“Hay que destacar la imaginación que le echan algunos dirigentes para justificar lo injustificable. El más claro ejemplo es el de Ábalos, que afirma que no es un caso del PSOE, sino de antiguos responsables de la Junta de Andalucía”
OPINIÓN. Boquerón en vinagre. Por Francisco Palacios Chaves
Programador informático
21/11/19. Opinión. El programador informático Francisco Palacios continúa con su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con un artículo donde habla de la sentencia de los ERE “Esto no es un concurso de chorizos. PP y PSOE rivalizan en ver quien la tiene más larga, pero en cuestiones de listas de mangantes, no hay ganadores. Sólo perdedores. Los ciudadanos de a pie, los...
...que levantan los cierres de sus negocios cada mañana, los que les sobra mes al final del sueldo”.
Reptiles en el fondo
La Justicia en España es lenta, pero llega. Jueces y fiscales se enfrentan a falta de medios, trabas políticas y a palos en las ruedas, pero al final, a pesar de todo, llegan a su destino.
Hemos conocido la sentencia de los ERE, que aunque no sea firme, ha dejado tiesos a la mayor parte de la cúpula socialista. Sinceramente, no sé que esperaban: que se fueran de rositas, que los jueces dictaran sentencia hasta arriba de Anís El Mono o que lo echaran a piedra, papel, tijera. Pues no. El fondo de reptiles se ha cobrado sus víctimas. Inhabilitaciones, penas de cárcel, pero para nada ejemplarizantes… Una pena que no robaran una bicicleta o una barra de pan. Los veinte años no se los quitaba nadie.
Hay que destacar la imaginación que le echan algunos dirigentes para justificar lo injustificable. El más claro ejemplo es el de Ábalos, que afirma que no es un caso del PSOE, sino de antiguos responsables de la Junta de Andalucía. Como si un ovni hubiera sobrevolado el Palacio de las Siete Llagas y hubiese puesto en sus sillones a consejeros y presidentes, como si no hubieran sido colocados por el partido que ha pasado 40 años comprando voluntades a cambio de prejubilaciones sustanciosas. O Bono, que pone la mano en el fuego por Griñán y Chávez. Alguien debería irle recetando una pomada contra las quemaduras.
Lo peor del caso es que se ha jugado con el dinero de los andaluces, la comunidad con más paro, más desigualdad, peores resultados académicos en los informes PISA. Se lo han quitado a los parados, a los niños, a los enfermos. Se lo han robado a los agricultores, a los universitarios, a los pensionistas, a los tenderos. A ti. A mí. Sea cual sea el partido que votaras, el carnet que llevabas en la cartera, si eras de izquierdas, de derechas o medio pensionista. Y todo por perpetuarse en el poder, por mantenerse calentando sillones por los siglos de los siglos.
Por otro lado, esto no es un concurso de chorizos. PP y PSOE rivalizan en ver quien la tiene más larga, pero en cuestiones de listas de mangantes, no hay ganadores. Sólo perdedores. Los ciudadanos de a pie, los que levantan los cierres de sus negocios cada mañana, los que les sobra mes al final del sueldo. Unos y otros son responsables de que en este país la política y los políticos sean considerados un problema, en lugar de la solución. Son los culpables de que la ultraderecha más rancia de toda Europa gane adeptos, a causa de sus fechorías. No, señores, lo que rompe España no es un lazo amarillo ni una urna de los chinos. Lo que parte este país es la mangancia, el trinque, el venir a servirse y no a servir.
Yo no les pido que devuelvan el dinero. Ese, como siempre, nunca volverá; se perdió sembrando rosas, como otro pastizal se lo llevaron las gaviotas en el pico. O eran charranes, no lo sé. Yo les haría ir casa por casa, barrio a barrio, pueblo a pueblo, pidiendo perdón en cada plaza, en cada hogar del pensionista, en cada tienda de ultramarinos. Pedir perdón por aprovecharse de la esperanza de un pueblo, por prostituir la política y convertir la Junta en una casa de latrocinio.
Algunos irán a la cárcel por esta trama de fondo de reptiles. Si fueran todos a Soto del Real, podrían hacer un gobierno de concentración presidiaria nacional. Luego nos extrañamos de que haya gente que no quiera ser española. Lo que me deja pasmado es que lleguen de fuera queriendo serlo.
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