Los republicanos vencieron en todas las capitales de provincia menos en Cádiz, hecho que desencadenó la abdicación del rey y su salida del país el día 14 de abril

OPINIÓN. 
Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista

10/02/21. 
Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe un texto sobre la II República: “La proclamación de la II República fue acogida en Málaga con júbilo pero también con incidentes graves. De una parte, muchos trabajadores, acompañados de sus familias, se congregaron esa mañana frente a...

...Correos, donde hubieran permanecido todo el día de no ser por la presencia del alcalde electo, el abogado republicano Emilio Baeza Medina, que acordó con el director de la oficina postal, el traslado de la bandera”.

La proclamación de la II República en Málaga

La jornada electoral de los comicios municipales del 12 de abril de 1931 se celebra en Málaga pacíficamente, sin compra del voto ni suplantación, como había ocurrido en consultas anteriores.


La victoria republicana es arrolladora al vencer las candidaturas republicanas y antimonárquica en los diez distritos electorales, lo que da al Partido Comunista su primer concejal, Andrés Rodríguez.

Los republicanos vencieron en todas las capitales de provincia menos en Cádiz, hecho que desencadenó la abdicación del rey y su salida del país el día 14 de abril.

La proclamación de la II República fue acogida en Málaga con júbilo pero también con incidentes graves. De una parte, muchos trabajadores, acompañados de sus familias, se congregaron esa mañana frente a Correos, donde hubieran permanecido todo el día de no ser por la presencia del alcalde electo, el abogado republicano Emilio Baeza Medina, que acordó con el director de la oficina postal, el traslado de la bandera y se encaminó con la mano en el mástil hacia el Ayuntamiento.

De otra, grupos de exaltados derribaron la estatua erigida al marqués de Larios, arrojándola al puerto, donde permaneció durante varios meses.

La figura del trabajador sustituyó a la del marqués de Larios

A las once de la noche, un grupo de manifestantes prende fuego a las instalaciones del periódico vespertino conservador "La Unión Mercantil", así como a los almacenes de la Compañía de Locomoción, que se propaga a los de las empresas Guille y Heredia.

El proceso electoral estuvo regido por la Ley de 1907. Según su artículo 29  la elección de los concejales era inmediata, sin necesidad de votación, en aquellas localidades donde el número de candidatos fuese igual al de puestos a cubrir, lo que favorecía el caciquismo en los municipios rurales, caciquismo antidemocrático que precisamente se pretendía eliminar.

La Ley de 1907 y la presión del caciquismo explican por qué en la mayoría de los municipios rurales no hubo votaciones y la cantidad de concejales monárquicos elegidos, impidiendo el sufragio a miles de electores rurales. Se consideraba, por tanto, que la mayoría de los concejales monárquicos afines a los intereses políticos y económicos de los caciques no habían sido elegidos legítimamente en sufragio electoral, y así lo entendieron hasta las propias instituciones monárquicas. Es por ello que solo se consideraron legales las votaciones de las capitales de provincia y de los grandes municipios, donde los republicanos fueron mayoritarios.

En palabras del ministro de la Gobernación, marqués de Hoyos, el mismo día de las elecciones, sobre las cinco y media de la tarde, “las informaciones recibidas de los pueblos pequeños acusan favorables impresiones, pero las de los pueblos importantes son, como las de las capitales de provincia, desastrosas”.

Puede ver aquí otros artículos de Ramón Triviño