27/04/06 MÁLAGA. Todavía hoy, después de cinco años desde que Ikea anunciase su intención de instalarse en Málaga, la apertura del establecimiento de Guadalmar continúa siendo un misterio. Las intenciones de la firma sueca han chocado sorprendentemente con los intereses de un Ayuntamiento acostumbrado a realizar un ‘urbanismo a la carta’, como muchas veces ha denunciado IU. Por motivos arcanos, se rechaza un proyecto por razones que con otras empresas no han supuesto problema alguno. Al mismo tiempo que proliferan las especulaciones sobre las verdaderas razones de la demora, las organizaciones humanitarias de todo el mundo se esfuerzan en vano por frenar la expansión de la marca, acusada de vender regaderas por el doble de lo que cobran mensualmente sus fabricantes en el Tercer Mundo.
IKEA abarca 186 establecimientos en 31 países. Y su política de ventas está tan sintetizada como sus diseños: gran variedad de muebles y accesorios a precios bajos, apela a la colaboración del cliente para el montaje y utiliza extraordinarias campañas de marketing.
SIN embargo, esta fórmula comercial no convenció en su día a numerosas organizaciones humanitarias que acabaron descubriendo que Ikea ofrece unos precios entre un 25% y un 50% más baratos que sus competidores a costa de la explotación infantil y atentados contra la naturaleza. Ecologistas en Acción asegura que las empresas subcontratadas por la sueca les impone unos precios y unos plazos de pago y entrega difíciles de soportar en el actual contexto de la economía.
EL grupo industrial de Ikea se denomina Swedwood y tiene un total de 33 fábricas en diez países de todo el mundo. A pesar de esto, por sus manos sólo pasa el 10% de la producción total de la empresa. El 90% restante proviene de las fábricas de 2.000 proveedores de 55 países. Entre otros, India, Indochina, Camboya, Vietnam, Tailandia y Malasia, en Asia, y Rumania en el este europeo.
TRAS las acusaciones y con el objetivo de cambiar su imagen, en 2000 el gigante sueco anunció un proyecto con UNICEF para erradicar la explotación infantil en la India, colaboró con la organización en un programa de vacunas en este país y recauda dinero destinado a elaboración de proyectos sociales a través de la venta de productos especialmente fabricados para este fin. Pero esto no conformó a la organización. “Aunque Ikea hubiera dejado de utilizar trabajo infantil en su producción… ¿qué cambiaría? Yo no le doy las gracias a un ladrón porque haya dejado de robarme”, dijo en su día el director regional de UNICEF para el este y el sur de África, Urban Jonson.
A PESAR del lavado de cara, el hecho de que sus artículos continúen sospechosamente baratos y desafiando las leyes naturales del mercado ha provocado que proliferen en la red los foros dedicados a criticar a la firma.
LAS lecciones de moralidad de las ONGs de poco han desviado los planes de la dirección que persiste en la idea de que sus productos decoren todos los hogares de países desarrollados. En los próximos meses, se abrirá el primer Ikea en Japón, Alemania acogerá su trigésima octava tienda, EE.UU. su vigésima sexta e Italia su décimo tercera. Y es precisamente esa alma de conquistador la que ha llevado a la firma extranjera a amenazar con impulsar un segundo establecimiento en la Costa del Sol oriental y abrirlo, si se tercia, antes que el de la capital malagueña, como una forma de presionar sin contemplaciones al Ayuntamiento de Málaga.
PARA el Consistorio el proyecto del edificio de éste último supera las dimensiones previstas por el Área de Urbanismo, así que en vez de la licencia de obra, la empresa recibió en el mes de marzo (cuando supuestamente se iba a conceder el permiso y después de un aplazamiento en febrero) un informe municipal desfavorable.
CURIOSAMENTE la negativa de Urbanismo contrasta con las facilidades dadas meses atrás a Ikea para superar el importante problema que ha supuesto el sobrecoste de un vial que uniría la antigua Nacional 340 y la A-7. Esta actuación viaria, que en principio era imprescindible, se ha pospuesto haciendo unas conexiones más o menos provisionales. El plazo de obras estimado por la empresa sueca hasta abrir su establecimiento en Málaga es entre 12 y 18 meses, en una parcela de unos 28.000 metros cuadrados, de los que 20.000 estarán dedicados al uso comercial.
PUEDE ampliar la información sobre las denuncias humanitarias que pesan sobre Ikea en un reportaje publicado en el # 44 (octubre/noviembre 2004) de la revista EL OBSERVADOR: