“Solo en España, el gobierno reconoce que los contaminantes del aire causan unas 10.000 muertes al año, que suben a 21.000 según otras fuentes. Los coches no solo contaminan con gases, sino que las partículas envenenan nuestro entorno de forma aún más grave”
OPINIÓN. ECOselección BlogSOStenible. Por Pepe Galindo
Profesor de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UMA17/01/25. Opinión. El profesor de la UMA, Pepe Galindo, comparte en su espacio de colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com textos de su web BlogSOStenible. En esta ocasión, las consecuencias de respirar aire contaminado: “Puede ocasionar enfermedades graves durante la infancia. Las consecuencias van desde problemas en el parto y obesidad infantil, hasta...
...aumento de la mortalidad. También se han documentado enfermedades respiratorias, síntomas alérgicos, problemas del desarrollo neurológico y del crecimiento, entre otros”.
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¿Qué consecuencias tiene respirar aire contaminado 23.000 veces cada día?
Decenas de investigaciones han respondido a esta pregunta. Tampoco hay que ser experto para saber que las consecuencias de respirar aire contaminado no son buenas. Sabemos que, en España, casi toda la población respira aire tóxico. Esto implica otro derecho humano que se incumple sistemáticamente en este país.
Un reciente estudio científico [1] compila los hallazgos que relacionan contaminación atmosférica y salud infantil. Los resultados son abrumadores. Respirar aire contaminado puede ocasionar enfermedades graves durante la infancia. Las consecuencias van desde problemas en el parto y obesidad infantil, hasta aumento de la mortalidad. También se han documentado enfermedades respiratorias, síntomas alérgicos, problemas del desarrollo neurológico y del crecimiento, entre otros. Con un poco más de detalle, la evidencia científica muestra que la contaminación atmosférica influye en estos siete aspectos:
- Problemas al nacer: complicaciones en el parto, nacimiento prematuro, peso anormal, anomalías congénitas y muerte fetal.
- Problemas de crecimiento: riesgos de presión arterial alta y obesidad entre niños y adolescentes, así como ganancia anormal de peso y de grasa corporal.
- Salud respiratoria: deterioros agudos de las funciones pulmonares, aumento de la probabilidad de infección respiratoria superior e inferior, bronquiolitis y neumonía.
- Neurodesarrollo: bajo rendimiento neuroconductual y de la función motora de los recién nacidos, afectividad negativa del bebé, deficiente aprendizaje del lenguaje y de las capacidades psicomotoras y posible retraso en el desarrollo de los bebés.
- Alergias: aumenta el riesgo de aparición de alergias y de cambios en el microbioma nasal, lo cual se ha demostrado estar asociado con el desarrollo posterior de asma.
- Morbilidad y mortalidad infantil: aumento de enfermedades diagnosticadas y de las tasas de muerte neonatal por todas las causas (especialmente las respiratorias).
- Otros hallazgos relevantes: se han hallado alteraciones de los patrones globales de metilación del ADN (lo cual es esencial para el desarrollo normal), longitud acortada de los telómeros de los cromosomas en los recién nacidos, alteraciones de la leche materna y de la microbiota oral, nasal e intestinal (disbiosis), mayor riesgo de hiperbilirrubinemia neonatal, otitis aguda, varios tipos de inflamaciones, respuestas inmunes ineficaces, además de alteraciones en algunos biomarcadores como glucosa en sangre o insulina.
Como era esperable, las consecuencias dependen del tipo de contaminación (contaminantes gaseosos, partículas, etc.), del momento de la exposición (es decir, embarazo y/o posparto) y de la duración de la misma. Los científicos concluyen que «la protección de la salud infantil requiere que los pediatras, investigadores y legisladores comprendan hasta qué punto la infancia se ve afectada por la contaminación del aire, y [que] sigue siendo necesario un llamamiento a la acción para reducir la contaminación atmosférica».
Como es lógico, estas afecciones en la infancia también tienen su reflejo en los adultos. Solo en España, el gobierno reconoce que los contaminantes del aire causan unas 10.000 muertes al año, que suben a 21.000 según otras fuentes. Los coches no solo contaminan con gases, sino que las partículas envenenan nuestro entorno de forma aún más grave. El coche eléctrico no resuelve apenas nada, porque los neumáticos contaminan casi 2.000 veces más que los tubos de escape.
Un informe de Ecologistas en Acción [2] concluye que el 67,9 % de toda la población española respiró aire contaminado, usando los límites aprobados para 2030 por el Parlamento Europeo. Además, se añade que el coste económico de la mortalidad prematura y de la pérdida de días de trabajo por la contaminación del aire —tanto en el exterior como en el interior de las viviendas— ha sido cuantificado por el Banco Mundial en 38.000 millones de euros en 2013 (el 3,5 % del PIB español). Y eso sin considerar los daños provocados por el cambio climático ni a los cultivos ni a los ecosistemas naturales u otros bienes de cualquier naturaleza. Queda claro, por tanto, que mejorar las leyes que limitan la contaminación atmosférica tendrá efectos positivos en la salud y en la economía.
Otro estudio científico [3] evidencia la causalidad entre múltiples contaminantes atmosféricos y diversos problemas de salud mental, desde depresión hasta deterioro cognitivo. A pesar de todas las evidencias científicas, las autoridades siguen sin reaccionar. Hay poderosos intereses en que no se adopten las medidas necesarias: además de mantener los enormes beneficios de las industrias petrolera y automovilística, también hay negocios que se benefician cuando empeora la salud. Ya sabes aquello de «cuanto peor, mejor» (para algunos). En otra publicación científica [4] se resalta que hay multitud de estudios que demuestran que respirar aire contaminado (especialmente partículas diésel) se asocia con un mayor riesgo relativo de esquizofrenia, depresión y trastorno de ansiedad. También aumenta el riesgo de el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En todo esto, otro factor agravante es el ruido, un tipo de contaminación directamente asociado al tráfico urbano en las ciudades.
Por todo lo dicho, si sufres alguna de las dolencias que hemos comentado, tal vez tienes a un culpable encerrado en el garaje; y a otros gobernando tu ayuntamiento, tu región o tu país.
ATENCIÓN: El Consejo de la Unión Europea eleva las exigencias respecto a los niveles vigentes de contaminación del aire y permite que los ciudadanos puedan reclamar una compensación cuando no se respeten estos límites. Podrás reclamar dicha indemnización si vives en una ciudad en la que se incumplen las normas de calidad del aire y tú, o alguien de tu familia, padecéis alguna de las enfermedades asociadas a esta contaminación, tales como, asma, bronquiolitis, neumonía, bajo rendimiento neuroconductual, deficiente aprendizaje del lenguaje y de las capacidades psicomotoras, alergias, enfermedades respiratorias, disbiosis, otitis aguda, esquizofrenia, depresión, ansiedad, TDAH, etc.
♦ Referencias:
[1] Lin LZ, Chen JH, Yu YJ, Dong GH. Ambient air pollution and infant health: a narrative review. EBioMedicine. 2023 Jul;93:104609. DOI:
10.1016/j.ebiom.2023.104609. Epub 2023 May 9. PMID: 37169689; PMCID: PMC10363448.
[2] La calidad del aire en el Estado español durante 2023. Ecologistas en Acción. Junio 2024. https://www.ecologistasenaccion.org/318060
[3] King JD, Zhang S, Cohen A. Air pollution and mental health: associations, mechanisms and methods. Curr Opin Psychiatry. 2022 May 1;35(3):192-199. DOI: 10.1097/YCO.0000000000000771. Epub 2021 Dec 24. PMID: 35579873.
[4] Nobile F, Forastiere A, Michelozzi P, Forastiere P, Stafoggia M. Long-term exposure to air pollution and incidence of mental disorders. A large longitudinal cohort study of adults within an urban area. Environment International 181, 2023. ISSN 0160-4120. DOI: 10.1016/j.envint.2023.108302.
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