“Nos quedamos sin tiempo / para frenar la crisis climática / y para reverdecer el Guadalmedina; / para cerrar la cementera / y para castigar a los arboricidas”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA
12/05/23. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión comparte una carta abierta a la ciudad de Málaga en forma de poesía sobre los problemas de nuestra ciudad que se eternizan y no se solucionan...
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Nos quedamos sin tiempo → Carta abierta de par en par para Málaga ciudad
Nos quedamos sin tiempo
para frenar la crisis climática
y para reverdecer el Guadalmedina;
para cerrar la cementera
y para castigar a los arboricidas;
para rescatar árboles de sus podas
y para sembrar nuestro bosque urbano;
para salvar Arraijanal, la vega del Guadalhorce,
y construir un futuro deseable.
¡Vecinas! Vamos muy lento
frenando expos y construcciones
y evitando los rascacielos;
que como plaga que son,
nos roban del cielo la luz.
No vamos apagando ni recolocando farolas
que fulminan nuestras estrellas,
que contaminan nuestros sueños
y la energía ni siquiera es renovable.
Fotografía Antonio Moret
Nos quedamos sin tiempo
para hacer una ciudad para peatones
y obliterar coches y motos;
para quitar plástico del suelo
y largar el césped, sea o no plastificado;
para promover comida inteligente
que preserve el medioambiente;
y para oscurecer nuestra Navidad
hasta en La Concepción, de verdad.
¡Vecinos! Vamos muy lento
cumpliendo el Plan del Clima
por corto que se quede;
parando esos incendios
los que nos queman la vida;
revisando lo que respiramos
que el Ayuntamiento ni se entera
y los votantes enfermamos
sin saber donde está el mal.
Nos quedamos sin tiempo
para prohibir las carrozas que maltratan caballos;
para enseñar respeto a nuestros turistas;
para cortar el dinero a la tauromaquia;
para cuidar y mirar a nuestras playas
como ecosistemas que son y fueron,
aunque estén sucias en tierra y mar,
aunque haya espuma y huelan mal,
aunque metales tengan y tendrán.
¡Vecinas! Vamos muy lento
haciendo decentes carriles bici
y planificando bien la movilidad;
gritando a los que mandan
que las basuras no se queman;
se reciclan, se compostan,
se reducen, se repiensan…
Lento vamos amando a los extranjeros que se quedan,
y no solo a los que vienen y se van.
Nos quedamos sin tiempo
para todo lo que habría que hacer —y que nadie hace—;
para gritar a nuestros políticos del poder:
¡Olvídense de urbanizar y pónganse a estudiar!
Su baja cultura nos hundirá y nos hará emigrar.
Dejen de querer soterrar el tráfico y de engañar,
y cuiden caga gota de agua que no para de chorrear.
Veis el medioambiente como palabras para ganar,
y a posibles votantes conseguís engatusar.
Los científicos nos advierten claro:
que votemos lo que votemos,
que no ganen los mismos,
para dejar de caminar,
igual de mal.
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