
El órdago de la alcaldesa de Villanueva de Tapia para autoexcluirse de la dirección de IU, además de ser un ejemplo, obliga al partido a definir claramente su postura frente a la corrupción en casos como el de Manilva o Sevilla

LA actual secretaria federal de Política Municipal de IU recordó que en 2006 su partido suscribió un código ético por el que se excluían cautelarmente de las candidaturas a todos aquellos militantes que estuvieran imputados en delitos de corrupción urbanística o política. “Tenemos unos valores y si se dice una cosa no puede luego temblarnos la mano a la hora de aplicarla. Me preocupa que estemos utilizando argumentos muy parecidos a los que utiliza el PP para justificar sus acciones. Esta es una cuestión política, no penal”, afirma la también alcaldesa.
PÁEZ cree que la permanencia de imputados en las listas “abona la convicción que tienen muchos ciudadanos de que todos los políticos somos iguales y el hecho de los políticos seamos percibidos como el tercer problema del país, según los datos del CIS. Darle la vuelta a esta situación está en la mano de IU. Tenemos que dar ejemplo para dar validez a nuestro discurso”, explica.

“A mí me duele en el alma cuando uno de los nuestros es imputado. Hay que recordar que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero no podemos exigir transparencia a los otros si nosotros mismos no somos transparentes, porque quedamos desacreditados”, añade.
PÁEZ, que también es responsable del Área de Juventud y Deportes de la Diputación de Málaga, ha recibido numerosas muestras de apoyo de compañeros de toda España, que se han solidarizado con su postura. “Me han llamado o me han escrito mensajes de solidaridad desde Baleares, Aragón…, y también de Andalucía. Creo que hago lo correcto y me siento arropada. Creo que hay gente en IU que necesitaba escuchar algo así”.
NO es la primera vez que la dirigente malagueña -ha revalidado su cargo de regidora en Villanueva de la Tapia con varias mayorías- se muestra crítica con los planteamientos de IU. Pero es con gestos como estos con los que mantiene grandes apoyos tanto de ciudadanos como de miembros de su partido. “La política me encanta. Pero la de hoy en día no se parece a la que había quince años atrás, cuando no estaba tan judicializada ni habían saltado tantos casos de corrupción. Debemos recuperar la altura de miras de entonces e Izquierda Unida debe ser un referente en sus prácticas y modos”, sentencia.
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