“El 8 de diciembre de 1907 veía el nacimiento una nueva institución dedicada al cuidado y atención de los niños más necesitados, la Casa del Niño Jesús”
OPINIÓN. Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista
09/03/22. Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe sobre El problema de la mendicidad para la clase dirigente malagueña de principios del siglo XX: “Semejante ejercicio de caridad, pública o privada, no pudo significar jamás una solución definitiva al problema, que...
...residió en el desequilibro de la distribución de la riqueza existente, y aunque es cierto que a menudo ayudó a aliviar situaciones de pobreza, en realidad lo que hizo fue contribuir a su mantenimiento”.
El problema de la mendicidad
La Comisión Cooperadora para la Extinción de la Mendicidad, que tenía el objetivo de conseguir que las limosnas se convirtieran en donativos de cuota fija para constituir un fondo de socorro que se encargará de alojar, curar y alimentar a los "menesterosos" emitió el 12 de junio de 1907 una circular.
En uno de los párrafos del escrito que se dirigía al pueblo de Málaga, se podía leer que “Si no es posible evitar que haya indigentes, es relativamente fácil impedir que éstos se conviertan en mendigos, como lo es prohibir que a esta capital concurran los de toda la provincia, separar los verdaderos pobres de los que ejercen de mendicantes para satisfacer vicios y hábitos de vagancia, remediar la vil explotación de tiernas criaturas que se emplean como señuelo para atrapar la limosna, y limpiando la vía pública de limosneros, tullidos, vagos y niños pervertidos, por lo que hay que llevar a cabo la obra de beneficencia y cultura que se pretende".
Un documento representativo de la catástrofe socioeconómica de entonces y de mentalidad de la clase dirigente que en aquella época padecía la sociedad malagueña. Para tratar de empezar a dar soluciones a la grave situación surgieron algunas iniciativas como, por ejemplo, la puesta en marcha, el 31 de marzo, de la Cruz Roja de Antequera, mientras que el 8 de diciembre de 1907 veía el nacimiento una nueva institución dedicada al cuidado y atención de los niños más necesitados, la Casa del Niño Jesús, ubicada en un inmueble propiedad del Obispado en la calle Pozos Dulces.
Casa del Niño Jesús en la calle Pozos Dulces
Semejante ejercicio de caridad, pública o privada, no pudo significar jamás una solución definitiva al problema, que residió en el desequilibro de la distribución de la riqueza existente, y aunque es cierto que a menudo ayudó a aliviar situaciones de pobreza, en realidad lo que hizo fue contribuir a su mantenimiento.
En medio de esta atmósfera maduró la conciencia de clase del proletariado malagueño, hecho que se vio favorecido tanto por el nivel creciente de concentración obrera como por la difusión de ideas reivindicativas, hasta desembocar en la consolidación de las organizaciones obreras y en una intensa conflictividad laboral.
Hay que resaltar que estas condiciones de vida, hacinamiento e insalubridad, no se localizaron únicamente en el área de expansión industrial de la periferia urbana, separada de la ciudad por el río Guadalmedina, ya que también existieron importantes bolsas de pobreza dentro del casco urbano, caso de los barrios de la Victoria y de Capuchinos, y también en el núcleo central, camufladas tras las lujosas viviendas de la burguesía.
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