“Lo que necesitamos es actuar. Hay estudios que señalan que Europa sufrirá olas de calor cada vez con más frecuencia y mayor intensidad que en otras partes del mundo”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA09/09/22. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión un artículo sobre las olas de calor: “No estamos arriesgando solo el futuro de las siguientes generaciones, sino que nuestras propias vidas van a sufrir las consecuencias de nuestra tranquilidad a la hora de...
...actuar. En 2090 la península Ibérica será climáticamente como ahora es el Sáhara. Un lugar no muy agradable para vivir”.
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El problemón climático de las olas de calor
Aunque suene aburrido, las temperaturas están subiendo por todo el planeta. Más aún en el ártico. La temperatura del planeta ha ascendido —de media— 1,2ºC desde la Revolución Industrial y llegaremos pronto a los 1,5ºC. Es inevitable. Si actuamos con urgencia evitaremos llegar a los 2ºC.
Marta Tafalla, en su magnífico libro Filosofía ante la crisis ecológica, nos advertía que subir 2ºC globalmente implicaría que la temperatura seguiría subiendo incluso aunque se redujeran las emisiones y «la Tierra se volvería inhóspita para la sociedad humana y para un elevado número de especies». Ya está sucediendo. Ya hay especies que desaparecen, ecosistemas que colapsan, migraciones por el clima, empobrecimiento generalizado… ¿A qué esperamos para actuar?
¿Cuánto calor puede aguantar el ser humano?
La respuesta depende de muchos factores: estado de salud, edad, hidratación… Sin embargo, podemos afirmar que los humanos mueren a los 42ºC (obviamente si no pueden protegerse de esa temperatura en un tiempo razonable). Esos 42 grados se consideran en condiciones de poca humedad ambiental, porque gracias a la sudoración el ser humano se refrigera. Pensemos que hay animales que no sudan y que, por tanto, aguantan una temperatura muy inferior. Por ejemplo, el jak (Bos mutus) es un bóvido del altiplano del Himalaya (Nepal, Tibet…) que ha perdido la capacidad de sudar. Los jaks mueren de calor a los 20ºC.
El efecto positivo del sudor se reduce con la humedad. Es decir, en un ambiente húmedo el sudor se evapora peor, refrigera menos y, por tanto, aguantamos menos calor. Es lo que se conoce como temperatura medida en bulbo húmedo. Así, en condiciones de humedad el ser humano muere a los 35ºC. Es decir, en zonas húmedas (por ejemplo las zonas costeras), la temperatura máxima para el ser humano se reduce y todo depende de la humedad. ¿A qué temperatura dejará de ser habitable la ciudad de Cádiz?
¿Qué problema hay en que haga un poco más de calor?
Hay algunas consecuencias leves como deshidrataciones o desmayos, pero una ola de calor puede provocar serios problemas directamente para los humanos. Veamos algunos de ellos:
- Agravamiento de problemas de salud, tales como los cardiovasculares, respiratorios, renales, gastrointestinales y neurológicos. Lo advierte la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Y además, nos insta a comer menos carne, a evitar los ultraprocesados y a movernos de forma sostenible, en bicicleta.
- El calor aumenta los partos prematuros y empeora la salud mental. Los hospitales aumentan los ingresos por desmayos, delirios e intentos de suicidio. Se calcula que subir 1ºC de temperatura aumenta las muertes por salud mental un 2,2%. Además, en condiciones de calor hay fármacos que hacen menos efecto. También aumenta el pensamiento confuso, la frustración, la agresividad y los delitos violentos. De hecho, se ha estudiado que la humedad relativa hace aumentar la tasa de suicidios. Ello se debe a lo comentado anteriormente sobre la relación entre humedad y calor.
- Muertes: Es complicado de predecir la tasa de mortalidad. El IPCC de la ONU decía que pasar de 1,5 a 3ºC haría multiplicar la mortalidad por 2, o incluso por 3. En diez días de julio de 2022 se calcula que murieron por calor más de 1.000 personas, solo en España. El dato es aproximado porque pudo haber muertes por otras causas, pero que sin calor no se hubieran producido.
- El calor mata más a los más pobres. No es difícil de entender. Una de las causas es que viven en barrios con menos zonas verdes (con todas las consecuencias que ello implica). Por otra parte, las clases más humildes tienen menos posibilidad de instalar o de usar aire acondicionado. Pensemos que esos aparatos tienen un coste semanal de entre 55 y 60 euros, haciendo un uso moderado, mientras que un ventilador gasta unos 4,2 euros a la semana. Es decir, el aire acondicionado es aproximadamente 14 veces más caro que el ventilador y, a veces, igual de efectivo. Además, hay otras formas de refrigerar la casa: toldos, pulverizadores de agua, abrir y cerrar las ventanas convenientemente, etc.
- Problemas de la contaminación por ozono. El ozono es un gas tóxico que se forma cuando la radiación solar incide en los gases que emiten coches, barcos, aviones, centrales térmicas y otras industrias. Es un gas que provoca desde dolores de cabeza hasta enfermedades respiratorias y cardiovasculares. También es tóxico para la vegetación. El objetivo marcado por la UE es no superar los 120 μgr/m3 en periodos de 8 horas y no más de 25 días al año. La OMS es más estricta y establece el límite de seguridad en 100 μgr/m3. Pues bien, este año un tercio de las estaciones que miden el ozono en España ha superado los 120, llegando a los 194 en Vic, por citar un dato concreto. Las comunidades más contaminadas son Cataluña, Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. En Euskadi, Bilbao también supera el límite. Los pocos planes que se han elaborado han sido claramente ineficaces. La Agencia Europea del Medioambiente calcula que solo en España se producen entre 1.500 y 1.800 muertes anuales por ozono.
- El calor sube el consumo de electricidad y reduce el agua embalsada (más grave aún si se une a una sequía). Ambos factores hacen subir el precio de la electricidad. Particularmente, la energía hidroeléctrica es muy barata y podría usarse para abaratar la electricidad. Sin embargo, la centrales están en manos de empresas que las gestionan para maximizar sus beneficios. Por eso, muchos ciudadanos estamos pidiendo que el gobierno de España recupere las centrales en cuanto caduquen las concesiones. Una gestión pública sería más eficaz para gestionar un bien público, como es el agua. Así se ha demostrado en la única central recuperada en España para el interés público.
- Incendios forestales cada vez más intensos. La temporada de incendios se amplía, al igual que lo hacen el número de incendios y la extensión calcinada en cada uno. Cada vez veremos más frecuentemente incendios de quinta generación, que ocurren cuando el número de incendios impide a los servicios de extinción actuar adecuadamente. También serán habituales los llamados incendios inextinguibles, los cuales son tan virulentos que los bomberos no pueden hacer nada, salvo esperar a que cambien las condiciones, a que llueva o a que el incendio consuma todo lo que pueda.
- Reducción de las cosechas, junto a muertes y enfermedades en el ganado. Agricultores y ganaderos deben prepararse para un mundo cada vez más caliente. La mejor forma es reducir la ganadería, bajando así su enorme impacto ambiental. Tendríamos más alimentos disponibles para las personas. Por otra parte, la agricultura debería tender a ser ecológica (por ejemplo, usando compost en vez de costosos fertilizantes nitrogenados) y se debería enseñar en los colegios, porque tal vez eso será de las cosas más útiles para el futuro.
Aparte de lo anterior, hay otras consecuencias de la crisis climática, tales como pérdida de ecosistemas, subida del nivel del mar (10 cm. en los últimos 26 años), reducción de recursos, migraciones, crisis ecológica y… en última instancia, colapso de nuestra civilización.
Algunos Parques Nacionales españoles están pasando momentos muy críticos. Por ejemplo, en Daimiel y Doñana la agricultura de regadío está dejando sin agua a la naturaleza. Los agricultores legales e ilegales se enfrentan por un recurso que saben que es cada vez más escaso y las administraciones no se atreven a poner soluciones reales.
Humanidad, tenemos un problema
Es obvio que tenemos un problema. No necesitamos más datos ni más estudios científicos. Lo que necesitamos es actuar. Hay estudios que señalan que Europa sufrirá olas de calor cada vez con más frecuencia y mayor intensidad que en otras partes del mundo.
El científico Antonio M. Turiel ha sido muy claro advirtiéndonos de que nuestro modo de vida está a punto de desaparecer. No estamos arriesgando solo el futuro de las siguientes generaciones, sino que nuestras propias vidas van a sufrir las consecuencias de nuestra tranquilidad a la hora de actuar. En 2090 la península Ibérica será climáticamente como ahora es el Sáhara. Un lugar no muy agradable para vivir. Esa transición ya ha comenzado y en pocos años veremos grandes migraciones climáticas en España.
No vamos ahora a enumerar más soluciones. En Blogsostenible hemos trabajado mucho para exponer soluciones viables. Lo que hay que hacer es, sencillamente, ponerlas en práctica. No nos valen falsas soluciones tecnológicas (como la captura de carbono), las cuales llegarán tarde (si llegan). Tenemos que escuchar más a la ciencia y votar con conciencia.
♦ Nota: Este tema se trata en un podcast de Ampliando el debate con Jesús Nácher, Carolina Flynn de Climaterra, y un servidor. En ese podcast se recomienda otro anterior que analizamos en el artículo titulado Enumeremos las consecuencias de la crisis climática y algunas soluciones.
Puede ver aquí anteriores artículos de Pepe Galindo