
Recuerdos, miles de momentos a su lado, decenas de San Enriques y cientos de viajes juntos.
Pero cuando estaba escribiendo esto he cerrado los ojos, me he acordado de aquella foto de hace unos 30 años con mis hijas Esperanza y Cristina en sus piernas, algo inaudito, pero las quería, lo mío también era suyo.
Enrique ha sido mi Maestro, quien me ha enseñado y llevado de la mano en mi carrera profesional.
Mi Maestro en lo profesional, porque siempre me abrió las puertas a nuevos retos. Cuando era un joven recién titulado, me ofrecía la posibilidad de dar conferencias en Congresos, de impartir Seminarios, él tenía más confianza en mí, de las que yo tenía en mis posibilidades.
Me he equivocado demasiado, pero siempre me ha apoyado. Dejadme que os comparta aquel momento en un congreso en Buenos Aires en el que estaba yo citando al profesor Aspatuam, cuando estaba a mi lado y me dejó caer una nota diciéndome que el profesor Aspatuam era la Asociación de Países Turísticos de América. En vez de regañarme por no preparar bien la conferencia, estuvo varios años riéndose de mi torpeza.
Dentro de ese aspecto desangelado que tenía, extraño y bohemio en la sociedad que nos rodea, Enrique entraba con su sombrero y bandolera cruzada al hombro, a una reunión en la que solo se veían chaquetas y corbatas,… pero cuando empezaba a hablar se callaban todos y lo escuchaban con especial atención… y le hacían caso.
Creo que si me dedico al turismo, en gran parte, ha sido por él.
Pero también era mi Maestro en lo personal.
Me enseñaba el camino, sin decirme lo que tenía que hacer. Cuando tenía un problema, tenía que tomar una decisión, le preguntaba y él me respondía con una reflexión general, nunca me decía lo que tenía que hacer, pero al final me indicaba el camino de la mejor decisión.
Sí, Enrique ha sido mi Maestro, creo que el Maestro de los que estamos aquí.
Y Maestro es mucho más que Catedrático. Si no ha sido Catedrático para la Universidad, ha sido porque dos tribunales designaron a otras personas por criterios de amiguismo o por política universitaria y no por merecimientos académicos, que sin lugar a dudas todos, todas, coincidimos que le correspondía a Enrique Torres Bernier.
Por ello, Enrique Torres Bernier ha sido nuestro Maestro y Catedrático, en lo profesional y en lo personal.
Un Maestro para demostrarnos que se puede ser feliz con la vida que uno quiere, que ha trabajado más que nadie, pero lo ha hecho dichoso con lo que estaba haciendo. Estoy seguro que ha sido feliz con su vida y ha hecho con ella lo que le ha apetecido en cada momento sin tener en cuenta lo que dirían los demás, y eso, amigos, es demasiada fortuna.
Incluso, nos ha dado una lección a la hora de dejarnos, sin ruido, sin dar la lata, sin molestar, se echó a dormir y apagó su vida, en su último acto también nos ha asombrado, ha sido la mejor forma de dejar esta vida.
En este momento, más que nunca, como discípulo suyo, orgulloso de integrar la Escuela de Pensamiento Turístico Torres Bernier, quiero agradecer, reconocer y homenajear su extraordinaria obra, su reconocido magisterio internacional y el apoyo constante que me ha dado en el desarrollo de mi trayectoria académica y profesional.
Además, estoy convencido que desde sus escritos, docencia y ejemplo personal seguirá aportando sus valiosos conocimientos, metodologías y docencia a la ciencia turística y a la mejora de la actividad turística en los cinco continentes.
Para nosotros, su recordada amistad será uno de los mayores tesoros de quienes tuvimos la suerte de convivir con él, sobre todo porque él siempre nos dio la suya a cambio de nada.
A nivel profesional, Enrique Torres fue una de las primeras personas, tanto de España como de nuestro contexto internacional, que se adentró en el estudio y docencia de los aspectos integrales del turismo.
Inició su carrera como profesor ayudante en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Málaga y en 1971 publicó su Tesis Doctoral sobre "La política económica del turismo en España", que proporcionó el primer análisis integral y multidisciplinar del turismo, no realizado hasta el momento.
Es evidente que desde un ámbito científico uno de los pioneros, a nivel mundial, en el estudio y docencia de la actividad turística centrada en el territorio que la acoge, es decir, en la gestión de los destinos turísticos, ha sido el Maestro Torres Bernier, a partir de la década de los 70 del pasado siglo.
La aportación académica del Maestro Torres Bernier ha sido absolutamente extraordinaria, tanto en su obra y docencia, como a través de los cientos de discípulos que hemos seguido su labor.
Ha sido durante casi 50 años Profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga, especializado en Política Turística y en Destinos Turísticos, ha sido profesor Tutor de la UNED en su Centro de Málaga o de la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras muchas.
Ha sido Director de la Escuela Oficial de Turismo de Andalucía, Director académico de la Escuela Internacional de Turismo Rural y de Naturaleza, Director del Master de Estudios Turísticos de la Universidad de Málaga, Director del Doctorado sobre Desarrollo Turístico Sostenible en Málaga, Director de innumerables Cursos de Especialización, Cursos de Verano, Seminarios Internacionales, Congresos Internacionales, etc.
Entre su docencia internacional, cabe señalar que ha sido profesor invitado en más de 20 universidades extranjeras. Ha dirigido Programas de Doctorado en la Universidad de Táchira (Venezuela), en la Universidad de Guadalajara (México), de la Universidad del Zulia o de la Universidad de Oriente, entre otras, especialmente sobre las materias en las que ha marcado Escuela, la Gestión y Desarrollo Turístico Sostenible y sobre Territorio Turístico.
Además, fue miembro y coordinador de la Comisión para la Reforma de los Estudios de Turismo en España, que actualmente está en vigor.
En sus responsabilidades de dinamización de la investigación turística, ha sido fundador de la Revista de Estudios Regionales y miembro de su Consejo de Redacción, miembro del Consejo de Redacción de las Revistas de Estudios Turísticos, del Instituto de Estudios Turísticos del Ministerio de Turismo, de Papers de Turisme, del Institute Valenciá de Turisme, de Estudios y Perspectivas en Turismo (CIET), de Anales de Turismo, de la Universidad de las Islas Baleares o de la Revista de Investigaciones Turísticas de la Asociación de Expertos Científicos en Turismo.
Ha pertenecido a múltiples Grupos de Investigación Científica, proyectos de Investigación de la Unión Europea, del BID, de la Organización Mundial del Turismo, de varios Gobiernos de distintos países, etc.
Además, es autor de múltiples investigaciones, artículos, libros, proyectos de cooperación, planes de desarrollo, etc., de referencia a nivel nacional e internacional. Ha sido precursor de las investigaciones turísticas relacionadas con los “Libros Blancos”, siendo su trabajo en la Costa del Sol el germen de estos.
Su aportación a los colectivos científicos dentro del sector turístico también es sobresaliente, ha sido Presidente de la Asociación Andaluza de Ciencia Regional, Presidente de la Asociación Española de Expertos Científicos de Turismo (AECIT), donde actualmente es Presidente de Honor, pertenece al Comité Consultivo de Análisis del Turismo de Exceltur, al Centro de Iniciativas Turísticas de Málaga, a la Asociación de Analistas del Turismo de Andalucía, a la Fundación Themis de la Organización Mundial del Turismo, entre otros muchos colectivos de fomento científico del turismo.
En cuanto a la expansión a distintos ámbitos territoriales, pocas personas tienen mayor experiencia que la desarrollada por el Maestro Torres, promoviendo equipos académicos y de investigación en múltiples países. Ha realizado programas de cooperación e investigación turística con Brasil (Curitiba, Iguazú, Florianópolis, Fortaleza, Niteroy, Salvador y Fortaleza), Argentina (La Plata, Mendoza, Rio Negro, Neuquen, Salta, Jujuy, Tucumán y Posadas), México (Guadalara, Puerto Vallarta, Colima, Vera Cruz, Puebla y Guanajuato), Chile (Valparaiso), Venezuela (Táchira, Zulia, Ansoátegui y Falcón), Ecuador (Quito, Cuenca y Galápagos), Paraguay (Encarnación), Cuba (La Habana) o Marruecos (Tánger)... entre otros muchos destinos internacionales.
En Turismo, unos han sido pioneros desde la empresa, otros desde las políticas públicas, y Enrique Torres lo ha sido desde la Universidad, impartiendo y compartiendo conocimiento para que miles de sus alumnos pudiéramos trabajar en los distintos ámbitos de la actividad turística.
Pero lo que se puede recordar de Enrique no es lo científico, es lo humano, aún sabiendo que los genios, como él, son poco ortodoxos. Y nosotros hemos tenido la suerte de querer y ser queridos por una persona genuina, única y genial.
Gracias, MAESTRO, gracias y millones de gracias. Ahora solo me queda la gran pena de perderte y de no haber sido capaz de haberte dicho a la cara lo importantísimo que has sido en mi vida, lo que te he querido y lo que te querré.
MAESTRO, te llevaremos siempre tu recuerdo y brindaremos por ti cada vez que nos reunamos.
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