El proyecto faraónico de Salvador Pendón necesita un gran consumo energético
25/01/06 MÁLAGA. Cuando la arquitectura y
la apariencia priman en un edificio sobre la funcionalidad y la
sostenibilidad al final las consecuencias negativas las acaban pagando el medio
ambiente y los ciudadanos.
El proyecto faraónico de Salvador Pendón necesita un gran consumo energético
25/01/06 MÁLAGA. Cuando la arquitectura y
la apariencia priman en un edificio sobre la funcionalidad y la sostenibilidad al final las consecuencias negativas las acaban pagando el medio ambiente (por su deterioro) y los ciudadanos (por su dinero público que
manejan las administraciones). La nueva sede de la Diputación Provincial de
Málaga, en contra de la imagen transmitida a través de los medios de
comunicación por su presidente Salvador Pendón, va a ser un ejemplo de
construcción insostenible e insolidaria con el ahorro energético. El faraónico
proyecto de Pendón tendrá un consumo energético tan elevado que se ha hecho
necesario construir una planta propia de producción de energía. A esto se une la nula consideración bioclimática empleada en su construcción: no se han
aprovechado las ventajas del clima mediterráneo con la instalación del uso
de energías renovables, los materiales empleados acarrean problemas de consumo
energético como, por ejemplo, el exterior del edificio, realizado todo de
paneles de cristales que absorverán la luz solar transformándola en un calor que
habrá que enfriar dentro del edificio mediante aire acondicionado... Son sólo
algunos de los problemas que más saltan a la vista de la nueva sede, en la que
ha prevalecido por encima de cualquier otra cuestión los aires de notoriedad de
su presidente.
LAS obras del edificio esperan concluirse a
mediados de este año para realizar el traslado definitivo en el 2007. Esto es al
menos lo que el
pasado domingo declaró el presidente Salvador Pendón a la agencia EFE, a al que aseguraba que
la obra "implantará un nuevo sistema de trigeneración o producción de energías
eléctricas y térmica que le permitirá vender la que no consuma a las promociones
que se construyan en el entorno".
ESTE punto de vista eminentemente materialista
es el primero de los errores medioambientales en los que cae Pendón. Según
asegura a EL OBSERVADOR un
profesional de las energías renovables y el desarrollo sostenible de la
provincia malagueña que prefiere omitir su nombre, "en contra de la norma cada
vez más extendida de reducir al mínimo la producción energética innecesaria en
este caso se ha optado por todo lo contrario. El sistema de trigeneración
exigirá la instalación de una central propia en la Diputación que genere electricidad, calor y frío, lo que va a acarrear un enorme consumo
energético".
DE la misma opinión es otro experto, que tampoco
ha querido hacer público su cargo, y que cree que no ha habido ninguna
consideración bioclimática a la hora de planificar la producción de energía en
el edificio. "Se ha dejado de lado el uso de las energías renovables, una baza
fundamental para aprovechar los recursos que genera el clima mediterráneo del
territorio", desperdiciado o infrautilizado en este caso. Esta segunda fuente
considera que ha primado "la arquitectura por encima de cualquier otro factor en
la elección de los materiales y el modelo de construcción", pues considera que
algunos generarán importantes problemas de consumo energético.
EL ejemplo más claro
lo constituye el exterior de la nueva sede, ubicada en el Centro Cívico: realizado todo con paneles oscuros de vidrio. En un clima como el
nuestro, el edificio sufrirá un sobrecalentamiento desde que salga hasta que se
ponga el sol, especialmente en los meses
de verano. Para enfriar la sede se deberá utilizar un gran consumo del aire
acondicionado, cuestión que se podría haber evitado o reducido con una
construcción inteligente del edificio. Constituye un ejemplo de este tipo de
construcción, que se ha puesto de moda en España, el Edificio Apot, en el
madrileño Campo de las Naciones. Un reportaje sobre arquitectura publicado por
El País el pasado 20 de noviembre aseguraba de esta construcción de Madrid:
"Especialmente los ocupantes de las oficinas de las plantas altas reconocen que
en verano el atrio y las escaleras son una auténtica sauna, sin que el aire
acondicionado logre enfriar el ambiente. La culpa, apuntan, es de la fachada, un
muro-cortina de vidrio y placas de caliza blanca. Y eso que el arquitecto que lo
diseñó, miembro del taller de Ricardo Boffill, dispuso 'un sistema inteligente
de regulación de instalaciones, en particular climatización (ahorro
energético)".
EL
trabajo periodístico, firmado por Lola Galán, habla de algunas pegas que plantea esta moda nórdica de las fachadas acristaladas a la hora de trasladarla a los países
del sur, según la opinión de
José Luis Mur, un
ingeniero especializado en este tipo de acristalamientos. "Incluso hoy, con
cristales fabulosos que no dejan pasar el calor, se pueden presentar otros
problemas, como la luz". También se hace referencia, aunque parezca una cuestión
menor, a los costes de limpieza de esas fachadas, "un detalle en el que no
suelen reparar los
arquitectos". Galán habla
en un momento del reportaje de "tiranía de la estética sobre la funcionalidad",
que se convierte en "un pulso con la abstracción, con lo imposible, en el que a
veces la víctima es quien debiera ser el beneficiario: el
ocupante".
EN el caso del edificio responsabilidad de
Salvador Pendón se da la paradoja de suponer justamente lo contrario a lo que la
Diputación de Málaga promueve y apoya como desarrollo sostenible, mensaje que es
imposible de hacer creíble mediante la construcción de un edificio
'insostenible' desde el punto de vista medioambiental. El edificio es contrario, por
ejemplo, a la firma de la Carta de Aalborg, rúbrica que ha permitido la adesión
del ente supramunicipal
a la Campaña
Europea de Ciudades
Sostenibles.
EL sistema de trigeneración, por el que Pendón
afirmaba a la agencia Efe que venderán la energía eléctrica que no se consuma,
supone la generación de electricidad, frío y calor. Es un sistema caro y que
obliga a la instalación de una planta de producción propia. El gran
inconveniente de este sistema no es el daño directo al medio ambiente, pues se
supone que es menos nocivo que la cogeneración (generación de electricidad y
calor únicamente), sino el gran consumo energético que conllevará la planta, que
sí es un daño indirecto. La decisión de instalar el sistema de trigeneración es
relativamente nuevo, pues se aprobó en un pleno de la Diputación el 5 de julio
de 2005. Esta modificación para optar por la trigeneración supone un desembolso
extra de 5.300.006,23 euros. En el proyecto original del edificio el sistema
previsto era el de la cogeneración, que se iba a realizar en régimen de
concesión administrativa durante 25 años, mientras que ahora la Diputación
asumirá la instalación y gestión de la planta necesaria para la
trigeneración.