El 7 de septiembre del año 2000 Dolores Vázquez es encarcelada como presunta autora del asesinato, con nueve puñaladas, de la joven de Mijas Rocío Wanninkhof

OPINIÓN. 
Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista

13/01/21. 
Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe un texto sobre la muerte de Rocío Wanninkhof: “El caso de la desaparición y muerte de Rocío Wanninkhof abrió un amplio debate sobre el peligro de la presión pública y mediática a la hora de impartir justicia por un jurado popular,...

...especialmente cuando las víctimas son mujeres jóvenes y la búsqueda del cadáver se prolonga por un tiempo, una situación que alimenta el sensacionalismo y nubla el raciocinio sereno”.

El 'caso Wanninkhof'

El 7 de septiembre del año 2000 Dolores Vázquez es encarcelada como presunta autora del asesinato, con nueve puñaladas, de la joven de Mijas Rocío Wanninkhof.


Con la desaparición de la joven el 9 de octubre de 1999 en los aledaños de su casa y la aparición de su cadáver el 2 de noviembre en Marbella, la a la consternación y el miedo en la zona donde vivía la joven no se hizo esperar y se vivió intensamente en La Cala de Mijas y en Fuengirola.

Las acusaciones no contaban con pruebas contundentes contra Dolores Vázquez. Tras la sentencia de condena su abogado, Pedro Apalategui, presentó recurso contra la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que revisó la sentencia y ordenó a la Audiencia celebrar un segundo juicio a la vista de la falta de motivación detectada en el veredicto del jurado.

Con el paso del tiempo se demostró que el llamado ‘caso Wanninkhof’ era un caso de error jurídico grave que sucedió en un ambiente de histeria popular creado por los medios de comunicación y en un juicio plagado de irregularidades por parte de las autoridades judiciales y policiales.

Unos años después el caso dio un vuelco al resolverse otro asesinato posterior, el de la joven Sonia Carabantes, en agosto de 2003 y descubrirse que el ADN del asesino de Sonia coincidía con el ADN encontrado en pruebas del caso Wanninkhof y es decretado el sobreseimiento de la causa contra Dolores Vázquez.

Dolores Vázquez

El Tribunal Supremo rechazó la petición de Dolores Vázquez de ser indemnizada con cuatro millones de euros por los 519 días que pasó en prisión, entre el 7 de septiembre de 2000 y el 8 de febrero de 2002, por el asesinato de la joven Rocío Wanninkhof, por el que finalmente fue condenado el ciudadano británico Tony King.

Muy poco se sabe de Dolores Vázquez desde que en el 2002 salió en libertad provisional, tras pasar en prisión 17 meses de los 15 años a los que fue condenada. Quiso poner tierra de por medio y se marchó a Gran Bretaña, donde ya había vivido con su familia.

Dolores Vázquez fue puesta en libertad provisional porque el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía había ordenado que se repitiera el juicio, tras constatar que los miembros del jurado se vieron tremendamente presionados por el ambiente creado en torno al caso y habían pronunciado un veredicto de culpabilidad contaminado y sin motivación.

Tras haber sufrido un espeluznante acoso mediático y popular, la emprendedora gallega dedicada a la hostelería no tendría que volver a pasar por otro calvario judicial. El segundo juicio se anuló. Vázquez, que había sido calificada como “el rostro de la maldad del principio del siglo XXI”, quiso entonces desaparecer voluntariamente, desdeñó el contacto con las personas, especialmente con los medios de comunicación, y abandonó el país.

Volvió al Reino Unido, a un pueblecito al este de la Londres, y trabajó en una empresa de transportes. Allí nadie la conocía, ni sabía por lo que había tenido que pasar. Era una mujer anónima, lo que más deseaba.

En el año 2013 hizo una breve e inesperada aparición pública en unas jornadas sobre la presunción de inocencia. Nada más se volvió a saber de ella. El Correo Gallego publicó en 2019 que Dolores Vázquez vive desde hace un tiempo en su Betanzos natal, donde se siente segura y arropada.

El caso de la desaparición y muerte de Rocío Wanninkhof abrió un amplio debate sobre el peligro de la presión pública y mediática a la hora de impartir justicia por un jurado popular, especialmente cuando las víctimas son mujeres jóvenes y la búsqueda del cadáver se prolonga por un tiempo, una situación que alimenta el sensacionalismo y nubla el raciocinio sereno.

Dolores Vázquez fue víctima de una serie de casualidades que parecían apuntar a su culpabilidad. Había mantenido una relación sentimental con la madre de Rocío y los investigadores apuntaron desde el primer momento al entorno cercano a la joven. Creyeron que Vázquez podía haber asesinado a Rocío, al considerarla responsable de la ruptura sentimental con su madre.


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