“El abuso durante años ha construido un sistema de producción que tiene un altísimo impacto social y ambiental”
“Hay siete problemas que deben resolverse de forma inminente para evitar que el colapso se lleve por delante muchas ilusiones”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA04/03/22. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión habla sobre los invernaderos de Almería: “El mar de plástico es tan exagerado que desde el espacio puede verse un brillante punto blanco en el sudeste español. Los plásticos se queman ilegalmente o acaban abandonados...
...en cualquier parte: en ríos, en arroyos y en el mar. Los fondos marinos están plastificados”.
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Los insostenibles invernaderos de Almería: siete puntos
El cultivo en invernaderos puede ser una forma ética y eficiente de producir. Sin embargo, la imagen de Almería transmite absolutamente lo contrario.
El abuso durante años ha construido un sistema de producción que tiene un altísimo impacto social y ambiental.
Problemas intolerables que no deben invernar
Hay siete problemas que deben resolverse de forma inminente para evitar que el colapso se lleve por delante muchas ilusiones (entre otras cosas):
- Despilfarro de energía y de plástico de usar y tirar: El mar de plástico es tan exagerado que desde el espacio puede verse un brillante punto blanco en el Sudeste español. Los plásticos se queman ilegalmente o acaban abandonados en cualquier parte: en ríos, en arroyos y en el mar. Los fondos marinos están plastificados. Son una plaga en Almería. El plástico es demasiado barato y tirarlo es gratis. La solución es simple. Aquí hay una de nuestras propuestas.
- Considerando el ciclo completo, es un modo de cultivo con alto consumo de energía. Además, están investigando aumentar la producción usando luz artificial, lo cual sería el colmo de la estupidez humana.
- Excesivos fertilizantes, fitosanitarios y emisiones: La agricultura en España es de las más contaminantes del mundo. Los agricultores no saben lo que están haciendo y las autoridades no quieren educar ni controlar. El poniente almeriense libera al medioambiente 5.000 toneladas al año de fitosanitarios (0,2 toneladas por hectárea). El uso de plaguicidas conlleva graves riesgos medioambientales: contaminación del agua, del suelo, de los alimentos y también de todos los residuos que salgan del invernadero (residuos plásticos, vegetales, etc.). Tarde o temprano, muchos de estos lixiviados llegan al mar, el cual está siendo envenenado.
- Es lo mismo que ocurre en el desastre del Mar Menor, pero a mayor escala.
- Una investigación calculó que solo en Almería en 2019 se desperdiciaron 300.000 m3 de agua, 136 toneladas de fertilizantes y se emitieron 7.500 toneladas de CO2.
- Consumir mucha agua donde no la hay: Almería es una de las zonas más secas de España, con un riesgo alto de desertificación. Una planificación sensata tendría que reducir el número de regadíos para reducir las necesidades de agua y evitar depender de tecnologías caras e insostenibles, como las desaladoras y los trasvases hidrológicos. Desalar agua del mar es bonito, pero requiere mucha energía y la salmuera resultante puede contaminar si se libera en exceso. Los trasvases son atentados ambientales, porque consisten en robar agua de un río para intereses económicos, normalmente insostenibles.
- Quema de residuos vegetales: Quemar los restos vegetales está prohibido (Ley Nacional de Residuos y Suelos Contaminados 22/2011), no solo por la contaminación del aire, sino por las graves molestias para las viviendas cercanas (es una eliminación incontrolada de residuos). Respirar ese humo es poco saludable (más aún si se queman plásticos). En Murcia es un problema cotidiano que el gobierno regional no quiere conrolar. En Almería, sabemos que se queman plásticos y todo lo que estorbe.
- Para la gestión de los residuos vegetales procedentes de los invernaderos hay dos tipos de actuaciones aceptables: compostaje (que es lo mejor) y producción de energía eléctrica. Un tipo particular de compostaje es triturar los desechos y dejarlos en la tierra para que se descompongan esparcidos. Sin embargo, no hay nada más barato e inconsciente que quemarlo, cuando no hay vigilancia ni sanciones.
- Ocupación del territorio: En 2018 la provincia de Almería concentraba el 87’4% del total andaluz de superficie dedicada a invernaderos (la mayor concentración del mundo). No hay ningún límite y nadie se atreve a ponerlo. No hay control de pozos ni de territorios ocupados. Toda Andalucía está en riesgo de sequía, porque sabemos que el Cambio Climático reducirá la cantidad de agua disponible. Por ello, debemos fomentar los cultivos de secano, en vez de hacer justo lo contrario. En España se calcula que existe un millón de pozos ilegales, lo cual supone un robo y un peligro para la vida. La mayor concentración de esos pozos está en Andalucía y Murcia (siendo especialmente grave lo que pasa en Doñana). Sería sensato pensar en devolver espacios a la naturaleza (como está haciendo Holanda, por ejemplo).
- Desigualdad y discriminación social: La paradoja de Almería consiste en una agricultura potente con una renta ínfima. Los millones de beneficios se quedan en unas pocas manos. Sus coches de lujo pueden verse en las calles de pueblos como El Ejido (donde también afloran cientos de oficinas bancarias). Son trabajos basura: los trabajadores de los invernaderos están mal pagados, con los ingresos más bajos del país. También se sabe que hay mucha economía sumergida y muchos trabajadores inmigrantes que trabajan no solo ilegalmente, sino en condiciones que ningún español aceptaría. Miles de trabajadores extranjeros viven en chabolas en condiciones deplorables. La estafa de los agricultores se ha cifrado en 45 millones de euros al año. Muchos trabajadores españoles prefieren trabajar en negro, aunque luego se quejen de las pensiones que les quedan (muy bajas en toda la provincia). Los inspectores laborales y fiscales son torpes o insuficientes ante tanto fraude. Esta desigualdad es muy posible que esté detrás de la violencia y del machismo que sufre la zona.
- Despilfarro de comida: El sistema almeriense de invernaderos ni siquiera es un método inteligente ni eficiente. Estamos casi acostumbrados a noticias que revelan cómo se tiran toneladas de alimentos: tomates, sandías o melones, por poner unos ejemplos. Los precios son a veces tan bajos que, para los agricultores, lo más barato es tirar parte de la cosecha. Un crimen humanitario y ecológico que debería impedirse y sancionarse. Hay que denunciar también que los intermediarios son los que más beneficio se llevan, poniendo el mínimo de trabajo. En algunos productos el incremento de precios llega al 1.500%.
Soluciones esenciales
Tras el desastre del Mar Menor, se ha visto la necesidad de controlar la agricultura y la ganadería intensivas. Estas medidas deberían generalizarse en Almería, en Doñana, en Murcia… y en toda Europa:
- No permitir nuevos cultivos, al menos en zonas tan sensibles como Almería, Murcia o Doñana, y controlar bien que no se creen ilegalmente. Las imágenes por satélite pueden facilitar mucho el control.
- No permitir pasar terrenos de secano a regadío, y controlarlo exhaustivamente.
- Exigir que se declaren los cultivos y los pozos ilegales y darles una moratoria de unos años cultivando solo cierto porcentaje de su terreno (máximo un 70%, por ejemplo). Tras ese plazo, se les acabaría el permiso legal. Los cultivos no declarados deberían ser perseguidos, multados e incluso penalizados con la expropiación de sus tierras. Una moratoria serviría para animar a los agricultores/ganaderos a declarar sus actividades y a evitar problemas más graves.
- Reducir y controlar la aportación máxima de fertilizantes por hectárea. Un reciente Real Decreto pretende limitar el uso de fertilizantes, pero únicamente reduce un 20% y exclusivamente en algunas zonas que considera vulnerables, sin entender que todas las regiones son vulnerables a la contaminación.
- Cada parcela agraria debe, como mínimo, dedicar el 5% del terreno a setos de vegetación natural. Se deben usar los llamados filtros verdes para reducir los nutrientes que salen de cada parcela.
No estamos produciendo alimentos saludables. Un estudio de Reino Unido encontró 122 pesticidas en 12 productos de frutas y verduras (casi todas las naranjas y uvas están contaminadas). Son tóxicos relacionados con el cáncer. Producimos mucho; tiramos mucho; y mucho de lo que producimos es para alimentar ganado, un sistema muy ineficiente y contaminante de producir alimentos.
Conclusiones
El sistema almeriense de invernaderos, el cual se está implantando en otras regiones (como Huelva o Granada), debe reformularse para reducir la cantidad de invernaderos y avanzar hacia la agricultura ecológica. El reto no es opcional, si queremos una transición tranquila e inteligente. Es también necesario mejorar la inspección laboral, así como el control de precios, del plástico, de los fitosanitarios, del territorio, del uso del agua y del despilfarro de comida.
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