OPINIÓN. Relatos torpes. Por Dela Uvedoble
Hilvanadora de historias
07/02/20. Opinión. La escritora Dela Uvedoble continúa su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con dos relatos acompañados de una imagen cada uno. Esta hilvanadora de historias nos regala todas las semanas dos textos con su imagen correspondiente dentro de la sección Relatos torpes. Hoy nos ofrece ‘Medio medium’ y ‘Abierto por obras’...
Medio médium
Diez minutos antes de la cita ya estaba revestida con la túnica naranja ribeteada de dorado y turquesa cubriendo el chándal térmico. Las babuchas bordadas de arabescos le quedaban pequeñas, dejando medio talón fuera.
Una maraña de collares sobre el opulento torso se balanceaba al menor movimiento de sus cien airosos kilos dándole prestancia de nigromante femenina y poderosa, no en balde su tarjeta de visita la anunciaba así: Mireia Puig. Vidente a través del Tarot.
Sonó el timbre sobresaltándola a pesar de esperarlo.
-“Yo lo que quiero sabé é si me engaña. Y pillarlo pa darle un escarmiento a loh dó. Má a ella, por guarra. Y aluego echarle un amarre pa que no se vuerva a encoñá na má que conmigo”.
La tarorista la hizo barajar y cortar.
-“Con la mano izquierda, Xiqueta, la del corazón” dirigía muy profesional.
Luna, Ermitaño, Sol. Unas para arriba y otras hacia abajo.
-“Molt bé, aquí veo que es ella la que lo ha seducido. Tu marido te quiere pero es un hombre y si se lo ponen a huevo... ¿me has traído lo que te dije?”.
La clienta saca del bolso la foto de un otoñal barrigón.
-“Mi marío no é gran coza, pero lo que tenemo lo ganamo lo dó echando la asaura, pa que ahora se lo coma tó la puta ehta”.
Asentía la médium apoyando las purpúreas uñas sobre las cartas.
-“¿De la querendona que me traes?”.
-“Un fulá que me encontré en er coche”.
Tomó la prenda poniéndose de pie, alzándola sobre su cabeza.
-“¡Que caigan sobre su dueña todos los males del mundo!”.
Después la rasgó en dos “¡així es trenqui su vida!”, clamó quemándola en un platillo adornado con dragones comprado en el Asía Bazar. El olor del poliéster quemado se juntó con el incienso y carraspearon las dos.
Metió las cenizas en un bote de cristal con polvos verdes y agua salada, “para que esté siempre jodida”.
-“En cuanto al él échale esto en la cena”, le alargó un botecito como de muestra de colonia, “se pondrá dolentíssim pero después no tendrá ojos para otra”, decía mientras horadaba los del maromo con una aguja. Luego chamuscó los bordes de la foto con la llama de una vela negra, hizo un canuto y la envolvió en papel albal.
-“Ahora al congelador per sempre”.
-“¿Er aluminio que intitula?”.
-“Res de res... pero conserva”.
Marchó contenta y más ligera después de soltar 100 €.
El marido se fue patas abajo durante una semana, perdiendo algo de barriga.
En cuanto se recuperó arrambló con la cuenta poniendo pies en polvorosa y plantando a su mujer.
Poco después a ella le empezó una alopecia galopante, gastó en dermatólogos lo que no tenía. Lo achacaba a la putada del mamonazo y confiaba en superarla. No salía a la calle sin peluca o pañuelo que le tapara las calvas.
Su hija para animarla le regaló un precioso vestido estampado.
-“¡Láhtima que papá perdiera el fulá que te compré pa tu santo, le hubiera venío al pelo... uy, perdón!” dijo compungida al haber mentado la soga en casa del ahorcado.
La madre mudó de color.
El móvil de la vidente no contestaba. Se presentó en el piso y le abrió otra mujer.
-“La catalana se fue, le salió un novio rico” se le notaba la envidia, “aquí hizo buena pesca”.
Allí mismo cayó redonda la doblemente engañada.
Abierto por obras
La perpendicular a mi calle lleva meses fané y descangayada. Como en cesárea inversa la han abierto para meter en sus entrañas vísceras de PVC y hormigón, dejándola a la altura del siglo XXI aunque no hacía mucho desde su último lifting.
Toda intervención de mejora implica paciencia y desorden pero esta no tiene visos de acabar.
Los coches se anquilosan en los garajes, las casas se llenan de polvo y decibelios mientras los inquilinos vacían su paciencia.
Pronto le tocará a mi pedazo de asfalto ser profanado.
La solidaridad con los de esa calle no es más que pánico porque me veo en ese espejo. A más demoras con ellos más purgatorio me espera.
Han plantado su caseta de herramientas con retrete y vestuario en una explanada. Parecen un circo postmoderno dispuesto cada día a dar la función, sin prisas por irse.
Los obreros hablan con la boca muy abierta, volviendo aire las consonantes y como pregonando.
Así me entero que dos de ellos se van a un balneario (cada uno con su parienta, supongo) a pasar el finde.
-“Zi estoy vivo, yavetú que noh vamo”.
-“Cagoenlaleshe, pos no lo vá a está”.
-“No je zabe, por esojay que difrutá, que noh junten de barro, de shocolate, y de tó”.
-“¡Ar yacuzi y a comé mollete!”.
Les deseo que el doble remojo les siente bien retornando con más bríos porque ¡dieciocho hombres! provistos de maquinaria durante ¡cuatro meses! para meter tres tubos y cubrir de porla una callejuela tiene mandanga.
En su día alguien muy viejo, no se si exagerando, me dijo que mi casa está a la misma altitud que la torre de la Catedral.
En doscientos años, cuando el mar llegue hasta aquí, igual un grupo de arqueólogos expurgan lo que hoy entierran.
Encontrarán filtros de cigarro, algún guante y el folleto del balneario de marras.
Y puede que piensen:
“Si estos aberruntan que íbamos a acabar respirando por agallas, de enseguía hubieran pagao por meterse en agua”.
Puede leer aquí anteriores entregas de Dela Uvedoble:
- 31/01/20 ‘Graduación’ y ‘Los miauserables’
- 24/01/20 ‘Pedro Pan’ y ‘Ataduras’
- 17/01/20 ‘La sota de bastos (1905)’ y ‘Todo calculado’
- 10/01/20 ‘Sueño oriental’ y ‘Donde las dan...’
- 20/12/19 ‘Cifras y letras gordas (1985)’ y ‘Buenanoche (Un corralón de Málaga, 1910)’
- 13/12/19 ‘Ojos apropiados’ y ‘Aquellas navidades (1973)’
- 10/12/19 ‘Dientes, dientes’ y ‘Transición (1978)’
- 29/11/19 ‘Purísimo’ y ‘Genio y figura’
- 22/11/19 ‘El mote’ y ‘Templada sabe mejor’