“Así definió Edgar Neville su película 'Duende y Misterio del Flamenco', que tuvo un coste de cuatro millones de pesetas. Los exteriores de Málaga se rodaron a principios de julio de 1952 en el cementerio de San Miguel”

OPINIÓN. 
Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista

29/09/21. 
Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe un texto sobre Edgar Neville: “Madrileño de nacimiento, escritor, pintor, diplomático y dramaturgo, pero especialmente director de cine, se casó con la malagueña Ángeles Rubio-Argüelles y Alessandri, de la que se separó...

...en 1930, por lo que tuvo una estrecha relación con Málaga donde la editorial Imprenta Sur le publicó sus primeros libros”.

El cine de Edgar Neville

"Mi película, que ruedo con guión mío para Cesáreo González, es la exaltación del cante y del baile flamenco. No es un documental, sino la historia del genuino folclore de esta tierra".


Así definió Edgar Neville su película 'Duende y Misterio del Flamenco', que tuvo un coste de cuatro millones de pesetas. Los exteriores de Málaga se rodaron a principios de julio de 1952 en el cementerio de San Miguel, donde se buscó infructuosamente la tumba de Juan Breva, porque al parecer sus restos fueron echados al osario. "Hemos tenido que pintar una lápida con su nombre", contaba el director de cine.

Madrileño de nacimiento, escritor, pintor, diplomático y dramaturgo, pero especialmente director de cine, se casó con la malagueña Ángeles Rubio-Argüelles y Alessandri, de la que se separó en 1930, por lo que tuvo una estrecha relación con Málaga donde la editorial Imprenta Sur le publicó sus primeros libros. Por entonces entabló amistad con el pintor Salvador Dalí y los poetas Manuel Altolaguirre, Emilio Prados o José María Hinojosa, todos ellos pertenecientes a la Generación del 27.

Edgar Neville

Acabada la Guerra Civil, y guiado por su amigo Ricardo Soriano Sholtz Von Hermensdorff, marqués de Ivanrey, adquirió una residencia en Marbella a la que, por nostalgia de sus días en California, llamó "Malibú". Allí se instaló con su compañera Conchita Montes. Su afición por la gastronomía fue lo que puso en peligro su salud, pasando por varios tratamientos y clínicas de adelgazamiento.

Añadir que, como hombre exquisito, de múltiples talentos y aficiones, aprovechó todo cuanto pudo ofrecerle su época. Debido a su adscripción al bando sublevado contra la República y a que su actividad fue desarrollada en la industria del entretenimiento, y cultivando sobre todo el humor, no fue incluido por lo general entre la nómina de intelectuales de la Generación del 27, como les ocurriría también a sus amigos escritores del bando golpista, como Miguel Mihura, Tono, Enrique Jardiel Poncela, o Álvaro de Laiglesia. Tanto Edgar como ellos optaron por un humor no comprometido políticamente, que cultivó en todos los géneros: teatro, poesía, novela, cine y pintura.

Desde sus posiciones de privilegio criticaban sin aspereza las costumbres de la misma burguesía de entonces, como la cursilería y el absurdo. Junto con Tono, Antonio Mingote y Mihura escribió en la revista de humor La Codorniz, sucesora del semanario La Ametralladora, que Mihura publicó en San Sebastián. Su filmografía consta de 30 títulos en total.

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