A medida que se normaliza la vida cotidiana en Málaga tras el final de la Guerra Civil, se dictan normas para vigilar la moralidad pública y privada, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia Católica

OPINIÓN. 
Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista

24/02/21. 
Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe un texto sobre las normas morales tras la Guerra Civil: “El entonces gobernador civil de la provincia, José Luis de Arrese, mandó a los alcaldes de los municipios costeros que velasen por el cumplimiento de una orden sobre la moral y el...

...decoro que tenían que seguir los bañistas. Una orden que especificaba que hombres y mujeres debían estar en zonas separadas de la playa. Además se prohibió que las mujeres usaran bañadores masculinos. En el caso de los hombres, no estaba permitido el traje de baño que era solo un pantalón”.

La moral por decreto en la Málaga de 1940

A medida que se normaliza la vida cotidiana en Málaga tras el final de la Guerra Civil, se dictan normas para vigilar la moralidad pública y privada, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia Católica.


En los primeros días del año 1940, el Gobierno Civil traslada la orden del Ministerio de Gobernación prohibiendo la celebración de las fiestas de Carnaval, con la advertencia de que esto afecta no sólo a los actos que tienen lugar en la vía pública, sino también a las tradicionales fiestas de empresas y sociedades.

Con la llegada del verano, el Gobierno Civil inicia otra campaña sobre los trajes de baño desautorizados y publicaba en la prensa los nombres de los ciudadanos denunciados y sancionados con cincuenta pesetas. El entonces gobernador civil de la provincia, José Luis de Arrese, mandó a los alcaldes de los municipios costeros que velasen por el cumplimiento de una orden sobre la moral y el decoro que tenían que seguir los bañistas. Una orden que especificaba que hombres y mujeres debían estar en zonas separadas de la playa. Además se prohibió que las mujeres usaran bañadores masculinos. En el caso de los hombres, no estaba permitido el traje de baño que era solo un pantalón.

Baños del Carmen (1940)

Además, impedía que las personas salieran de la zona habilitada para el baño en bañador o en albornoz. Tampoco se autorizaba que para tomar el sol se luciese un traje de baño más pequeño que el empleado para meterse en el mar.

Este tipo de medidas se complementan con otras destinadas a establecer un orden estricto, como la que obligaba a los peatones a transitar siempre por la derecha para facilitar la circulación, anunciando sanciones para quienes desobedecieran la orden.

Una orden que demostraba que al franquismo no le gustaba la izquierda ni para andar por las calles Un bando del Ayuntamiento de Málaga, emitido el 12 de abril de 1940, establecía esa norma. Los infractores se arriesgaban a multas de hasta cinco pesetas. Los guardias municipales se encargaban de vigilar el cumplimiento del bando y de imponer las sanciones a los transeúntes infractores. En cinco días se pusieron sanciones por valor de casi 3.000 pesetas. Los agentes del orden, talonario en mano, se acercaban a los viandantes que vulneraban el bando y les hacían pagar el importe correspondiente.

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