En Málaga “existía un enorme malestar entre la clase trabajadora por sus pésimas condiciones laborales. El 20 de octubre los obreros de las empresas textiles Industria Malagueña y La Aurora marcharon hacia el palacete de los Larios”

OPINIÓN. 
Málaga y sus historias. Por Ramón Triviño
Periodista

08/02/23. 
Opinión. El periodista Ramón Triviño, en su colaboración habitual con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que recopila curiosidades de la historia de Málaga, escribe sobre la huida de Málaga del primer marqués de Larios: “Los obreros la asaltaron y persiguieron a familiares y personal de servicio. Las mujeres huyeron por el tejado; el primer marqués de Larios, Martín Larios y Herreros,...

...su hijo Manuel Domingo y su sobrino, Ricardo Larios y Tassara, fueron retenidos por la muchedumbre para después ser rescatados por la milicia”.

Los Larios huyen de Málaga

Estamos en septiembre de 1868, el mes en la que la llamada la Gloriosa o Revolución de Septiembre o la Septembrina, una sublevación militar con elementos civiles que tuvo lugar en toda España, que supuso el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático (1868-1874).


Este movimiento también triunfa en Málaga, donde existía un enorme malestar entre la clase trabajadora por sus pésimas condiciones laborales. El 20 de octubre los obreros de las empresas textiles Industria Malagueña y La Aurora marcharon hacia el palacete de los Larios.

La familia Larios vivía en la Alameda Principal de Málaga, números 1 y 3, en lo que se llamó la Casa de los Larios, popularmente conocida por el apelativo de la gallina papanatas, por las tres bolas en forma de huevo que culminaban el edificio.

Los obreros la asaltaron y persiguieron a familiares y personal de servicio. Las mujeres huyeron por el tejado; el primer marqués de Larios, Martín Larios y Herreros, su hijo Manuel Domingo y su sobrino, Ricardo Larios y Tassara, fueron retenidos por la muchedumbre para después ser rescatados por la milicia.

Bajo la protección del gobernador militar, la familia Larios, que entonces manifestaron no ser conscientes del malestar acumulado entre sus trabajadores y que decidieron incrementar en un 20 por ciento sus salarios, se dirigen al puerto de Málaga, bajo protección, para embarcar rumbo a Gibraltar, desde donde viajaron a Londres y después a París, donde se establecieron durante años.

Martín Larios no volvió nunca a Málaga salvo cuando regresó de incógnito para visitar sus posesiones en Torre del Mar (Málaga), sin pasar por la capital. Entonces, un grupo de obreros de la compañía pidieron disculpas por los acontecimientos ocurridos años atrás y, a pesar de que las aceptó, el marqués regresó a Francia.

Martín Larios

Estos hechos los refleja la prensa de la época que recoge el 19 de marzo de 1869, un suelto en el que da cuenta de la contestación del marqués de Larios a una misiva que le habían dirigido los obreros de sus fábricas en Málaga. El texto de la información rezaba, “Don Martín Larios contestó desde Torre del Mar a la carta que le dirigieron sus obreros, perdonando la agresión y excusándose de volver hasta que pasara más tiempo”.

En otros medios de prensa también existe constancia de la mencionada visita de los obreros a Martín Larios. Concretamente el 29 de enero de 1870, se publica la siguiente información, “enterados los obreros de la fábrica La Industria Malagueña, de que el patrono don Martín Larios, había vuelto a Málaga, de la que se ausentó cuando los sucesos del 20 de octubre de 1868, se presentaron en su casa y con ruegos y lágrimas le pidieron visitara la fábrica y les perdonara, pues ellos fueron instrumentos de algunos intrusos interesados”.

El fallecimiento del primer marqués de Larios se produjo en la capital francesa a los 75 años de edad, después de una larga enfermedad, el día 19 de diciembre de 1873, en su domicilio de la Plaza de Eylan, número 7, en el “distrito diez y seis” de París, quedando inscrita su defunción en el Registro Civil de ese distrito.

El día 20 de enero de 1875, poco más de un año después de haber fallecido, su cadáver, acompañado en todo momento por el cura de la parroquia parisina de Saint Honoré, fue trasladado desde el puerto de Marsella, a bordo del vapor Numancia, al de Málaga, donde las distintas corporaciones locales le tributaron honores. Sus restos, según la prensa de la época, estuvieron dos días expuestos en la Catedral de Málaga donde se celebró un solemne funeral.

Luego, tras un recorrido por las calles de la ciudad, acompañado por una gran muchedumbre, sus restos mortales fueron inhumados y depositados bajo una sencilla lápida en la cripta del asilo de las Hermanitas de los Pobres de la Explanada de la Estación, regido por la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Un centro que en 1868 había mandado construir el marqués a sus expensas y que había entregado a esa orden religiosa para que lo regentara.

La inhumación de Martín Larios quedó inscrita “en virtud de mandamiento del Sr. Provisor y Vicario General del Obispado (Málaga) con fecha ocho de junio de mil ochocientos setenta y seis” en la parroquia del Sagrario, y en el Registro Central de España lo fue con fecha de primero de agosto de 1912.

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