Es imposible entender lo que nos lleva pasando desde hace cincuenta años, si no nos convencemos de que la negación del cambio climático es la gran estrategia para no saber dónde aterrizar cuando nos estamos quedando sin combustible

OPINIÓN. Sin conclusiones. Por 
Antonio Álvarez
El escritor es un traductor

17/11/22. 
Opinión. El catedrático de Filología Francesa en la Universidad de La Laguna (Tenerife), Antonio Álvarez, en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre el intelectual frances Bruno Latour: “Recuerdo sentir cómo me espabilaron sus reflexiones y me ayudaron a entender tanto negacionismo regado por el mundo más desarrollado. Desde la “desregulación”...

...a la “globalización”, pasando por el rechazo a la protección de los Estados y acabando con la “invitación” a abandonar el planeta Tierra y buscarnos la vida futura en otro lugar de la bóveda celeste, todo un rosario de mantras políticos para tragarnos las crecientes desigualdades, para mirar hacia otro lado ante la evidencia de la vertiginosa mutación climática”.

Reflexiones para espabilar

Hace un mes murió Bruno Latour (1947-2022), sociólogo, antropólogo y filósofo de la ciencia, uno de los intelectuales franceses más prestigiosos y, según el New York Times, el más incomprendido de ellos, quizá, sobre todo, en Francia, en cuyo mundo académico abundan estas oscuridades. Sin embargo, Bruno Latour empezó a ser conocido, leído y discutido extramuros de las universidades desde hace un par de décadas. Ni de lejos soy un conocedor de esas ramas del saber, pero desde hace una cuarentena de años he procurado amamantarme en las páginas de una revista de información general -empezó siendo Le Nouvel Observateur y hoy es L’Obs- que ha logrado aunar el rigor con la divulgación y que, en buena medida, me ha servido de salvavidas para no perderme en el mar de los Sargazos de la actualidad. Por ejemplo y desde hace una década, he podido leer en sus páginas y retener en mis apuntes las perlas reflexivas que he encontrado en sus frecuentes entrevistas a Bruno Latour. De ahí que, además, me sintiera sacudido por su libro Où atterrir (Éditions La Découverte, 2017), editado en español por Taurus en 2019 (¿Dónde aterrizar? Cómo orientarse en política). Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de su clarividencia coherente. Con esta media docena de apuntes que he traducido, solo pretendo invitar a la lectura de esta última obra que me parece un aldabonazo, un sacudemodorras cerebrales que nos ofrece Latour, al que, por cierto, le fue otorgado el año pasado el Premio Kyoto, considerado algo así como el Nóbel de los filósofos. Recuerdo sentir cómo me espabilaron sus reflexiones y me ayudaron a entender tanto negacionismo regado por el mundo más desarrollado. Desde la “desregulación” a la “globalización”, pasando por el rechazo a la protección de los Estados y acabando con la “invitación” a abandonar el planeta Tierra y buscarnos la vida futura en otro lugar de la bóveda celeste, todo un rosario de mantras políticos para tragarnos las crecientes desigualdades, para mirar hacia otro lado ante la evidencia de la vertiginosa mutación climática. Unos pocos, pero bien avenidos dueños del mundo, han decidido que nuestro planeta se les ha quedado pequeño y nos llevan como pollos sin cabeza para que no entendamos hacia dónde nos dirigen. Esta posible catástrofe es la viga maestra sobre la que el filósofo Latour levanta su tesis: es imposible entender lo que nos lleva pasando desde hace cincuenta años, si no nos convencemos de que la negación del cambio climático es la gran estrategia para no saber dónde aterrizar cuando nos estamos quedando sin combustible.

1ª): “A partir de la crisis ecológica, descubrimos que solo hay una Tierra y que ningún Dios único ni ninguna racionalidad pueden decirnos cómo salvarla. Despojados del Dios vertical, tenemos que inventar nuevas mediaciones y divinidades horizontales”. (diciembre de 2012).

2ª): “Al revés de lo que piensan los sociólogos, el mundo social no se limita a las relaciones entre los hombres. Por ejemplo, usted me está entrevistando y está asociado a la grabadora que ha puesto sobre la mesa que, a su vez, está asociada al ordenador, a normas y a un sistema jurídico que ha sido adoptado por una representación política. Es decir, entrevistar moviliza objetos muy heteróclitos” (mayo de 2014).


3ª): “Podría suceder que la rapidez con la que nuestras sociedades han aceptado una medida tan radical y global como el confinamiento tenga una relación con la percepción de los retos climáticos, una suerte de desplazamiento psicoanalítico. Respecto al Covid, hemos hecho lo que deberíamos hacer frente al clima: parar, ir más despacio, consumir menos” (mayo de 2020)”.

4ª): “Los Modernos siempre esperamos reanudar la vida de ayer. A mí, por ejemplo, me gustaría volver a coger el avión para asistir a coloquios al otro extremo de la Tierra, pero eso ya no sucederá. Aunque la epidemia retroceda, tendremos que ir hacia otro mundo. En este sentido, el confinamiento nos saca de nosotros mismos, ¡podría decirse que nos desconfina!” (enero de 2021).

5ª): “La historia moderna se ha terminado (…) Hice la propuesta de transformar el Centro Pompidou, el Museo de Arte moderno, en “Museo de la modernidad terminada”. Y no estaba bromeando, porque nos hace falta un ritual de la conclusión”. (enero de 2022)

6ª) “Imagine el trabajo político que queda por hacer para redefinir la libertad, para explicar lo que son “vínculos liberadores”. Nos queda muchísimo. ¡Ni siquiera hemos sido capaces de imponer la vacunación! La gente dice “yo soy yo, soy libre y no me vacuno” (…) ¿Cómo le vamos a hablar a esa gente cuando llegue lo peor? (enero de 2022).

7ª): “Conocí el momento Gagarin, el espacio concebido como una especie de extrarradio al que, como si fuera la extensión de la humanidad, “todos íbamos a ir”. Ahora, se ha convertido en la extensión del narcisismo de doce personas riquísimas. A partir de este momento, está claro que todos esos milmillonarios son unos payasos y cada uno siente sobre sus cabezas la caída de la bóveda celeste” (enero de 2022).

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