Vea estos VÍDEOS de cabriolas inverosímiles grabadas en varios puntos de la ciudad

Vea estos VÍDEOS de cabriolas inverosímiles grabadas en varios puntos de la ciudad
20/12/07. Sociedad. Está pegando
fuerte entre jóvenes y adolescentes. Es el ‘parkour’, un deporte extremo y
urbano al que sus practicantes defienden como un arte, una filosofía, un modo
de vida. Las reglas son simples: no dudar, no retroceder. El campo de juego es
la ciudad: mobiliario urbano, azoteas y muros se convierten en obstáculos a
superar. Partes de un camino en el que se suceden escaladas, saltos mortales,
cabriolas impensables, movimientos de una gran belleza plástica que EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
les invita a contemplar en una serie de vídeos
grabados en diferentes puntos de la ciudad por los propios aficionados, los
llamados ‘traceurs’.
EN el paseo marítimo de la Malagueta, en el cauce del Guadalmedina, en Huelin, en Ciudad Jardín, en el Parque del Oeste, en Miraflores…cualquier lugar parece ser bueno para practicar el ‘parkour’ o ‘arte del desplazamiento’, una disciplina que hace furor entre adolescentes y jóvenes malagueños y que consiste “en desplazarse por el medio urbano o natural, superando los obstáculos que se presenten en tu recorrido (vallas, muros, vacío...) de la forma más fluida y eficiente posible, y con las únicas posibilidades del cuerpo humano”, según su definición en Wikipedia.
UN fenómeno de reciente creación que nació a finales de la década de los 80 en la ciudad francesa de Lisses y que en apenas unos años se ha extendido como deporte urbano de moda a lo largo y ancho del planeta tierra ayudado por películas como ‘Yamakasi’ de Luc Besson. El ‘parkour’ gana adeptos entre adolescentes y jóvenes y aparece relacionado con otras disciplinas urbanas como el ‘hip hop’, el ‘graffiti’ o el ‘skate’, aunque su concepción y objetivos son distintos.
SU filosofía básica dicta nunca retroceder ante el obstáculo y lograr una concatenación de movimientos ágiles y fluidos. Nunca dudar. Para practicarlo no hace falta más que unas buenas zapatillas de deporte que tengan agarre y amortiguación. Y la calle. Pero es peligroso y las caídas y lesiones son habituales. “Si no te caes, no aprendes”, razonan los que lo practican, los llamados ‘traceurs’, quienes quieren alejarse de la imagen incívica y vinculada al gamberrismo y a la peligrosidad que a veces se deriva de sus exhibiciones, que pueden llegar a incomodar a quienes las observen.
EN Málaga existen grupos de muchachos como lo Freefly o los Southplayers que actúan en conjunto grabando sus piruetas que luego cuelgan en la Red. Internet es el espejo donde se miran y el lugar de encuentro y reunión de estos jóvenes cuya edad oscila entre los 15 y los 25 años. A juzgar por los mensajes que se entrecruzan existe cierta disciplina y rigor en el entrenamiento y una gran fascinación por lograr espectaculares coreografías.